Buda
?Ves a ese Buda de sonrisa feliz, de gran barriga sonrosada? Pues aunque no lo parezca, Buda ten¨ªa ¨²lcera de duodeno. El misterio se ha revelado mediante un manuscrito descubierto bajo el polvo de un monasterio del Tibet y en ¨¦l se ha podido leer, en vers¨ªculos cr¨ªpticos casi indescifrables, que el estado de fuego interior que el Maestro Espiritual trataba de ahuyentar no era sino el ardor g¨¢strico. Cuando Buda un d¨ªa comprob¨® que el pensamiento siempre deja como recuerdo una llaga en las v¨ªsceras bajas, decidi¨® sentarse a la sombra de una higuera para anular la inteligencia corrosiva, y all¨ª, en la vertical de una breva, cre¨® una escuela de canto celeste. Por lo visto, nunca logr¨® que su ¨²lcera cesara de sangrar, puesto que Buda en el fondo buscaba desesperadamente la salvaci¨®n y ese deseo se paga. Luego los disc¨ªpulos lo convirtieron en una redonda imagen de oro, con el abdomen orondo, cuyo fulgor ha atravesado la historia del esp¨ªritu; pero hoy se ha desvelado que su sonrisa era un rictus de dolor de est¨®mago y su envidiable barriga un producto del arroz.Comprendo que el ser humano tenga la vana pretensi¨®n de salvarse y que algunos hombres adornados con extra?as vestiduras se pongan en cabeza para conducir hasta el final una imprudencia tan temeraria. El papa de Roma acaba de viajar a la India, donde Buda, despu¨¦s de varios milenios, a¨²n reina in¨²tilmente sobre el sufrimiento del cuerpo y la miseria del alma que no ha sido extirpada por ninguna filosof¨ªa. Wojtyla ha cogido de la mano al Dalai Lama y sin duda le habr¨¢ explicado los remedios que para este caso tiene el espiritualismo de Occidente. Buda pas¨® toda la vida con la mente en blanco, mir¨¢ndose el ombligo y no consigui¨® que se le cerrara la ¨²lcera. Yo me pregunto c¨®mo va a curar Juan Pablo II el dolor de est¨®mago con una moral llena de acidez, con una religi¨®n que no contiene bismuto sino amenazas y promesas que generan ansiedad. Si Buda no logr¨® relajarse desnudo y coronado de higos ante el fluido de la naturaleza. ?Qu¨¦ le habr¨ªa pasado a su duodeno si se hubiera visto obligado a elegir entre el cielo y el infierno de los cristianos?
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