Joan Redorta

Joan Redorta vive pintando unos seis meses al a?o en la isla paradisiaca de Bali, en Indonesia. El resto lo dedica a viajar por el mundo, con los pinceles en la mochila, a la espera de que el ex monje de Montserrat cumpla -en la primavera pr¨®xima- los 10 a?os, 10 meses y 10 d¨ªas que le aconsejaron los astr¨®logos del T¨ªbet antes de que pueda regresar y vivir felizmente en su tierra natal de Vic, en Barcelona, donde hace muchos a?os repart¨ªa pan en bicicleta. Entretanto vive de su pintura, expuesta desde Lima hasta Tokio.

"El 10 es la cifra de la perfecci¨®n", coment¨® Joan Redorta durante un encuentro casual en Singapur. "Los chinos", agreg¨®, "siempre hacen los regalos por 10". Por ello quiere respetar la cifra m¨¢gica para su futuro y no regresar a Barcelona, por el mar, hasta el 10 de mayo de 1986, d¨ªa en que se cumplir¨¢n los 10 a?os, 10 meses y 10 d¨ªas de su fuga como ciudadano del mundo.El itinerario mundano de Redorta comenz¨® tras 12 a?os de vida mon¨¢stica benedictina en la abad¨ªa de Montserrat. "All¨ª dirig¨ª el taller de cer¨¢mica, hasta que me enviaron a Par¨ªs para seguir cursos en la Sorbona". De Par¨ªs salt¨® a Nueva York, recorri¨® todas las Am¨¦ricas hasta llegar a Jap¨®n. "El mundo asi¨¢tico me cautiv¨® y decid¨ª renunciar a los h¨¢bitos para dedicarme exclusivamente a la creaci¨®n art¨ªstica".

Redorta, de 42 a?os de edad, descubri¨® que su para¨ªso era la isla de Bali, donde se instal¨® en la playa de Kuta. "Bali tiene un conjunto de cosas que sumadas lo convierten en un para¨ªso para m¨ª: la gente, la cultura, las costumbres, la religi¨®n, los paisajes, el clima y, todav¨ªa, lo barato". En la playa de Kuta, Redorta pinta telas y papeles con colores y temas inspirados en las islas del Pac¨ªfico, que conoce una a una. "Dediqu¨¦ casi dos a?os a la zona despu¨¦s de vender todos mis cuadros en varias exposiciones en Nueva Caledonia"."En cualquier parte, no importa en qu¨¦ pa¨ªs, una persona puede siempre desenvolverse si sabe pintar, tocar alg¨²n instrumento musical o reparar autom¨®viles", coment¨® ese globe trotter espa?ol que prefiere el barco o el tren a cualquier otro medio de transporte, procura esquivar a los aviones y no teme esperar var¨ªas semanas en un puerto antes de proseguir su itinerario.

Su pintura se inspira en las personas y paisajes encontrados al azar, utilizando t¨¦cnicas de lacados y tintas chinas. "Los Meo y los Lisu, en las tribus del norte de Tailandia, me revelaron los m¨¢s bellos rostros, que me recordaban a veces a las figuras del Renacimiento italiano y la pintura espa?ola del siglo XXIII", explic¨® el ex monje, trasvasado de la cer¨¢mica a la pintura por facilidades de transporte. "Uno de mis principales problemas es encontrar una mochila suficientemente grande para poder llevar las telas, pinturas y pinceles, adem¨¢s de la ropa".

De regreso hacia Espa?a, Redorta completar¨¢ las zonas africanas que le quedan por descubrir. Entre tanto ha ido escribiendo un diario que completa ya 16 vol¨²menes. Diarios de an¨¦cdotas y aventuras, junto a m¨¢s de 12.000 diapositivas, budas, ?conos o porcelanas que ha ido enviando a su localidad natal.

"Diez veces intent¨¦ irme de Bal¨ª, y 10 veces regres¨¦", comenta Joan Redorta, que espera compartir su porvenir entre la niebla helada del invierno de Vic, "que a?oro en algunas ocasiones", y las c¨¢lidas neblinas matutinas del paisaje tropical balin¨¦s.