Tirana mantiene su fe en Stalin
Un a?o m¨¢s, el diario oficial alban¨¦s Zeri i Popuffit volv¨ªa a insultar, el 1 de diciembre, a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, que puntualmente hab¨ªa ofrecido a Tirana la normalizaci¨®n de las relaciones diplom¨¢ticas con motivo de la fiesta nacional albanesa. 20 d¨ªas m¨¢s tarde, en el aniversario del nacimiento de Stalin (21 de diciembre), dicho diario engrandec¨ªa la figura de quien para Tirana sigue siendo el ¨²ltimo sovi¨¦tico de honor. Los postulados de Albania, "¨²nico pa¨ªs socialista del mundo", siguen inalterados a 10 meses de la muerte de Enver Hoxha: nada con el revisionismo sovi¨¦tico, nada con el imperialismo estadounidense y todo con Stalin.
Pero entre los pe?ones de Washington y Mosc¨² y con el norte ideol¨®gico puesto en una tumba que a nada obliga, quedan muchos derroteros pol¨ªticos posibles. La fe en Stalin, acompa?ada del odio a sus sucesores, no le ha impedido a Albania acercarse mucho a Italia, Francia y Grecia desde la muerte de Hoxha.No son procesos nuevos, pero la salud y el vigor de los 60 a?os de edad de su sucesor, Ramiz Alia, contrastan con los ¨²ltimos a?os del l¨ªder hist¨®rico, mermados por un derrame cerebral y por la lucha pol¨ªtica contra Mehmed Shehu y sus partidarios. Si de algo no se puede dudar es de la ortodoxia estalinista de Alia. Todav¨ªa no se han secado las tintas de sus ataques a Santiago Carrillo durante la transici¨®n espa?ola.
Grecia y Albania tienen que concluir la guerra de papel m¨¢s vieja de Europa. Tirana y Atenas no han firmado la paz desde que Benito Mussolini atacara Grecia el a?o 1940, utilizando como trampol¨ªn el territorio alban¨¦s, a pesar de que la junta de los coroneles griegos reanud¨® sus relaciones diplom¨¢ticas con Hoxha a principios de los a?os setenta.
Poco despu¨¦s de que Hoxha falleciera el pasado abril, un coronel alban¨¦s viaj¨® a la fronteriza Grecia a hablar, seg¨²n se explic¨® oficialmente, de "temas de cooperaci¨®n fronteriza". La idea de viajar un militar alban¨¦s a un pa¨ªs de la OTAN como es -Grecia, aunque s¨®lo fuera a hablar de cuatro mojones fronterizos, tiene una gran carga simb¨®lica.
El 10 de septiembre llegaba a Tirana Jean Michel Baylet, secretario de Estado de Exteriores galo. Era el primer viaje de un alto funcionario franc¨¦s a Albania en 40 a?os, pese al amor jacobino que siempre cultiv¨® Hoxha por la Francia de su juventud. M¨¦dicos de aquel pa¨ªs atendieron su diabetes y el deterioro cardiovascular que precedi¨® a su muerte.
La pol¨ªtica albanesa de Francia era seguida de cerca por italianos y griegos, que tambien han eriviado representantes suyos a Tirana.
Pago al contado
Albania no tiene problemas financieros. Los problemas econ¨®micos de ese pa¨ªs son de orden contable. Las finanzas casi no existen como categor¨ªa econ¨®mica. Est¨¢ constitucionalmente prohibido aceptar cr¨¦ditos del extranjero. Lo que compran lo pagan al contado. Con una extensi¨®n similar a la de Galicia y unos tres millones de habitantes que son los que m¨¢s procrean de Europa, el desarrollo alban¨¦s es modesto aunque constante.
Desenga?ados de los grandes amores de su pasado, yugoslavo (hasta 1948), sovi¨¦tico (hasta 1960) y chino (hasta 1977), los albaneses no quieren volver a ver su industria paralizada por los bloqueos que siempre siguieron a sus rupturas de alianzas eternas. Por ello se han propuesto diversificar su comercio y su dependencia tecnol¨®gica. Son autosuficientes en petr¨®leo y hasta exportan algunas cantidades de derivados. El mineral de cromo, la agricultura y la electricidad sonbuenas fuentes de divisas.
Pr¨¢cticamente carece Albania de marina y aviaci¨®n comerciales. Es el ¨²nico pa¨ªs de Europa al que todav¨ªa no se puede llegar en tren. Pero ya la locomotora ha llegado a la frontera albano-yugoslava y s¨®lo falta que los vecinos yugoslavos terminen para la primavera su tramo. Albania vivir¨¢ entonces, a fines del siglo XX, la gran fiesta ferroviaria que la mayor¨ªa de los pueblos de Europa celebraron en el siglo XIX.
El problema de las minor¨ªas albanesas que viven en Yugoslavia envenena las relaciones albanoyugoslavas. Pero nadie ignora que Tirana tiene que acabar entendi¨¦ndose con Belgrado. La dependencia geoestrat¨¦gica albanesa de Yugoslavia s¨®lo es comparable a la portuguesa de Espa?a.
Albania se sali¨® del Pacto de Varsovia el a?o 1968, tras haber conservado en el mismo un estatuto de durmiente desde la ruptura con Mosc¨² el a?o 1960. La Uni¨®n Sovi¨¦tica sigue de cerca la evoluci¨®n albanesa.
En sus celos de ver a la estrat¨¦gica Albania coquetear con Occidente, el diario sovi¨¦tico Izvestia le recordaba hace poco a Tirana "las maniobras del Reino Unido que apoyaron las ambiciones grecoitalianas de posguerra para tratar de imponerle su voluntad al joven Estado".
Las relaciones
BelgradoLos pol¨ªticos espa?oles dec¨ªan hasta hace poco que el tema de las relaciones con Tirana tendr¨ªa que esperar al intercambio de embajadores entre Madrid y Tel Aviv. Este argumento sacaba de quicio a los diplom¨¢ticos albaneses. Con escaso talento para apreciar el superrealismo ib¨¦rico, los albaneses se ve¨ªan haciendo cola ante el palacio de Santa Cruz detr¨¢s de los representantes del sionismo.
En el verano de 1984, los senadores socialistas Rafael Estrella y Antonio Ramis se entrevistaron en Belgrado con el embajador alban¨¦s en Yugoslavia, Lik Siti. El informe que presentaron en Madrid no hizo avanzar el proceso.
Desde que en el a?o 1979 el Gobierno espa?ol expulsara a la alteza m¨¢s alta del mundo, el pretendiente al trono alban¨¦s Leka Zog, que mide 2,06 metros, Belgrado se convirti¨® en la posible sede del embajador espa?ol ante Tirana.
Los sucesivos embajadores espa?oles llevaban departiendo normalmente con sus hom¨®logos albaneses desde la muerte de Franco. En vida de ¨¦ste, los representantes de Hoxha ten¨ªan prohibido darles la mano a los del caudillo.
Albania quiere abrir relaciones con la Rep¨²blica Federal de Alemania, con el Reino Unido y con Espa?a. Con este ¨²ltimo pa¨ªs no existe sombra alguna. En cambio, antes de mandar un embajador, Londres tendr¨¢ que entregarle a Albania 1.100 kilos de oro que Tirana reclama desde el fin de la Il Guerra Mundial. A Bonn le exigen los herederos de Hoxha unos 2.000 millones de marcos en da?os de guerra. Pero debido al s¨ªndrome israel¨ª, si las cosas siguen as¨ª, los embajadores de Londres y Bonn llegar¨¢n a Tirana antes que el de Madrid. Ya el pol¨ªtico b¨¢varo Franz Josef Strauss ha visitado ese pa¨ªs, mientras que s¨®lo un diplom¨¢tico espa?ol, Miguel ?ngel Moratinos, ha visitado Tirana en 40 a?os.
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