El poder¨ªo f¨ªsico del Barcelona dobleg¨® al Atl¨¦tico en la ¨²ltima med¨ªa hora del encuentro
El Barcelona dej¨® pr¨¢cticamente resuelto en el Calder¨®n su paso a las semifinales. Con un f¨²tbol ordenado y l¨®gico, mantuvo equilibrado el partido durante dos terceras partes del mismo y lo remat¨® en el ¨²ltimo tercio gracias a una notable superioridad f¨ªsica. El Atl¨¦tico jug¨® bien mientras aguant¨® el ritmo del rival y fue justo que se adelantara en el marcador, pero termin¨® por desaparecer ante el s¨®lido y constante juego azulgrana.El Barcelona fue anoche un cat¨¢logo de las cualidades que un buen entrenador aporta a un equipo: orden, sacrificio, concentraci¨®n, condici¨®n f¨ªsica y un modelo de juego en el que se mueven c¨®modamente todos los hombres. El equipo se plant¨® bien en el campo, s¨®lidamente agarrado a las bandas con V¨ªctor y Calder¨¦, que ganaron siempre a Julio Prieto y Marina, y presionando al Atl¨¦tico para crearle dificultades a la hora de salir de su zona.
Frente a un equipo tan s¨®lido y bien colocado, el Atl¨¦tico deb¨ªa tener necesariamente problemas para ir al ataque. Los ten¨ªa por las bandas, donde adem¨¢s no pod¨ªa contar con sus laterales, flojos ambos en, el manejo de la pelota, como apoyo a los desvalidos Julio Prieto y Marina, y los ten¨ªa por el centro, por la capacidad del Barcelona de presionar y de mandar a dos hombres contra el que llevara el bal¨®n. Pero, algunas veces con toques r¨¢pidos de Land¨¢buru y muchas en brillantes acciones individuales de Seti¨¦n, el caso era que el Atl¨¦tico se las apa?aba para salir con frecuencia y ligar jugadas de ataque en las que Seti¨¦n sol¨ªa buscar y encontrar el apoyo de Da Silva. Cuando el Barcelona apretaba m¨¢s de la cuenta, Fillol resolv¨ªa el problema sacando largo con el pie para quitarse ahogos y quit¨¢rselos a su equipo.
Entre las jugadas de Seti¨¦n y el buen y continuo trabajo del Barcelona, el primer tiempo constituy¨® un buen espect¨¢culo, con aires de partido serio y bien jugado y con ocasiones en ambas puertas. Las m¨¢s claras oportunidades se produjeron en el ¨¢rea del Barcelona y casi todas ten¨ªan detr¨¢s a Seti¨¦n, que, m¨¢s o menos cada diez minutos, colocaba a alg¨²n compa?ero en espl¨¦ndida posici¨®n de remate. Pero el Atl¨¦tico tir¨® mal y los goles se esfumaron por eso. El Barcelona tir¨® menos, pero mejor, y si no marc¨® en la primera parte fue porque Fillol hizo dos excelentes paradas, tan buenas como parar econciliarle con la, hinchada, que lleg¨® incluso a gritarle a Urruti que aprendiera del argentino.
Conocedor quiz¨¢ de que no tiene aire para noventa minutos, el Atl¨¦tico sali¨® con mucha fuerza en el segundo tiempo. Por algunos momentos, el Barcelona lleg¨® a recular, asustado, y el Atl¨¦tico obtuvo de esta fase del partido el premio de un gol, en arrancada de Clemente, que se fue por su banda y, en lugar del centro alto que todo el mundo esperaba, solt¨® uno en semipifia, a media altura, que, tras varios rebotes, acab¨® llevando Marina a la red.
El Barcelona no acus¨® el golpe. Al poco del gol, ya se pod¨ªa apreciar que Land¨¢buru no era capaz casi de jugar el bal¨®n y que la fatiga se iba adue?ando de todos, traduci¨¦ndose en falta de reflejos, en descenso en la visi¨®n del juego, en llegadas tard¨ªas a cortar los centros del Barcelona. Venables sustituy¨® a Pedraza, un futbolista de buenas maneras, pero todav¨ªa con poco peso espec¨ªfico para un partido as¨ª, por Moratalla para explotar precisamente la carta ganadora: la de la fuerza. M¨¢s tarde cambi¨® a Archibald, que hab¨ªa peleado mucho y bien y, adem¨¢s, hab¨ªa conseguido un gol, por Amarilla, a quien esta vez no expuls¨® Vald¨¦s S¨¢nchez a pesar de que, como en los partidos precedentes, tampoco hizo nada para merecerlo. Luis tambi¨¦n hizo cambios. Se fueron Cabrera, para dejar el sitio al otro Pedraza, que en nada mejor¨® la actuaci¨®n del argentino, y Julio Prieto, para dar paso a M¨ªnguez, que s¨ª fue un peque?o desahogo para el Atl¨¦tico por una banda.
Pero la situaci¨®n no ten¨ªa vuelta. El Barcelona era m¨¢s fuerte y ten¨ªa que ganar. Se echaba en falta en su f¨²tbol rotaci¨®n de puestos, calidad individual; algo de fantas¨ªa, en suma. Pero, a cambio, todo era irreprochablemente l¨®gico y todo estaba bien hecho. Con Archibald en el campo, lleg¨® el gol del empate, a la salida de un c¨®rner, y con Amarilla, y por un centro suyo, el de la victoria, en bonito cabezazo de Carrasco, que supo ganarle la espalda a la defensa y colocar el remate junto al palo, fuera del alcance de Fillol.
El Barcelona acab¨®jugando con comodidad. La victoria le pone casi en las semifinales y dulcifica algo el dif¨ªcil trance de un mes duro, en el que, adem¨¢s de esta eliminatoria, tiene que despejar su panorama en la Liga con la visita al Bernab¨¦ti y enfrentarse a doble partido con la Juventus en la Copa de Europa. De las tres preocupaciones ya ha resuelto una. Le quedan las dos principales.
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