Washington considera ¨²til la mediaci¨®n espa?ola en Nicaragua si participa la 'contra'

El Gobierno norteamericano, dijo ayer que cualquier esfuerzo, incluido el espa?ol, para conseguir la paz en Nicaragua puede ser "¨²til", siempre que conduzca a un proceso de reconciliaci¨®n interna que afecte a todas las partes, incluida la contra. "Cualquier proceso que conduzca a un di¨¢logo interno en el que tomen parte todos los nicarag¨¹enses puede ser ¨²til", afirm¨® el portavoz del Departamento de Estado, Charles Redman.

La Prensa norteamericana revel¨® el mi¨¦rcoles la existencia de unas conversaciones entre los sandinistas y su oposici¨®n interna, auspiciadas por Felipe Gonz¨¢lez. Seg¨²n la informaci¨®n, la oposici¨®n perseguir¨ªa, en una segunda fase, incluir en estas conversaciones a la contra, algo inaceptable por el Gobierno de Managua.El portavoz se neg¨® a calificar directamente la iniciativa espa?ola, realizada a trav¨¦s del embajador en Managua, que ha provocado en dos ocasiones el di¨¢logo entre los sandinistas y los partidos liberal y socialcristiano. "La informaci¨®n sobre el tema es incompleta y no quiero ir demasiado lejos en el juicio, pero este esfuerzo, como cualquier otro, puede ser ¨²til si tiene como resultado la reconciliaci¨®n interna y el di¨¢logo". Estados Unidos considera "esencial" la apertura de este proceso de reconciliaci¨®n y di¨¢logo para conseguir una soluci¨®n al conflicto de Nicaragua y de la regi¨®n. Para EE UU, el intento espa?ol de propiciar el di¨¢logo r¨ªo es una nueva iniciativa ni un intento de mediaci¨®n. El intento de di¨¢logo promovido por Espa?a era conocido por Estados Unidos, se realiza desde una posici¨®n de "aliado leal" de Washington y no supone un intento de replicar a la pol¨ªtica norteamericana sobre Nicaragua.

El verdadero objetivo de la Administraci¨®n Reagan es que los sandinistas negocien un acomodo pol¨ªtico con la oposici¨®n armada del exterior, que trata de derrocarlos con la ayuda de EE UU. S¨®lo una vez abierto ese proceso de "reconciliaci¨®n interna" Washington actuar¨ªa abiertamente, garantizando el acuerdo que puedan alcanzar las partes. Mientras esto no se produzca, el Gobierno norteamericano se niega a reanudar el di¨¢logo bilateral con Managua que interrumpi¨® unilateralmente afirmando que el deseo nicarag¨¹ense de negociaci¨®n s¨®lo esconde un prop¨®sito de evitar el proceso de Contadora. Oficialmente EE UU apoya el plan de paz regional y denuncia a Nicaragua por haber solicitado su aplazamiento hasta el pr¨®ximo mayo. Sin embargo, Washington ha utilizado a sus aliados en Centroam¨¦rica para bloquear Contadora siempre que le ha interesado.

Espa?a y Estados Unidos persiguen, te¨®ricamente al menos, el mismo objetivo en Nicaragua: la paz y la democracia en la regi¨®n, seg¨²n qued¨® expresado durante la visita de Reagan a Madrid la pasada primavera. Pero los medios para llegar al mismo abogados por ambos pa¨ªses son opuestos. El Gobierno socialista defiende el proceso de Contadora y pide soluciones negociadas que eviten la injerencia de las superpotencias. Para la Administraci¨®n de Reagan, s¨®lo la presi¨®n militar puede conseguir que los sandinistas cedan.

Quedan ya muy atr¨¢s, sin embargo, los tiempos de las cr¨ªticas abiertas del Gobierno de Madrid a la injerencia norteamericana en la regi¨®n y los gestos de Felipe Gonz¨¢lez hacia los sandinistas, que supon¨ªan un motivo de irritaci¨®n para Washington. La l¨ªnea abiertamente cr¨ªtica de Fernando Mor¨¢n hacia la intervenci¨®n de EE UU en Centroam¨¦rica ha sido sustituida por una posici¨®n m¨¢s pronorteamericana de su sucesor, Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Seg¨²n diplom¨¢ticos norteamericanos, Espa?a entiende ahora mucho mejor "el peligro de los sandinistas" y adopta una actitud mucho m¨¢s prudente. Centroam¨¦rica ya no es un elemento de discordia en las relaciones bilaterales.

EE UU ha decidido en las ¨²ltimas semanas redoblar la presi¨®n militar, econ¨®mica y diplom¨¢tica contra Nicaragua para forzar a los sandinistas a una negociaci¨®n con los rebeldes, anunci¨® la semana pasada el secretario de Estado. adjunto para Asuntos Interamericanos, Elliot Abrams. Para Abrams, un halc¨®n en el tema de Centroam¨¦rica, "la presi¨®n que hemos ejercido hasta ahora no ha sido suficiente y debemos aumentarla".

Ronald Reagan est¨¢ dispuesto a solicitar al Congreso en los primeros meses de 1986 ayuda militar para la contra. El Parlamento aprob¨® el pasado julio 27 millones de d¨®lares (unos 4.320. millones de pesetas) de ayuda "humanitaria", no militar, que expira el pr¨®ximo marzo. El Departamento de Estado ha sondeado, la reacci¨®n del Congreso, que contin¨²a siendo reacio a aprobar dinero del contribuyente para armar a los rebeldes. La Administraci¨®n conria, sin embargo, en que la campa?a de presi¨®n y propaganda que est¨¢ llevando a cabo dar¨¢ sus frutos y, finalmente, conseguir¨¢ la luz verde en el Congreso. El presidente ha resucitado su lenguaje m¨¢s beligerante para atacar a los "criminales dictadores" de Managua, que han convertido al pa¨ªs en "un centro para exportar la subversi¨®n" con la ayuda sovi¨¦tica y cubana. En apoyo de esta l¨ªnea, el Departamento de Estado ha anunciado que "tropas cubanas combaten ya en el continente americano", aprovechando el derribo de un helic¨®ptero del Ej¨¦rcito sandinista que, seg¨²n Washington, estaba pilotado por cubanos.