Miedo escolar

Somos muchos los profesores que d¨ªa a d¨ªa luchamos por una ense?anza m¨¢s humana y tratamos de llegar al ni?o como amigos, dialogando y coparticipando de la satisfacci¨®n que da la superaci¨®n personal en todos los aspectos de la vida. Los primeros interesados en desterrar el miedo del ni?o somos nosotros, no s¨®lo de la escuela, sino de todo el entorno que le rodea, y estamos convencidos de. que no es en los colegios donde m¨¢s y mejor se imparte esta asignatura, ni somos, los que tenemos la suerte de trabajar en la ense?anza, los catedr¨¢ticos en miedo, sino los primeros en contrarrestar las consecuencias de ¨¦ste en el ni?o. La escuela le aporta, en la mayor¨ªa de los casos, confianza en s¨ª mismo, y muchas veces el ni?o se encuentra en ella liberado de miedos y opresiones que encuentra fuera de ella.La forma caricaturesca de tratar el tema en el suplemento semanal del martes 17 de diciembre no muestra el esfuerzo que se est¨¢ haciendo desde dentro de la ense?anza, a veces en las peores circunstancias, y desde luego no, aporta nada en la l¨ªnea de superar un problema tan complejo, profundo y delicado como es ¨¦ste.

El sensacionalismo y la parcialidad no encajan en. un peri¨®dico como EL PA?S, donde la moderaci¨®n y la objetividad son notas habituales. Los compa?eros que se han prestado a este juego no sabemos qu¨¦ pretenden; lo que s¨ª sabemos es que los claustros de los colegios est¨¢n abiertos tambi¨¦n a los profesores del programa municipal Escuela y Cultura de M¨®stoles para recibir cualquier aportaci¨®n que incida en este u otro problema a superar-

y 22 firmas m¨¢s.