Tristeza de a?o nuevo
Los ¨²nicos soci¨®logos fiables son los ni?os. Sus comentarios sobre lo que pasa y lo que nos hacen pasar tienen la acuidad imberbe del perfecto desinter¨¦s, pero mejorado por una sana ignorancia de las categor¨ªas convencionales. Por eso aciertan casi siempre. El pasado 6 de diciembre, D¨ªa de la Constituci¨®n, en un programa televisual de sobremesa aparecieron im¨¢genes y opiniones de un grupo de alumnos de cierto colegio madrile?o. En el momento en que las c¨¢maras le enfocaban, uno de ellos, de unos 10 a?os, salud¨® fieramente con el brazo en alto en el m¨¢s puro estilo fascista, y otro compa?ero, de su misma edad, me comentaba "Es que es muy de izquierdas". Admitamos que el diagn¨®stico es veros¨ªmil. Para el alma recta y com¨²n, que es la que vale, ser de izquierdas es ser rebelde, no seguir el juego se juegue a. lo que se juegue. Si ahora la docilidad edificante es democr¨¢tica, a quien haya nacido para la izquierda va a terminar no qued¨¢ndole otra v¨ªa para la insurgencia intuitiva que el saludo a la romana."Cuando fue incluido en las antolog¨ªas literarias de bachillerato, el a?orado Cocteau se quej¨® sutilmente: "Ahora los adolescentes me odiar¨¢n; o, a¨²n peor, quiz¨¢ me respeten". Desde que la democracia, ayer aspiraci¨®n subversiva, es cifra del orden establecido y asignatura obligatoria siento la misma inquietud que el poeta de Les enfants terribles: temo que los j¨®venes la odien, no tanto por lo que puede llegar a ser, sino por lo que hoy parece; pero aun peor sena que la respetasen, a la gran irreverente, a la protestona desvergonzada, a ese derecho universal a disentir y cuestionar lo vigente. Francamente, no me atrever¨ªa a decir que quienes se aprenden de memoria los art¨ªculos de la Constituci¨®n capten mejor lo sat¨¢nicamente Ubre -en el sentido miltoniano- de la democracia que el miniprovocador del brazo en alto.
Mientras para unos ser dem¨®crata viene reduci¨¦ndose a cumplir las actuales directrices, otros redescubren la rebeli¨®n truculenta del romper la baraja como v¨ªa disparatada para llegar a jugar todos. En ambos casos pesa sobre todo el "?vivan los m¨ªos!" y el aqu¨ª mando yo", junto al "te vas a enterar", por lo que cualquier espont¨¢neo disidente juvenil incurrir¨¢ en la tentaci¨®n de adoptar a la contra el mismo talante. Mal momento -si es que alguna vez lo hubo bueno- para los partidarios de una cordura democr¨¢tica que no sea simple conformismo. Tomemos como ejemplo el caso Zabalza, que a cada cual le ha servido para refrendar triunfalmente el dogma de que se alimenta. Barrionuevo, ministro de un Interior entendido como Vuera de aqu¨ª", ha encontrado en ¨¦l la prueba de que en este mundo no cuentan m¨¢s opiniones que las de la Guardia Civil y las de ETA. Txomin Ziluaga halla la ocasi¨®n de una par¨¢bola: "Si Zabalza, al huir, llega a matar a dos guardias civiles, nosotros le hubi¨¦ramos echado la culpa a la Guardia Civil y no a ¨¦l". Gracias por esta aclaraci¨®n de -tamboril: ahora que nos la legitime te¨®ricamente el del clarinete. Y ETA, por su parte, liquida a otro de los generales de su lista en nombre de los derechos humanos. A uno no le queda mucho donde elegir si le ponen entre los que se encogen de hombros ante el cad¨¢ver del r¨ªo diciendo "algo habr¨¢ hecho" y los que zanjan la cuesti¨®n pidiendo a grito pelado garrote vil para la Guardia Civil.
Perdonen, pero es la aced¨ªa del a?o nuevo. "?Acaso los tiranos no podr¨¢n ser vencidos m¨¢s que por los tiranos?", se preguntaba el Childe Harold de Byron. La respuesta es: claro que no. Por eso la tortura -que es terrorista- no podr¨¢ acabar de veras con el terrorismo; por eso el terrorismo -que es de pendencia brutal y fan¨¢tica no podr¨¢ ser origen de ninguna autodeterminaci¨®n aut¨¦ntica; por eso la preparaci¨®n de la guerra que es ya la parte me nos noble de la guerra misma no fundamentar¨¢ ninguna forma de paz, etc¨¦tera. Pero ?c¨®mo convencer a esos j¨®venes cuya vocaci¨®n es oponerse de que la democracia no. es la reverencia timorata a un c¨®digo, sino la activa disposici¨®n de enfrentarse tanto a los tiranos como a los tiranos que quieren ,vencer a los tiranos? Aunque quiz¨¢ en intentar convencer est¨¦ precisamente el mal. ?Qu¨¦ fatiga.!Llamamos luna nueva a un fantasma lunar casi borrado: a m¨ª este a?o nuevo me parece tambi¨¦n desvanecido y fantasmal, indeciso, agobiante, est¨¦rilmente triste. Voy a esperar lo menos una semana antes de volver a indignarme o ilusionar me con cualquier cosa...-
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