Los ministros de Asuntos Exteriores vuelven hoy a debatir la reforma de la CEE en un clima dif¨ªcil

La reforma de la CEE est¨¢ otra vez, hoy y ma?ana, sobre el tapete de los ministros de Asuntos Exteriores, reunidos en Bruselas. Por un lado, Italia, que quiere llegar a una mayor reforma -especialmente en lo que se refiere a los poderes del Parlamento Europeo-, y por otro, Dinamarca, que quiere echar marcha altr¨¢s en este aspecto sobre el acuerdo de principio alcanzado hace dos semanas en el Consejo Europeo de Jefes de Estado y de Gobierno de Luxemburgo, pueden hacer aumentar la tensi¨®n del ambiente y demorar la soluci¨®n final.

Los textos de la cumbre han sido puestos a punto. Pero a¨²n quedan numerosas reservas importantes para hacer posible las decisiones por mayor¨ªa, en vez de por unanimidad, para la liberalizaci¨®n de los mercados de capitales y de cambio, los servicios, los transportes a¨¦reos y mar¨ªtimos, el acceso a las profesiones y otras cuestiones necesarias para crear un aut¨¦ntico gran mercado.Pero el tema m¨¢s espinoso ser¨¢ el de los poderes del Parlamento. Italia est¨¢ maniatada por el voto de la euroc¨¢mara, contrario a lo que se ofrec¨ªa, y quiere ir m¨¢s all¨¢ de lo que se propuso en Luxemburgo, que deja siempre la ¨²ltima palabra al Consejo de Ministros de la CEE.

En el otro extremo est¨¢ Dinamarca, que quiere, a cambio de aceptar eventualmente la reforma tal como est¨¢, que se retire la propuesta de dar un poder de codecisi¨®n al Parlamento Europeo para aprobar el ingreso de nuevos miembros en la CEE o los acuerdos con pa¨ªses terceros.

Los ministros deben debatir asimismo el texto que servir¨¢ de sombrero a la reforma del Tratado de Roma y al Tratado sobre una Pol¨ªtica Extranjera Com¨²n, institucionalizando las cumbres, que pasar¨ªan a llamarse Consejo de la Uni¨®n Europea.

Problemas presupuestarios

La situaci¨®n se ha complicado al votar el Parlamento Europeo, con el ¨²nico poder limitado de que dispone, un presupuesto de la CEE para 1986 que sobrepasa sus l¨ªmites legales. El presidente del Parlamento, Pierre Pflimlin, se ha dado hasta las Navidades como plazo de reflexi¨®n para firmar este presupuesto.

Si lo firma queda a¨²n por saber qu¨¦ ocurrir¨¢ si algunos pa¨ªses se niegan a pagar. Si no lo firma, la CEE podr¨ªa entrar en 1986 sin presupuesto, con lo que mensualmente habr¨¢ de funcionar sobre la base de doceavas partes del presupuesto de 1985, que era para 10 y no para 12, con lo que no habr¨¢ dinero para Espa?a y Portugal. La actitud del Parlamento podr¨ªa frenar en algunos pa¨ªses la ratificaci¨®n de los nuevos recursos de la CEE y, por tanto, tambi¨¦n del ingreso de Espa?a y Portugal.

La discusi¨®n presupuestaria incide tambi¨¦n sobre el nuevo reparto del Fondo de Desarrollo Regional (Feder). La Comisi¨®n Europea ha propuesto unas nuevas horquillas de reparto que, seg¨²n Irlanda y Grecia, supondr¨ªan que los fondos disponibles para estos dos pa¨ªses ser¨ªan en un 10%, en t¨¦rminos absolutos, inferiores a los de 1985.

Otra cuesti¨®n ser¨¢ el r¨¦gimen comercial que tendr¨¢n que aplicar Espa?a y Portugal frente a los pa¨ªses de la Asociaci¨®n Europea de Libre Cambio (EFTA) tras su ingreso en la CEE. ?sta se comprometi¨® a buscar una adaptaci¨®n del r¨¦gimen que respetara el mismo desarme arancelario que tendr¨¢n los pa¨ªses adherentes frente al Mercado Com¨²n. Pero los pa¨ªses de la EFTA lo consideraron insuficiente, y han pedido, por ejemplo, la apertura de contingentes arancelarios de autom¨®viles y otras medidas que Espa?a rechaza. En este debate la CEE no ha hecho gran prueba de solidaridad comunitaria. Lo m¨¢s probable es que los ministros propongan congelar la situaci¨®n actual hasta el 1 de marzo de 1986 (cuando empezar¨¢ el desarme arancelario), y disponer as¨ª de un respiro.