Ir mas all¨¢ de las reformas superficiales
Yuri Andropov efectu¨® durante el a?o en que estuvo al frente del Kremlin una serie de cambios que debilitaron moral y pol¨ªticamente al equipo directivo de Breznev. Sus esfuerzos para crear una nueva base y un programa de poder que sustituyeran a las normas y m¨¦todos de la camarilla de Breznev fueron continuados tras su muerte, en 1984, por su sucesor y m¨¢s cercano colaborador, Mijail Gorbachov. Este cambio de rumbo, no s¨®lo por lo que se refiere a la pol¨ªtica socioecon¨®mica sino tambi¨¦n en los m¨¦todos de direcci¨®n, se halla en el marco del socialismo real, ya que su objetivo no es plantear la democracia sino eliminar la corrupci¨®n y abusos de poder de los anteriores Gobiernos.
En la primavera de 1983, Yuri V. Andropov, que acababa de regresar al Kremlin procedente del hospital, recibi¨® a uno de sus m¨¢s fieles amigos. Andropov no ocultaba la gravedad de su enfermedad. Levant¨¢ndose con dificultad del asiento y acerc¨¢ndose a la ventana, dijo: "Los m¨¦dicos pronostican de dos hasta siete a?os de vida. Pero t¨² ya sabes cu¨¢nta mierda hay que limpiar aqu¨ª a¨²n". Y ech¨® una ojeada al reluciente patio del Kremlin. Despu¨¦s de esa conversaci¨®n, el destino no regal¨® a Andropov ni siquiera un a?o de vida. Pero con todo, hizo bastantes cosas, habiendo cambiado sensiblemente el ambiente pol¨ªtico en la sociedad y poniendo en primer plano al grupo de los l¨ªderes m¨¢s j¨®venes y en¨¦rgicos. Andropov consigui¨® reducir considerablemente el equipo de Breznev, debilit¨¢ndolo en el sentido pol¨ªtico y Toral. De todos los miembros del Politbur¨®, Mijail Gorbachov lleg¨® a ser la persona m¨¢s cercana a Andropov, quien en los ¨²ltimos meses de vida s¨®lo manten¨ªa contactos con ¨¦l.?Qu¨¦ fue lo que atrajo la atenci¨®n y provoc¨® la simpat¨ªa y confianza definteligente y cerrado Andropov en relaci¨®n a su bompatriota Gorbachov, cuando los dos se conocieron a principios de los a?os setenta en uno de los balnearios de Stavropol? Como jefe de la polic¨ªa secreta sovi¨¦tica, y siendo uno de los m¨¢s informados, y por ello de los m¨¢s poderosos l¨ªderes del Kremlin, Andropov se insertaba mal en la camarilla de Breznev y nunca participaba en sus diversiones primitivas. Amante de la pintura contempor¨¢nea, de la m¨²sica de Sviridov y las novelas inglesas, Andropov era un pol¨ªtico por vocaci¨®n y desde hac¨ªa tiempo preparaba una nueva base, un nuevo programa y una plantilla nueva y propia de poder, preparando atentamente su equipo entre la gente m¨¢s descontenta con las normas y m¨¦todos de la direcci¨®n brezneviana. El n¨²cleo de este grupo estaba formado por M. Gorbachov, E. Ligachov, V. Chebrikov, N. Rizhkov y V. Vorotnikov. No podemos saber tan r¨¢pidamente cu¨¢les fueron los resortes principales de esta uni¨®n pol¨ªtica y personal, con el apoyo de la cual Gorbachov pudo acceder al cargo di secretario general del Comit¨¦ Central del PCUS de una forma relativamente f¨¢cil tras la muerte de Chernenko.
Se hab¨ªa perdido demasiado tiempo y G¨®rbachov, apoyado por sus aliados pol¨ªticos, no se demor¨®. Ya en abril de 1985 propuso un nuevo rumbo, que prev¨ªa no s¨®lo una decidida aceleraci¨®n del desarrollo socioecon¨®mico del pa¨ªs, sino tambi¨¦n nuevos m¨¦todos de direcci¨®n. En la composici¨®n del Politbur¨® se realizaron cambios considerables.
El nuevo rumbo
El nuevo rumbo se puso r¨¢pidamente en pr¨¢ctica, acompa?ado d e cambios nunca vistos anteriormente en la composici¨®n de la direcci¨®n del partido y del Estado. En nueve meses, de 198 se jubilaron 40 secretarios regionales del partido y cerca de 30 ministros se retiraron, dos veces m¨¢s que durante los 15 meses de Andropov. Entre quienes han cambiado sus despachos de trabajo en el Kremlin por las tranquilas dachas est¨¢ no s¨®lo el octogenario primer ministro, N. Tijonov, o el miembro del Politbur¨® V. Grishin, de 71 a?os, sino tambi¨¦n el secretario del Comit¨¦ Central, G. Romanov, de 62 a?os. Mucha gente ha aparecido a la cabeza de las diferentes secciones del Comit¨¦ Central del PCUS.
Esta renovaci¨®n, que recuerda a las purgas, contin¨²a, abarcando a los secretarios de partido de las ciudades y distritos; a los directo res de las empresas e instituciones y de los institutos cient¨ªficos, de in" vestigaci¨®n y ense?anza; a la di recci¨®n pol¨ªtica del Ej¨¦rcito y la Marina, y a los cuadros militares. Nadie se sorprender¨ªa si el 27? Congreso del PCUS renovara la composici¨®n del Comit¨¦ Central en un 60% o 70%, y del Politbur¨®, elegido hace cinco a?os, s¨®lo que dara en su nueva composici¨®n Gorbachov y Gromiko.
Hoy en d¨ªa se trata no s¨®lo de un cambio de generaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s r¨¢pido que lo normal. Nuestra Prensa escribe sobre los cambios de car¨¢cter cr¨ªtico y cualitativo. Se puede decir de forma m¨¢s definida: los cambios en las cumbres tienen rasgos de desplazamientos sociales. En sustituci¨®n de los bur¨®cratas manchados por el abuso de sus cargos y la corrupci¨®n llegan trabajadores m¨¢s en¨¦rgicos y honrados, que se toman en serio las exigencias morales y las normas de la ideolog¨ªa del partido.
En lugar de los clanes burocr¨¢ticos del partido, con su sistema semifeudal de dependencia y lealtad personal, llegan los severos y competentes tecn¨®cratas, que est¨¢n unidos entre s¨ª en primer lugar por el inter¨¦s com¨²n en el progreso. La influencia y el papel del aparato sin rostro de la nomenclatura se ha debilitado despu¨¦s de haber sido casi todopoderosos no hace mucho. Al mismo tiempo, crece considerablemente la importancia y el poder de los l¨ªderes pol¨ªticos concretos, que niegan no s¨®lo el culto a la personalidad (Stalin) o el voluntarismo sujetivista (Jruschov), sino tambi¨¦n la adulaci¨®n y la pelotilla (Breznez).
Todos los cambios en el a?o que ha concluido ocurrieron en los marcos del socialismo real y estuvieron pr¨¢cticamente desprovistos de contenido democr¨¢tico. Se plantea la cuesti¨®n de la eficacia y de una gesti¨®n y una coordinaci¨®n mejores, pero no el tema de la de mocracia. La supercentralizaci¨®n en la econom¨ªa y la pol¨ªtica ha es tado hasta ahora ¨²nicamente al servicio de los nuevos l¨ªderes en su r¨¢pida sustituci¨®n de cuadros. Pero tal supercentralizaci¨®n est¨¢ lejos de ser siempre ¨²til, pues en el pa¨ªs se acumularon muchos problemas que no pueden ser resueltos ¨²nicamente mediante el cambio de cuadros dirigentes y de m¨¦todos de direcci¨®n.
El deseo de poner orden
A igual que la revoluci¨®n de los dirigentes en Occidente no elimin¨® los principales defectos de la sociedad capitalista, aunque aument¨® la efectividad y la productividad, as¨ª, los cambios actuales en la direcci¨®n sovi¨¦tica no eliminan los defectos principales del socialismo autoritario. Es comprensible el deseo de poner orden en la direcci¨®n de los transportes y la energ¨ªa, en la industria del petr¨®leo y del carb¨®n, en la producci¨®n de ordenadores modernos y en el campo de las finanzas y las comunicaciones. Sin embargo, cuando oigo las consignas para "el fortalecimiento de la direcci¨®n del partido en la literatura y el arte", o incluso las consignas para el reforzamiento y centralizaci¨®n de la direcci¨®n de la agricultura o los servicios p¨²blicos, no espero una mejora
?Ser¨¢n capaces Gorbachov y sus aliados de ir m¨¢s all¨¢ de las reformas superficiales, aunque importantes, y el establecimiento del orden? ?ste es el tema m¨¢s importante de conversaci¨®n hoy en Mosc¨².
"Gorbachov es inteligente y en¨¦rgico, es un hombre con fuerza de voluntad y cultivado. Pero no da la impresi¨®n de ser un pensador y un l¨ªder destacado", dice uno de los interlocutores.
"Las impresiones cambian, como la misma gente", le contestan. S¨ª. ?Y c¨®mo pod¨ªa ser posible que apareciera un pensador destacado en el Comit¨¦ Central del PCUS en tiempos de Breznev?
Toda su vida, Gorbachov se ha ocupado de la agricultura. Conoce mal los problemas de la gran producci¨®n industrial".
"Podr¨ªa ser que esto fuera una ventaja. Gorbachov se meter¨¢ menos en los actuales problemas de la industria y se ocupar¨¢ m¨¢s de pol¨ªtica. La tutela de Breznev s¨®lo molestaba a Kosiguin".
"Gorbachov no hizo el servicio militar y no tiene vinculaciones con los dirigentes militares. No tiene experiencia en la gesti¨®n de la pol¨ªtica internacional"."Los v¨ªnculos demasiado estrechos con los dirigentes militares a menudo s¨®lo entorpecen en la adopci¨®n de resoluciones justas en el campo de la pol¨ªtica militar-estatal. Gorbachov aprende r¨¢pido y ya consigui¨® un ¨¦xito considerable en la esfera internacional. El encuentro de Ginebra ha mostrado que aqu¨ª importa no s¨®lo la experiencia, sino tambi¨¦n un enfoque nuevo sobre los problemas de la seguridad".
"Interviniendo contra la corrupci¨®n en el aparato del partido y del Estado, Gorbachov, al igual que Andropov, cuenta con el apoyo del KGB. ?ste no es el camino hacia la democracia".
"Hace falta ser realista. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n exige hoy, no la democracia, sino el orden. Durante los ¨²ltimos 20 a?os, los ¨®rganos del KGB eran los menos afectados por la corrupci¨®n y est¨¢n dispuestos hoy a mantener una lucha contra ella. En el pa¨ªs hay disgusto, pero no hay un movimiento por la democracia, y casi toda la gente cultivada (con estudios) quieren cambios que no sean es pont¨¢neos, desde abajo, sino que consistan en reformas dirigidas desde arriba". "El alcoholismo no es solamente un defecto, sino una enferme dad social, un m¨¦todo para evadir se de los dif¨ªciles problemas de la vida cotidiana, de olvidarlos. El vino y el vodka en muchos casos ayudan a la gente a comunicarse. Por eso no es justo quitar a la gen te de la calle el vodka y no darle nada a cambio".
Los escritores, pintores, drama turgos y soci¨®logos tienen tambi¨¦n sus preguntas. ?Ser¨¢ el per¨ªodo de Gorbachov m¨¢s liberal para la cultura sovi¨¦tica? En el teatro y en el cine se notan s¨ªntomas de deshielo, pero a¨²n son demasiado d¨¦biles. Algunas palabras atrevidas fueron pronunciadas durante el congreso de los escritores de la Rep¨²blica Federativa Rusa. No s¨®lo Evtushenko intervino contra los privilegios materiales de la nomenclatura y contra las tiendas reservadas a una minor¨ªa de privilegiados. Una carta con una en¨¦rgica protesta contra los privilegios materiales y de otros tipos de cualquier miembro del partido, ocupe un cargo importante o modesto en el partido o en el Estado, fue publicada no hace mucho en la publicaci¨®n del Comit¨¦ Central del PCUS, Komunist.
?Qu¨¦ actitud tomar¨¢ Gorbachov ante la herencia pol¨ªtica de Stalin y e? ?Qu¨¦ actitud tomar¨¢ ante la experiencia de Hungr¨ªa y los problemas de la se gunda econom¨ªa? Gorbachov no tiene prisa en contestar a todas las preguntas y, posiblemente, a¨²n no tiene contestaci¨®n para estas preguntas. Le vemos y le escuchamos frecuentemente, pero no sabemos mucho de ¨¦l Los corresponsales occidentales estuvieron en la patria natal de Gorbachov, pero oye ron pocas cosas sobre su infancia y juventud. De otros nuevos miembros del Politbur¨® todav¨ªa sabemos menos cosas. Los l¨ªderes sovi¨¦ticos adquirieron fuerza del anonim¨¢to y la leyenda. En la pol¨ªtica internacional, saber las cualidades personales de los grandes l¨ªderes es m¨¢s importante que cono cer las caracter¨ªsticas de los cohetes bal¨ªsticos y los submarinos at¨®micos. El error de Jruschov al evaluar la personalidad de Kennedy casi llev¨® a la tercera guerra mundial. En Am¨¦rica siempre hay gente suficiente dispuesta a contar historias de los a?os de escuela y universidad de cualquier nuevo presidente. En la URSS nadie se apresura a narrar recuerdos seme jantes.
En Europa occidental aprecian con m¨¢s benevolencia la actitud de Gorbachov. Europa renunci¨® hace mucho a las quejas globales y aqui la URSS no es contemplada s¨®lo como un aliado o un adversario. Europa est¨¢ m¨¢s interesada en la cooperaci¨®n que en la confrontaci¨®n.
Uno de los peri¨®dicos rusos que se imprime en Par¨ªs escrib¨ªa mal¨¦volamente hace un a?o: "Los sue?os de Occidente sobre la aparici¨®n en la URSS de un joven tecn¨®crata de tipo occidental, dotado de sentido com¨²n y pragmatismo y dispuesto a cumplir el apasionado deseo occidental. de convertir la URSS en un pa¨ªs como los dem¨¢s, m¨¢s bien son un producto de la fantas¨ªa" (Ruskaia Misl, 3 de enero de 1985, p¨¢gina 5). Ahora estas fantas¨ªas adquieren una base real, aunque la URSS en muchos sentidos no puede llegar a ser un pa¨ªs como el resto.
es historiador y marxista heterodoxo. Vive en Mosc¨².
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