Las milicias cristianas luchan por su hegemon¨ªa en el este de Beirut
La tensi¨®n que prevalec¨ªa en el sector cristiano de L¨ªbano desde la firma a finales de diciembre de un acuerdo de paz en Damasco, alcanz¨® ayer su paroxismo con el estallido entre cat¨®licos de rito maronita de una guerra civil dentro de la guerra civil libanesa.
El desencadenamiento del conflicto coincidi¨® con la und¨¦cima visita oficial que inici¨® ayer en la capital siria el presidente de L¨ªbano, Amin Gemayel (maronita), mientras sus partidarios reagrupados en el partido Kataeb (falangista) y reticentes al acuerdo concluido en Damasco, luchaban contra la principal milicia cristiana, las Fuerzas Libanesas (FL), capitaneadas por Elie Hobeika, que suscribi¨® el mes pasado la pax siria. [Ambos grupos anunciaron ayer un acuerdo para "devolver el orden" a Beirut.]
Los cristianos, que tantas veces ridiculizaron los enfrentamientos armados intermusulmanes, conocieron ayer, a su vez, la guerra fratricida a gran escala, que les oblig¨® a permanecer encerrados en sus casas o s¨®tanos durante largas horas, mientras las emisoras de radio locales transmit¨ªan marchas patri¨®ticas entrecortadas por consejos de prudencia y llamamientos a los donantes de sangre.
Ning¨²n balance fidedigno del sin duda elevado n¨²mero de v¨ªctimas hab¨ªa podido ser establecido a ¨²ltima hora de la tarde a causa de la intensidad de unos combates empezados, al parecer, casi de madrugada, cuando los falangistas erigieron controles en carreteras y apresaron a sus adversarios, sobre todo en el distrito de la sierra del Metn, feudo de Gemayel, donde est¨¢ su pueblo natal de Bikfaya.
?sta era la ¨²nica zona del denominado reducto cristiano liban¨¦s que escapaba al control de las FL, cuyo jefe tom¨® ayer la dif¨ªcil decisi¨®n, seg¨²n sus propias palabras, de ordenar al asalto para "perseguir hasta all¨ª a los perturbadores y terroristas", instigados por el propietario del palacio de Baabda, alusi¨®n al presidente Gemayel.
Los combates no quedaron, sin embargo, circunscritos a esa regi¨®n monta?osa, porque patrullas falangistas fuertemente armadas hicieron su aparici¨®n en otros barrios densamente poblados, como el suburbio beirut¨ª de Daura, donde varios grandes dep¨®sitos de gasolina fueron pasto de las llamas, sin que los bomberos lograsen controlar el incendio durante largas horas.
Aunque, a diferencia de las FL, los falangistas opinan que el pacto firmado el 28 de diciembre por esa milicia enemiga y los movimientos armados druso y shi¨ª debe ser corregido, porque prev¨¦ reformas que merman excesivamente el poder pol¨ªtico de los maronitas, la batalla de ayer no es tanto explicable por el rechazo o el apoyo de ambos bandos cristianos a la carta magna de Damasco cuanto como una expresi¨®n de la lucha que libran Hobeika y Gemayel por la hegemon¨ªa pol¨ªtica y militar en el seno de esa comunidad confesional.
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