Para evitar los infartos de m¨¦dicos
Impresionado por los ataques a que est¨¢n siendo sometidos parte de los m¨¦dicos al ser obligados a declarar .sus diferentes empleos, hecho que, seg¨²n el se?or Ram?ro Rivera, ha producido varios infartos, quisiera proponer dos soluciones:-Que el Gobierno retire inmediatamente dicha ley. Bastante tienen esos pobres m¨¦dicos con estar en dos o tres sitios a la misma hora para que ahora el Gobierno les obligue a multiplicar su don de ubicuidad present¨¢ndose tambi¨¦n en la oficina en que han de declarar.
-Que estos m¨¦dicos, en uno de los segundos que tengan libres entre enfermo y enfermo, echen una ojeada a la vida reposada de tantos y tantos colegas alevines que han terminado la carrera. Es ciertamente sana. Por ejemplo, ninguno de los que hacen urgencias en horas nocturnas, para las cl¨ªnicas que tienen a bien contratarlos, sufre ataques card¨ªacos. Cuando llaman desde un hotel, por ejemplo de cinco estrellas, a medianoche, el joven m¨¦dico se levanta alegremente, contempla las estrellas, respui.a el aire tranquilo de la ciudad, visita al enfermo sin ninguna prisa y cobra las 9.000 pesetas estipuladas; al salir, saluda amablemente al conserje, le abona las 4.000 pesetas correspondientes de comisi¨®n por la llamada y, despu¨¦s de pagar al t¨ªtular de la plaza 2.500, se marcha a la cama con las restantes 2.500, a no ser que el taxista decida cobrarle, porque entonces ser¨¢n algunas menos. Alegre, relajado y saludando a la fresca brisa se ir¨¢ a dormir: sabe que al d¨ªa siguiente no tendr¨¢ que firmar ninguna ley de incompatibilidades a no ser qu¨¦ alg¨²n conserje del hotel se la exija, que todo puede suceder en esta vi?a del se?or.-
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