Separaci¨®n matrimonial

Hace 50 d¨ªas que mi mujer decidi¨® irse de casa alegando que su amor hacia m¨ª se hab¨ªa agotado. En esta marcha se llev¨® lo ¨²nico que daPasa a la p¨¢gina 15

Viene de la p¨¢gina 13

sentido a mi vida: nuestro hijo de tres a?os. Con el argumento de que "no me da la gana dej¨¢rtelo", y con la perspectiva de los cuatro o cinco meses que tardar¨¢ la justicia en otorg¨¢rmelo los d¨ªas que me corresponda verlo legalmente, me encuentro incapacitado para resolver esta situaci¨®n de modo racional. La v¨ªa violenta, recomendada por algunos, de ir a buscarlo y tra¨¦rmelo por la fuerza s¨®lo se ve frenada por el posible trauma que podr¨ªa causar al chaval; pero tambi¨¦n me sublevo ante el largo tiempo que va a pasar el ni?o sin su derecho legal de ver a su padre por la actitud soberbia, arrogante (eso s¨ª que es violencia) de su madre.

Si me he decidido a buscar ayuda en las p¨¢ginas de su diario ha sido porque en ellas he le¨ªdo unas declaraciones de Pablo Castellano, miembro del Consejo General del Poder Judicial, donde ped¨ªa a los jueces que se acercasen y participaran m¨¢s directamente de los problemas de los ciudadanos y no s¨®lo a trav¨¦s de los fr¨ªos papeles de las denuncias, y por ello quiz¨¢ el juez que atienda mi caso est¨¦ en esa l¨ªnea de pensamiento y sea capaz de acortar el tiempo del tr¨¢mite procesal para que yo pueda visitar a mi hijo antes de que el desequilibrio que me produce su ausencia le pueda perjudicar- F¨¦lix Domingo Ayuso.