Bando
Madrile?os: con ocasi¨®n de mi reciente fallecimiento permitido que vuestro alcalde lance su ¨²ltimo bando. Corren malos tiempos, sobre todo para m¨ª que estoy de cuerpo presente. Pero no tiene importancia. Se trata s¨®lo de ese leve percance que te lleva a la eternidad. Durante toda la jornada de ayer se form¨® una paciente cola ante la capilla ardiente para con templar mi cad¨¢ver y los ciudadanos m¨¢s perspicaces sin duda des cubrieron que en el catafalco yo exhib¨ªa una sonrisa de conejo. Puedo asegurarles que no me re¨ªa de nadie, sino de la Historia. En cierta ¨¦poca de mi vida aliment¨¦ una vana y secreta ambici¨®n. So?¨¦ in¨²tilmente con llegar a presidir la tercera rep¨²blica espa?ola y por ello hice de mi esp¨ªritu un delicado cultivo de formas y respeto a los dem¨¢s, nunca estuve dotado para las grandes intrigas. Siempre dud¨¦ de todo y de m¨ª mismo. Por eso un d¨ªa tuve que enfundar el florete y rebajar las ilusiones. Entonces el destino me depar¨® el mejor regalo arroj¨¢ndome al amor de los madrile?os. Con ¨¦l me he saciado. No me gustar¨ªa que ahora la gente me humillara con alabanzas al muerto. Deseo que me consideren lo que fui: un ser perplejo, amante de la libertad, educado y s¨®lo realiza do a medias. Despu¨¦s de todo la Historia no ha sido tan esquiva conmigo. Hoy, entre la muchedumbre, mis restos mortales cruzar¨¢n las calles de Madrid en una carroza tirada por 12 caballos, y un profesor dubitativo nunca pudo aspirar a m¨¢s. Con este ¨²ltimo bando quiero recomendar a los madrile?os un poco de orden cuando mi cortejo f¨²nebre pase por delante de sus ojos hospitalarios. Me perturba ser yo mismo el causante de una alteraci¨®n de tr¨¢fico. Que todo fluya suavemente, como dijo el fil¨®sofo, con la corriente encabezada por mi pobre cuerpo hacia la tumba, sin que se interrumpa la circulaci¨®n. Por lo dem¨¢s, en el futuro yo no ser¨¦ sino aquel hombre que en la intimidad del coraz¨®n embisti¨® a la gloria sin audacia y al final s¨®lo encontr¨® el calor breve e intenso del pueblo. Que mi tr¨¢nsito por esta tierra haya sido del agrado de ustedes. Perdonen las molestias. Vuestro alcalde, Enrique Tierno Galv¨¢n.
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