Obreros despedidos pasan la Nochebuena ante una factor¨ªa para evitar que se lleven la m¨¢quinas
Dos hombres y dos mujeres han hecho guardia en Nochebuena y Navidad frente al portal¨®n met¨¢lico de la empresa donde trabajaron una veintena larga de a?os, en la calle de Juli¨¢n Camarillo, de Madrid. Velan para que nadie retire la maquinaria de la factor¨ªa, su ¨²ltima esperanza de cobrar los salarios adeudados y las liquidaciones por despido. Una pareja de polic¨ªas nacionales ha compartido su suerte y unos men¨²s navide?os de tartera: guisotes de patatas y carne, pollo, fiambres, fruta y flanes. Todo regado con vino tinto y cava barato.
Belarmino Arias, 49 a?os de edad y 23 de trabajo en Imedsa; Fran cisca P¨¦rez, 44 y 30; Ascensi¨®n Garc¨ªa, 3 8 y 17, y Luis Rivero, 61 y 34, respectivamente, se malprotegen del viento y la lluvia con unas casetitas fabricadas con maderas de embalaje, y del fr¨ªo con un fuego prendido en el interior de un bid¨®n met¨¢lico. Su decoraci¨®n navide?a consiste en carteles con la imagen de Pasionaria, anuncios de manifestaciones sindicales, y una pancarta donde han escrito: "Imedsa. Despide a 24 trabajadores. Basta ya de despidos. Queremos trabajar".-Felices fiestas.
-Felices fiestas.
-?Qu¨¦ hacen ustedes aqu¨ª?
-Vigilar para que no saquen las m¨¢quinas.
-?Y desde cu¨¢ndo hacen guardia?
-Desde el 25 de octubre.
-?No se toman vacaciones de Navidad?
-No, qu¨¦ remedio nos queda.
Ahora menos que nunca podemos dejar esto vac¨ªo.
Imedsa, empresa fabricante de envases met¨¢licos, sucumbi¨® en oto?o de 1985, tras medio siglo de existencia. Sus 24 empleados la ten¨ªan como casa propia y, de repente, un mal d¨ªa, se vieron en la calle. Desde entonces, como si tuvieran querencia, todos, incluyendo dos chicas embarazadas, se han turnado d¨ªa y noche, laborables y festivos, para que nadie saque de all¨ª un clavo. Sospechan que el empresario, ex gobernador civil de Navarra y directivo bancario, pretende abrir otra nave industrial en otro sitio, y quiere retirar la maquinaria.
Polic¨ªas nacionales
Nadie en la ciudad parece interesado en la suerte de los despedidos. S¨®lo sucesivas parejas de polic¨ªas nacionales comparten sus horas. Los guardias est¨¢n ah¨ª desde que hace unas dos semanas aparecieron por el lugar 16 hombres. Ven¨ªan de Vallecas en coches particulares y alguien les hab¨ªa prometido 2.500 pesetas por despejar la situaci¨®n. Pero cuando tan s¨®lo se hab¨ªan calentado las bocas, apareci¨® un zeta y los de Vallecas huyeron, no sin antes dejar en el lugar un detenido, un individuo con antecedentes por 20 arrestos anteriores.-Agente, ?sabe usted lo que hace aqu¨ª?
-Defender¨¢ esta pobre gente.
?No le fastidia pasar la Nochebuena as¨ª?
-Estoy acostumbrado. El a?o pasado la pas¨¦ junto a una tapia, como ¨¦stos, con una lumbre.
Despedidos y guardias se llevan estupendamente, dicen unos y otros. Los primeros ofrecen vino a los segundos, y ¨¦stos dan compa?¨ªa a los otros. "Pero", como reflexiona un agente, "un d¨ªa nos dir¨¢n que les echemos de aqu¨ª, y entonces ya seremos malos. As¨ª es nuestra profesi¨®n".
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