Los filipinos optan hoy entre la autocracia de Marcos y el cambio democr¨¢tico de Coraz¨®n Aquino
Los filipinos se enfrentan hoy, en un clima de tensi¨®n y de incertidumbre pol¨ªtica como nunca hab¨ªan conocido, a la elecci¨®n presidencia? m¨¢s importante desde la independencia del pa¨ªs, en 1946. La alternativa es simple, pero radical: o la reelecci¨®n del actual presidente Ferdinand Marcos , blanco de las cr¨ªticas de toda la oposici¨®n, o la opci¨®n del cambio que representa Coraz¨®n Cory Aquino, la candidata que aglutina a la oposici¨®n moderada en bloque, la viuda del ex senador y dirigente Benigno Aquino, asesinado en el aeropuerto de Manila en agosto de 1983.
Unos 24 millones de electores repartidos en un archipi¨¦lago de 7.000 islas acudir¨¢n a 90.000 colegios electorales a elegir entre un conflictivo continuismo autocr¨¢tico, o la alternativa democr¨¢tica de la oposici¨®n, la de Coraz¨®n Aquino, a la que apoyan con su silencio pasivo desde la Iglesia cat¨®lica a grupos econ¨®micos filipinos. La hero¨ªna pol¨ªtica fabricada en apenas unos meses para recoger el carisma y el clamor popular de su asesinado marido, representa la esperanza y la alternativa m¨¢s viable al autocr¨¢tico y deteriorado r¨¦gimen de Marcos.Medio centenar de observadores extranjeros, de 19 pa¨ªses, presididos por dos importantes delegaciones de norteamericanos, supervisar¨¢n la jornada electoral, en la que muchos temen fraudes y manipulaciones que impidan, no ya la victoria de Coraz¨®n Aquino, sino incluso una victoria reducida de Marcos.
Ferdinand Marcos, de 68 a?os de edad, presidente de Filipinas desde las elecciones de 1965, comenz¨® gobernando el pa¨ªs primero con criterios populistas y de reformador nacionalista lo que dio paso a una degeneraci¨®n de su mandato en un r¨¦gimen autocr¨¢tico, mantenido a base de sucesivos referendos y siempre con el decisivo apoyo de los Estados Unidos.
Superbases del Pac¨ªfico
Pero Washington -la metr¨®poli colonial desde 1.898 hasta la independencia del archipi¨¦lago en 1.946-, que tiene en Filipinas las dos superbases de Subic y Clark, las instalaciones militares m¨¢s importantes de toda la cuenca del Pac¨ªfico, lleva ya tiempo considerando un recambio para su viejo aliado. Tras el asesinato en el aeropuerto de Manila del dirigente Benigno Aquino, el 21 de agosto de 1.983, hecho que conmocion¨® a todos los filipinos y puso en el banquillo de los acusados al Gobierno de Marcos, Washington no ha ocultado sus intenciones de buscar otras alternativas moderadas, entre las que la candidata Coraz¨®n Aquino no ser¨ªa un mal recambio.Algunos observadores han llegado a pronosticar que si la elecci¨®n fuera limpia, Coraz¨®n Aquino, podr¨ªa conseguir hasta un 65 por ciento de los votos. Pero los temores de fraude y manipulaci¨®n son tan intensos como el miedo a que tales manipulaciones degeneren en una situaci¨®n de violencia que haga in¨²til la jornada electoral.
Papeletas y nombres a mano
El Movimiento Nacional de Ciudadanos para unas Elecciones Libres (NAMFREL), un grupo independiente que trata de controlar los temidos abusos y fraudes electorales, ha movilizado casi medio mill¨®n de personas como observadores en los colegios electorales, que estar¨¢n abiertos desde las siete de la ma?ana hasta las tres de la tarde de una jornada festiva en la que est¨¢n prohibidas las bebidas alcoh¨®licas. Los electores deben escribir ellos mismos, en las papaletas en blanco, los nombres de los candidatos que elijan como presidente y vicepresidente de la Rep¨²blica de Filipinas, admiti¨¦ndose el uso de los diminutivos habituales, como son los de Cory o Doy, en los casos de Coraz¨®n Aquino y su compa?ero de terna como candidato a la vicepresidencia Salvador Laurel.
De los 54 millones de habitantes de Filipinas, un 70 por ciento, aproximadamente, viven en zonas rurales. Y de los residentes en ciudades, ocho millones viven en la capital, Manila, y en sus suburbios. Un motivo importante entre las muchas causas del malestar social y pol¨ªtico en Filipinas ha sido el deterioro econ¨®mico que ha sufrido el pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os, con un descenso de la renta per c¨¢pita casi de un diez por ciento en apenas dos a?os, y con un aumento registrado del desempleo que afecta al 40 % de la poblaci¨®n. Mientras, la deuda externa se aproxima a los 30.000 millones de d¨®lares (unos 4 billones y medio de pesetas), una cifra que es imposible que pueda absorber la d¨¦bil econom¨ªa filipina, dependiente de los avatares del d¨®lar y de la econom¨ªa norteamericana.
Adem¨¢s de los 18.000 norteamericanos destacados en las dos superbases de Clark y Subic Bay, otros 50.000 estadounidenses viven y residen, en el archipi¨¦lago, donde hay registradas unas 500 empresas de origen y capital norteamericano, que representan, seg¨²n un reciente informe de la revista Time, una inversi¨®n de 2.500 millones de d¨®lares (unos 565.000 millones de pesetas).
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