A prop¨®sito de las tesis y las dietas
Me dirijo a usted para participarle un caso que a m¨ª, que me tengo por bondadoso, se me ocurre calificar de pintoresco.Ver¨¢ usted, se?or director, la ley de Reforma Universitaria, en lo que concierne a los tribunales de tesis doctorales, dispone que al menos dos de los miembros de entre los cinco que componen un tribunal deben ser catedr¨¢ticos o profesores titulares de universidades distintas a aqu¨¦lla donde se efect¨²a la lectura de la tesis doctoral.
La medida, irreprochable hasta aqu¨ª, adolece de un peque?¨ªsimo (no conviene ser radical en la cr¨ªtica) defecto en su aplicaci¨®n: la Administraci¨®n es incapaz de proveer a tiempo los fondos para los gastos de desplazamiento y dietas de los profesores for¨¢neos. Si usted se dirige al rectorado de su universidad (al menos en Sevilla y, por extensi¨®n, creo que en todo el pa¨ªs) para interesarse por este dinero y solicitar su adelanto, perder¨¢ su tiempo. Nadie sabe nada.
?C¨®mo puede leerse entonces una tesis doctoral?, se preguntar¨¢ usted.
El doctorando, despu¨¦s de cuatro a?os que le ha ocupado normalmente la realizaci¨®n de su tesis, es ya capaz de todo, y adelanta por ¨²ltimo el dinero de dietas y viajes.
Por ejemplo, una tesis le¨ªda en Sevilla con dos profesores venidos de Madrid le costar¨ªa alrededor de 50.000 pesetas; 32.000 de billetes de avi¨®n, y 18.000 de dietas. Al cabo de un a?o o a?o y medio, el doctorando podr¨¢, con suerte (si paga la Administraci¨®n), recuperar su diero. Naturalmente, sin intereses.
Si a las 50.000 del ala anteriores une usted los costes de encuadernaci¨®n, mecanografiado y delineaci¨®n de la tesis y el de la comida tradicional y de cortes¨ªa, que algunos pudientes todav¨ªa celebran, tendr¨¢ usted una idea aproximada del coste de la broma.
Conf¨ªo, se?or director, que a trav¨¦s de su peri¨®dico llegue esta carta, si usted considera oportuna su publicaci¨®n, a manos de nuestras autoridades acad¨¦micas y tengan a bien subsanar esta situaci¨®n impropia de un pa¨ªs civilizado. Mientras tanto seguiremos esperando y... pagando.-
Catedr¨¢tico de la universidad de Sevilla.
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