Argelia: el Congreso de la Constituci¨®n
(...) De manera esquem¨¢tica se pueden resumir esos principios, recordados tantas veces por los dirigentes argelinos, en el siguiente objetivo: independencia econ¨®mica, desarrollo armonioso mediante la valorizaci¨®n de los recursos naturales, progreso social y apertura cultural; es decir, garantizar al pueblo los elementos necesarios para una vida digna que s¨®lo se concibe en libertad. Ahora bien, esta libertad no puede desplegarse hasta no haber liquidado determinados obst¨¢culos: dependencia econ¨®mica del exterior, retraso tecnol¨®gico, dejadez y falta de rigor en la producci¨®n...( ... ) Actualmente, el pa¨ªs sufre las consecuencias de la crisis econ¨®mica internacional. Menos que otros, gracias a la solidez de su sistema, pero lo suficiente para que sus dirigentes estimen imperiosa la necesidad de sacar adelante su plan de desarrollo contando con la falta de beneficios resultante de la baja del precio de los hidrocarburos y del incremento de los tipos de inter¨¦s de los pr¨¦stamos contra¨ªdos. Desde hace a?os se viene cumpliendo progresivamente este objetivo. Ahora hab¨ªa que trazar el balance de lo realizado y establecer las proyecciones, habida cuenta de las nuevas realidades tanto en el interior como en el exterior.
Los grandes ejes de desarrollo se mantienen, e incluso se consolidan, y se aportan precisiones especialmente en lo que respecta al sector privado. Algunos se han lamentado de la traici¨®n al creer que el FIN iba a liquidar de saldo el sector p¨²blico en beneficio de un sector privado que se pinta como un ogro al acecho. Otros, m¨¢s sutiles, han comentado que no hab¨ªa que ofrecer el sector estatal a manos privadas en nombre del modernismo y de la eficacia, sino hacer saltar las cadenas que imped¨ªan la expansi¨®n del sector privado.
Los debates en tomo a esta cuesti¨®n han sido violentos, apasionados y concluyentes. En pocas palabras, no hay ni ogro que temer ni cadenas que hacer saltar, sino una l¨ªnea clara a seguir. El sector privado existe, pero de una manera casi salvaje, en el sentido que el Estado, aunque garantiza su existencia, no se ha preocupado lo suficiente de la funci¨®n que pod¨ªa desempe?ar en la vida econ¨®mica y social del pa¨ªs por atender otras prioridades.
5 de enero
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