Las tres principales milicias de L¨ªbano firman en Damasco un acuerdo para terminar la guerra
Los jefes de las tres principales milicias de L¨ªbano, dos musulmanas y una cristiana, firmaron ayer en Damasco, a primera hora de la tarde, un acuerdo que pone, en principio, fin a la guerra civil que asola al pa¨ªs hace m¨¢s de 10 a?os, y esboza las grandes l¨ªneas de una ambiciosa reforma pol¨ªtica, la primera desde la independencia, hace 42 a?os. Este intento de acabar con la contienda civil, que se espera que traiga la paz a Beirut y sus alrededores, ha sido acogido con alivio y optimismo por los libaneses, cuya moneda, por primera vez en meses, ha cesado estos ¨²ltimos d¨ªas de devaluarse.
El acuerdo, concluido en el despacho del vicepresidente sirio, Abdel Halim Jaddam, fue firmado por Elie Hobeika, jefe de las Fuerzas Libanesas (Milicias Cristianas Unificadas); Nabih Berri, l¨ªder del movimiento armado shi¨ª Amal, y Walid Jumblat, m¨¢ximo dirigente del Partido Socialista Progresista (PSP, druso). La gesti¨®n consagra el papel pacificador de Siria en L¨ªbano, cuya diplomacia ya logr¨® en 1984 la abolici¨®n del tratado israelo-liban¨¦s.La importancia que el r¨¦gimen baasista sirio otorgaba a esta triple firma que realza su prestigio qued¨® puesta de relieve por la iniciativa del presidente, Hafez el Asad, que anteanoche telefone¨® al rey Hussein de Jordania para pedirle que retrasase hasta el lunes su primera visita de Estado a Damasco desde hace siete a?os, prevista para ayer.
Presentado por los jefes de las milicias como "un regalo de a?o nuevo" y por el presidente, Am¨ªn Gemayel, como el inicio de "un largo per¨ªodo de paz tras una era de guerra", el pacto de Damasco no cuenta, sin embargo, con la aprobaci¨®n de numerosas fuerzas cristianas y musulmanas nada desde?ables, aunque ha sido tambi¨¦n suscrito verbalmente por los caudillos de varias milicias izquierdistas relativamente secundarias.
Desde los ultraintegristas del Hezbollah (Partido de Dios) hasta la mayor¨ªa de la clase pol¨ªtica musulmana sun¨ª, pasando por los palestinos rebeldes o leales a la autoridad de Yasir Arafat, y sin olvidar a la facci¨®n armada proisrael¨ª capitaneada en el sur del pa¨ªs por Antoine Lahd, no han sido consultados o incluso han rechazado el texto elaborado en la capital siria.
Pero es probablemente entre los cristianos donde, por ahora las reticencias son m¨¢s virulentas ante un acuerdo que recorta los poderes pol¨ªticos de una comunidad religiosa que ha dejado desde hace a?os de ser mayoritaria desde un punto de vista de mogr¨¢fico, aunque en virtud de la Constituci¨®n y del pacto nacional de 1943 segu¨ªa ocupando los principales puestos del Estado, empezando por su jefatura, y dispon¨ªa de un mayor n¨²mero de esca?os en el Parlamento.
Hasta el ¨²ltimo momento han subsistido dudas sobre las intenciones de Elie Hobeika, que anteanoche fue puesto en minor¨ªa en una reuni¨®n celebrada por la casi totalidad de las personalidades cristianas en Bkerke, sede del patriarcado maronita, a pesar de lo cual se desplaz¨® a Damasco para dar su visto bueno al acuerdo, que tambi¨¦n ha sido vehementemente criticado por el ex presidente Suleiman Frangie (cristiano maronita), amigo, sin embargo, de Asad.
Optimismo
A pesar de todo, el optimismo era ayer la nota dominante en la antigua capital de los omeyas, donde Hobeika aseguraba estar tan alegre "como un reci¨¦n casado en la noche de bodas", mientras Berri proclamaba que se pod¨ªa dar por terminada no ya la guerra fratricida iniciada en 1,975, sino "el per¨ªodo hist¨¦rico que empez¨® en 186V con la primera matanza de drusos por los cat¨®licos de rito maronita.
Mantenido hasta ahora en secreto, el texto de 23 p¨¢ginas suscrito ayer es, ante todo, seg¨²n el primer ministro, Rachid Karame, "el n¨²cleo de una futura soluci¨®n global", que deber¨¢ ser perfilada y a la que se espera "se adhieran m¨¢s tarde otros sectores influyentes".
De lo publicado por la Prensa libanesa se deduce que las reformas propuestas consisten b¨¢sicamente en prever la convocatoria, por un Gobierno m¨¢s representativo y en el plazo de un a?o, de elecciones por sufragio universal para designar un Parlamento en el que, por primera vez, cristianos y musulmanes contar¨¢n con el mismo n¨²mero de diputados, los que deber¨¢n redactar una constituci¨®n que intente laicizar, de aqu¨ª a una o dos d¨¦cadas, a un pa¨ªs desgarrado por las luchas confesionales.
Ni que decir tiene que el pacto patrocinado por Damasco es, al parecer, m¨¢s concreto sobre las relaciones sirio-libanesas, en las que se establece el principio de la complementariedad, lo que se traducir¨¢ en una coordinaci¨®n de la pol¨ªtica exterior y de defensa y hasta en una paulatina homogeneizaci¨®n de los programas de educaci¨®n, aunque la ense?anza libre se mantiene en L¨ªbano.
Si el texto puede conocer en el futuro muchas vicisitudes, que dificulten o impidan su total aplicaci¨®n, tiene, al menos, el m¨¦rito de suponer un primer paso hacia la reconciliaci¨®n de las fuerzas que ostentan realmente el poder, los jefes de milicias y no la clase pol¨ªtica tradicional.
El acuerdo significar¨¢ adem¨¢s, en la hip¨®tesis m¨¢s optimista, una paz real en Beirut, sus suburbios y las sierras que los rodean, aunque no en el Sur, donde Israel ejerce a¨²n un gran control, a trav¨¦s de sus aliados locales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.