La jura del Pr¨ªncipe

Entre las razones a favor de la monarqu¨ªa como mejor forma de Estado en el mundo moderno se alega la continuidad que esta instituci¨®n garantiza. En los reg¨ªmenes republicanos la sucesi¨®n en la jefatura del Estado no siempre es pac¨ªfica. Hay que distinguir -claro es- entre lo que ocurre en las naciones bien vertebradas, con tradici¨®n democr¨¢tica y cultura c¨ªvica elevada, y lo que sucede en los pa¨ªses de escaso desarrollo, con tensiones y polarizaciones sociales que generan inestabilidad. La rep¨²blica, en estos momentos, es una forma pol¨ªtica incapaz de asegurar con normalidad la transmisi¨®n de poderes.Espa?a en noviembre de 1975 era de clase media. Ni est¨¢bamos entre las naciones s¨®lidamente configuradas, capaces de afrontar los problemas pol¨ªticos sin experimentar sacudidas, ni nos hall¨¢bamos entre las naciones proletarias, carentes de las m¨ªnimas condiciones para ensayar con fortuna un sistema de libertades p¨²blicas. ( ... )

La monarqu¨ªa ha hecho posible el actual r¨¦gimen de libertades p¨²blicas y de participaci¨®n ciudadana. Desaparecieron los recelos. Y la monarqu¨ªa, como ocurre en los pueblos superdesarrollados del norte de Europa, adem¨¢s de en las islas Brit¨¢nicas, garantiza en Espa?a la permanencia de la democracia pluralista en un Estado de derecho. ( ... )

Desde un punto de vista estrictamente ortodoxo, y teniendo en cuenta que la Constituci¨®n define la monarqu¨ªa como una "forma de Estado" (no una forma de gobierno), la intervenci¨®n del jefe del Ejecutivo o la de cualquier otro dirigente de un partido no tienen mucho sentido. Pero la brevedad de nuestra historia democr¨¢tica y las desconfianzas iniciales de los socialistas hacia la monarqu¨ªa son unos factores a tener en cuenta. El Pr¨ªncipe de Asturias va a jurar como sucesor en presencia del presidente del Gobierno socialista. Felipe Gonz¨¢lez, secretario general del PSOE, intervendr¨¢ expresamente en el gran acontecimiento. (...)

, 30 de enero