La actitud del Ejercito, decisiva en los d¨ªas que seguir¨¢n a la consulta electoral
RAM?N VILAR? ENVIADO ESPECIAL, Las fuerzas armadas, que cuentan con unos 156.000 hombres, ser¨¢n con toda probabilidad los verdaderos ¨¢rbitros de la elecci¨®n presidencial filipina de hoy. Al relatar los incidentes de la campa?a electoral -103 en total, incluidos 26 asesinatos-, el teniente general Fidel Ramos, segundo en la escala jer¨¢rquica de las fuerzas armadas filipinas, confirm¨® ayer a la Prensa que sus efectivos se encuentran en estado de alerta roja.
Insisti¨® el teniente general en que el Ej¨¦rcito s¨®lo intervendr¨¢ en caso de que lo solicite la Comisi¨®n Electoral, designada por Marcos, y confirm¨® que el Ej¨¦rcito "est¨¢ preparado para cualquier contingencia".El ambiente electoral est¨¢ lleno de especulaciones. La oposici¨®n teme el pucherazo y todos los observadores internacionales coinciden en que Marcos, tras 20 a?os en el poder, utilizar¨¢ todos los recursos para seguir gobernando.
Las 74 horas que seguir¨¢n a las votaciones se consideran cruciales, y en todas las hip¨®tesis el papel del Ej¨¦rcito se valora como vital. Puede aplicar una nueva ley marcial, puede dar un golpe de Estado o, en el mejor de los casos, puede adoptar una posici¨®n imparcial si es que llega a vencer la candidata de la oposici¨®n, Coraz¨®n Aquino.
Las fuerzas armadas de Filipinas han triplicado su potencial desde 1972, cuando Marcos decret¨® la ley marcial. Han pasado de 54.000 hombres a los 156.000 con que cuentan ahora. Bajo el mando del general Fabi¨¢n Ver, ¨ªntimo amigo, cu?ado y consejero del presidente Marcos, el Ej¨¦rcito se ha visto cada vez m¨¢s implicado en la lucha contra las guerrillas musulmanas y comunistas.
Acusado de abusar de su poder en las zonas de lucha con la guerrilla, las fuerzas armadas filipinas son criticadas tambi¨¦n por la corrupci¨®n y escaso profesionalismo de sus mandos. Su desprestigio aument¨® tras el esc¨¢ndalo pol¨ªtico originado por el asesinato, el 21 de agosto de 1983, de Benigno Aquino -esposo de la actual candidata presidencial-, cuando regresaba de tres a?os de exilio voluntario en Estados Unidos.
Temor a provocaciones
A ra¨ªz de este asesinato, Fabi¨¢n Ver fue temporalmente apartado de su cargo de jefe de las fuerzas armadas y se vio envuelto en el juicio Aquino, hasta que los tribunales consideraron que no existi¨® ning¨²n compl¨® militar en la muerte del l¨ªder de la oposici¨®n. Aquino seg¨²n los tribunales filipinos, fue asesinado por un presunto "agente comunista". Ver, absuelto de toda culpa, fue inmediatamente rehabilitado por Marcos.
Durante la ausencia de Ver fue el teniente general Fidel Ramos quien desempe?¨® su cargo. Ramos est¨¢ considerado como proamericano y como la ¨²nica figura capaz de reformar las fuerzas armadas filipinas de acuerdo con los esquemas profesionalistas aconsejados por el Pent¨¢gono.
A pesar de las peticiones de la Administraci¨®n norteamericana -directamente interesada en los asuntos filipinos a causa de las bases americanas instaladas en las islas-, el presidente Marcos consider¨® que "nadie puede reemplazar a Ver".
El general Ver es un hombre fiel a Marcos y se le considera como el hombre fuerte en la actual coyuntura electoral. Los responsables del Ej¨¦rcito anuncian que hay unidades de la guerrilla infiltradas en el ¨¢rea metropolitana de Manila y que "puede haber incidentes". La oposici¨®n alega que puede tratarse de una operaci¨®n de provocaci¨®n montada desde las filas del poder para justificar una situaci¨®n poselectoral de represi¨®n pol¨ªtica.
Consciente de la fuerza de los militares, el equipo Coraz¨®n Aquino-Salvador Laurel ha mantenido una postura moderada en su campa?a electoral. Ambos han evitado cr¨ªticas abiertas y han ofrecido un programa de reforma que supone la retirada de varios altos mandos militares -incluido el general Ver- y la instalaci¨®n de nuevas promociones en la direcci¨®n del Ej¨¦rcito.
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