Ronald Reagan acusa a la Uni¨®n Sovi¨¦tica de incumplir los acuerdos sobre control de armamentos
El presidente Ronald Reagan acus¨® ayer a la URSS, en un informe enviado al Congreso, de seguir incumpliendo los acuerdos vigentes sobre control de armamentos y de proseguir la modernizaci¨®n de sus misiles estrat¨¦gicos, a pesar del compromiso para reducirlos adoptado en la cumbre de Ginebra. Los datos de este informe, que se realiza anualmente, servir¨¢n para decidir si EE UU contin¨²a respetando los l¨ªmites del Tratado SALT II, de limitaci¨®n de cohetes estrat¨¦gicos, que expira el 31 de diciembre. La Casa Blanca anunci¨® ayer que EE UU seguir¨¢ cumpliendo el citado tratado, que nunca fue ratificado por el Senado.
La ¨²nica novedad del informe enviado al Parlamento reside en la denuncia de que la URSS est¨¢ construyendo nuevos silos en dos bases de lanzamiento de cohetes, lo que sugiere que Mosc¨² se prepara para probar el pr¨®ximo a?o dos nuevos misiles intercontinentales, el SSX-26 y el S SX-27. El incumplimiento sovi¨¦tico de los acuerdos, se?ala Reagan, significa que "la URSS ha conseguido ventajas en las ¨¢reas de armas estrat¨¦gicas, qu¨ªmicas y biol¨®gicas". El estudio admite que algunas violaciones son meramente t¨¦cnicas y no resultan significativas desde un punto de vista militar."Todas las violaciones sovi¨¦ticas deliberadas son igualmente importantes", asegura el informe presidencial, seg¨²n el cual los "incumplimientos de obligaciones legales o compromisos pol¨ªticos originan una grave preocupaci¨®n sobre el compromiso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica con el control de armamentos, y oscurecen la atm¨®sfera en que se desarrollan las actuales negociaciones". El presidente no ha decidido a¨²n responder a las supuestas violaciones sovi¨¦ticas, que el informe se?ala que deben ser contestadas "porque podr¨ªan constituir un precedente para realizar en el futuro violaciones m¨¢s peligrosas".
El informe reitera las viejas acusaciones contra el radar de Krasnoyarsk, en Siberia central, que viola supuestamente el tratado sobre limitaci¨®n de defensas antimisiles (ABM), de 1972, y contra el despliegue del misil estrat¨¦gico SS-25. Pero lo m¨¢s preocupante para el Gobierno norteamericano es la ocultaci¨®n, mediante el camuflaje de los silos, realizada por la URSS para impedir a los sat¨¦lites esp¨ªas saber qu¨¦ tipo de misiles y de lanzadores se est¨¢n utilizando. Sin estas fotograf¨ªas, los expertos no pueden conocer el ancho y el di¨¢metro de los silos (dep¨®sitos que albergan a los misiles), datos esenciales para determinar si los nuevos cohetes intercontinentales violan o no los acuerdos de control de armamentos.
El informe refleja un compromiso en el seno de la Administraci¨®n y reitera la existencia de profundas divisiones sobre c¨®mo negociar el control de armas nucleares con la URSS. El Pent¨¢gono no ha conseguido sin embargo que el informe hablara, como pretend¨ªa, de una .extensi¨®n" de las violaciones sovi¨¦ticas.
Un sector del Gobierno, encabezado por el secretario de Defensa, Caspar Weinberguer, desea que Reagan utilice este estudio para anunciar que deja de respetar el SALT II, mientras que la l¨ªnea m¨¢s pragm¨¢tica es partidaria de continuar cumpliendo lo estipulado en el tratado, a la vez que se responde proporcionalmente a las infracciones sovi¨¦ticas. La pr¨®xima primavera, Estados Unidos deber¨¢ tomar una decisi¨®n ya que las pruebas de un nuevo submarino nuclear Trident le colocar¨¢ por encima del techo de misiles permitido por el SALT II, a menos que desmantele cohetes m¨¢s viejos.
El informe reconoce por ¨²ltimo algunos datos positivos en la conducta sovi¨¦tica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.