La NASA ignora las causas

FRANCISCO G. BASTERRA, La NASA continuaba anoche en tinieblas -"no descartamos ninguna posibilidad"- sobre las causas que originaron el martes la cat¨¢strofe del Challenger , mientras las especulaciones m¨¢s insistentes se centran en un Tallo en el gigantesco dep¨®sito de combustible principal de la nave, repleto en el momento del lanzamiento de una explosiva combinaci¨®n de 1.438.000 litros de hidr¨®geno l¨ªquido y 530.000 litros de ox¨ªgeno l¨ªquido. Para otros expertos, el problema se produjo en las bombas que suministran el combustible desde ese tanque a los tres motores principales del Challenger, lo que explicar¨ªa que las primeras llamas aparecieran en la base de la nave orbital, donde est¨¢ pegado el dep¨®sito de combustible l¨ªquido principal.
La NASA s¨®lo tiene de momento como pruebas, varias decenas de piezas del Challenger, recogidas en una zona mar¨ªtima de 1.200 millas cuadradas frente a cabo Ca?averal, la mayor de las cuales mide 10 por 12 metros. Para la agencia espacial norteamericana, "ahora se trata de recoger toda la informaci¨®n posible y asegurarla", garantizando que no se perder¨¢ "ning¨²n dato". Se ha solicitado la colaboraci¨®n ciudadana para que nadie se quede con recuerdos que puedan encontrar o lleguen a las playas Se han formado varios equipos de especialistas que analizar¨¢n detalladamente los datos de la telemetr¨ªa, la trayectoria del vuelo, sus preparativos y las fotos y las im¨¢genes de televisi¨®n.El silencio del avanzado equipo de cinco ordenadores IBM que llevaba -el Challenger, que no advirti¨® ninguna anomal¨ªa, es algo que sorprende a los observadores. El silencio de los ordenadores de la misi¨®n, que como todas las del programa espacial tripulado controlan los vuelos, procesando a velocidades infinitas millones de datos que ser¨ªa incapaz. de verificar el hombre, contrasta con advertencias que realizaron en misione anteriores abortando el vuelo segundos antes del despegue.
Por ello, los datos m¨¢s valiosos hasta ahora son los ofrecidos por la pel¨ªcula de los 75 segundos que precedieron a la tragedia. Los investigadores estudiar¨¢n tambi¨¦n con enorme minuciosidad, hasta la millon¨¦sima de segundo, los miles de datos contenidos en la cinta magn¨¦tica del vuelo procesados por los ordenadores, adem¨¢s de las piezas que se recobren del mar. En una segunda fase, cuando concluyan su b¨²squeda los ocho barcos y nueve aviones que rastrean la zona, se piensa en una exploraci¨®n submarina del fondo del Atl¨¢ntico en un- ¨¢rea que tiene profundidades m¨¢ximas de 60 metros.
El hielo sobre la nave
La NASA, en una conferencia de prensa ofrecida ayer, reiter¨¦ que el hielo formado sobre la plataforma de lanzamiento y sobre la nave no hac¨ªa arriesgado el vuelo. Sin embargo, Jesse Moore, administrador adjunto de la agencia espacial, no contest¨® a la pregunta de un periodista que asegur¨® que los responsables de la empresa Rockwell -una de las fabricantes m¨¢s importantes del transbordador- telefonearon el martes a la NASA para decir que se retrasara el lanzamiento por el problema del hielo.
Los directivos de la agencia espacial no quisieron tampoco comentar las eventuales consecuencias del fracaso sobre la defensa militar de EE UU. Los portavoces de la NASA declararon que creen que encontrar¨¢n la causa del desastre,- y se negaron a contestar a las innumerables especulaciones y teor¨ªas existentes. Todas estas presunciones se centran en el dep¨®sito principal de combustible, y permitieron ayer a The New York Times destacar en su primera p¨¢gina que "la explicaci¨®n m¨¢s l¨®gica es que una gran filtraci¨®n debi¨® ocurrir en el dep¨®sito mismo, en sus conducciones o en el sistema de suministro que lleva hidr¨®geno l¨ªquido a los tres motores de la nave espacial".
Pero una explosi¨®n s¨®lo pudo producirse si el hidr¨®geno entr¨® en contacto con el aire o con el ox¨ªgeno depositado en la parte anterior del tanque principal. Seg¨²n esta teor¨ªa, pudo producirse un problema en una pared que separa, en el interior del dep¨®sito, al hidr¨®geno del ox¨ªgeno, que pudo provocar la mezcla de los dos l¨ªquidos: Otras de las posibilidades barajadas es que el dep¨®sito principal, de 50 metros de longitud y previsto para estar adosado a la nave en los primeros ocho minutos de su vuelo (los dep¨®sitos de combustible s¨®lido se sueltan a los dos minutos del despegue), fue sometido a una presi¨®n mec¨¢nica desorbitada. - -
La explosi¨®n ocurri¨® s¨®lo segundos antes de que los motores del transbordador se dispararan a su m¨¢xima potencia. El dep¨®sito principal pudo ser da?ado en dos puntos d¨¦biles: en los que se apoya sobre la nariz del Challenger y sobre su cola. El fallo de estos soportes pudo dejar suelta alguna pieza que caus¨® el da?o al dep¨®sito. El apoyo trasero es especialmente sensible porque a trav¨¦s de ¨¦l pasan las l¨ªneas de suministro de combustible a los motores de la nave y los circuitos el¨¦ctricos que conectan el dep¨®sito con el Challenger. Otra posibilidad barajada es que otra pieza del transbordador o de sus dos tanques de combustible s¨®lido se hubiera soltado en vuelo, golpeando al tanque principal y provocando la explosi¨®n y la bola de fuego.
Otra posibilidad ser¨ªa el disparo accidental de un dispositivo que lleva el Challenger. Se trata de un sistema explosivo para volar la nave en caso de que algo vaya mal y evitar que caiga sobre una zona poblada.
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