La minor¨ªa de origen turco, reto al nacionalismo de Sof¨ªa
ENVIADO ESPECIALEl embajador sovi¨¦tico se siente en Sof¨ªa como en casa. Tambi¨¦n el representante diplom¨¢tico del zar se sent¨ªa hace 100 a?os a gusto cuando paseaba bajo las c¨²pulas de oro de la catedral de Alexander Nevski, erigida por los b¨²lgaros a la memoria de los rusos que les liberaron de los sultanes turcos el a?o 1878. El tercer canal de la tele visi¨®n es el sovi¨¦tico, lo que no molesta en Bulgaria.
Tan en su casa se siente el actual embajador, Leonid Grekov, que hasta se permiti¨® hace unos meses criticar en una entrevista con la revista Pogled los niveles de calidad y la inflautilizaci¨®n de la maquinaria industrial. El 35% del comercio b¨²lgaro se realiza con la URSS, pa¨ªs que, despu¨¦s de Breznev, se est¨¢ tomando muy en serio el valor de su rublo y su oro negro. Si los tomates b¨²lgaros llegan pasados a Mosc¨², los rusos pueden comprarlos en Grecia. Aunque el 50% de sus exportaciones y el 80% de su producto nacional son ya industriales, los b¨²lgaros hacen causa com¨²n con los h¨²ngaros dentro del Comecon (mercado com¨²n del Este) en favor de la subida de los precios agr¨ªcolas, m¨¢xime desde que el petr¨®leo va cuesta abajo.
Si Rusia es para la historia b¨²lgara la madre grande y buena, Serbia (la mayor de las seis rep¨²blicas yugoslavas) es la hermana gemela mala. Siguen considerando los historiadores sofiotas que, desde el a?o 1913, Serbia desgaj¨® del tronco nacional b¨²lgaro 25.000 kil¨®metros cuadrados, buena parte de .la Macedonia entonces liberada de Turqu¨ªa, regi¨®n que hablaba un idioma de origen b¨²lgaro. Hasta 1945 Macedonia fue posesi¨®n de Serbia. En 1945 se transform¨® en Estado federado dentro de Yugoslavia. Hoy, el sentimiento nacional ha arraigado dentro de esa Macedonia eslava. Sus habitantes no se sienten b¨²lgaros, sino que incluso reclaman los derechos culturales de las minor¨ªas eslavo-macedonias en las zonas adyacentes de Bulgaria y Grecia. Para intentar comprender el enjambre balc¨¢nico puede servir de inspiraci¨®n la lejana realidad de Chile, Bolivia y Per¨², Estados ¨¦tnicamente afines, en per¨ªodo de sedimentaci¨®n y que mantienen litigios fronterizos. Hablando serbio se puede aprender b¨²lgaro en un mes, y sabiendo eslavo-macedonio se puede escribir b¨²lgaro en 15 d¨ªas.
'Barril de p¨®lvora'
La zona fue denominada en el siglo XIX el barril de p¨®lvora de Europa por Austria-Hungr¨ªa y Turqu¨ªa, los imperios que hac¨ªan y deshac¨ªan ante la mirada inquieta y la mano larga de Rusia.Ahora se le han a?adido al barril detonadores at¨®micos y Grecia y Bulgaria han repescado un viejo proyecto rumano de desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula, la zona m¨¢s inestable del viejo continente. Grecia y Turqu¨ªa est¨¢n en la OTAN; Ruman¨ªa y Bulgaria, en el Pacto de Varsovia; Albania y Yugoslavia est¨¢n al margen de los bloques. En este orden, los pa¨ªses m¨¢s entusiastas del plan son Grecia, Bulgaria, Ruman¨ªa y Yugoslavia. La estalinista Albania ve en ello un bizantinismo que s¨®lo beneficiar¨ªa a la ret¨®rica revisionista sovi¨¦tica. Turqu¨ªa est¨¢ abiertamente en contra, de la mano de EE UU.
Pero en el Ministerio de Asuntos Exteriores b¨²lgaro, Liuben Sopov, jefe del departamento balc¨¢nico, declaraba a EL PA?S que la batalla no est¨¢ perdida. Es posible desnuclearizar el 97% de los Balcanes, sin Turqu¨ªa, primera potencia del ¨¢rea, con 50 millones de habitantes y Espa?a y media de superficie. "La mayor¨ªa de Turqu¨ªa est¨¢ situada en Asia Menor. En la pen¨ªnsula balc¨¢nica -es decir, en Europa- s¨®lo tienen los turcos un 3% de su territorio, y no quieren pactar ni la desnuclearizaci¨®n de esa parcela".
B¨²lgaros y griegos est¨¢n dispuestos a proseguir con el plan, que poco significar¨ªa con las ojivas turco-estadounidenses en los alrededores de la europea Estambul.
Ruman¨ªa y Yugoslavia, los moderados de la idea, proponen una campa?a de a?os que llevar¨ªa a una mejor¨ªa de relaciones balc¨¢nicas como etapa previa. No quieren darle el desplante demasiado crudo a Ankara y Washington por beneficios tan magros. El presidente rumano, Nicolae Ceaucescu, mediador de vocaci¨®n, ha propuesto un plan alternativo m¨¢s realista: crear, por el momento, una zona libre de armas qu¨ªmicas, que Yivkov ha apadrinado inmediatamente. Turqu¨ªa ha vuelto a negarse y Yugoslavia lo apoya.
Cuando empezaron a montarse e? la base siciliana de Comiso los primeros cohetes de crucero apuntando a los Balcanes se pens¨®, hace dos a?os, que la URSS instalar¨ªa en Bulgaria sus misiles SS. No fue as¨ª. Preguntado Sopov si Yivkov le pidi¨® a Mosc¨², que no instalara ojivas nucleares en Bulgaria Ppra no dar al traste con el plan de desnucleariz aci¨®n balc¨¢nica, dijo, sin quitar, ni poner, ni desmentir: "Eso son detalles que poco importan. El hecho es que en Bulgaria sigue sin haber armas nucleares ni ej¨¦rcitos extranjeros".
Minor¨ªa turca
El barril de p¨®lvora balc¨¢nico adopta a veces la forma de caldera donde rescoldos hist¨®ricos recuecen viejas pasiones.?ltimamente, las autoridades han decidido que en Bulgaria no hay minor¨ªa turca, hasta ahora estimada entre 500.000 y 900.000 personas. Seg¨²n Dimitar Stanisev, uno de los secretarios del Comit¨¦ Central del PC b¨²lgaro, los supuestos turcos son eslavos que en los cinco siglos de ocupaci¨®n otomana abrazaron la fe de los sultanes, y muchos aprendieron su idioma. La actual campa?a de cambio de nombres isl¨¢micos por otros eslavos obedece supuestamente a un deseo espont¨¢neo de la poblaci¨®n que "encara la verdad hist¨®rica y cobra conciencia de sus ra¨ªces b¨²lgaras".En carta dirigida a Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar, secretario general de las Naciones Unidas, Turkmen, embajador permanente de Turqu¨ªa en las Naciones Unidas, asegura tener pruebas de que el director de una f¨¢brica de Asenovgrad prohibi¨® a los trabajadores turcos presentarse hablando turco y con sus nombres ar¨¢bigos. Liuben Sopov comentaba al respecto: "S¨®lo faltaba que Turqu¨ªa, un pa¨ªs tan notable por su respeto de los derechos humanos, pretendiera darnos lecciones".
En realidad, Sof¨ªa parece estar imitando a Ankara en sus m¨¦todos de uniformizaci¨®n del pa¨ªs. As¨ª como en Turqu¨ªa no hay oficialmente kurdos, poblaci¨®n estimada en unos siete millones de personas, en Bulgaria, dentro de poco, casi no habr¨¢ turcos. Ya hace decenios que en Grecia no los hay. Los miembros de la minor¨ªa del norte de Grecia, unos 150.000, son considerados "griegos de religi¨®n isl¨¢mica".
En los Balcanes se practica la inquisici¨®n ¨¦tnica no religiosa. "Pobres mezquitas e imames si el Estado b¨²lgaro no los subvencionara", lamentaban en la canciller¨ªa b¨²lgara. Se pretende no perseguir la religi¨®n, sino los remanentes ¨¦tnicos de cinco siglos de conquista otomana, ante la complacencia de los popes ortodoxos, que ven que el partido ateo y marxista les sirve en bandeja la revancha anhelada durante siglos.
"No todos los musulmanes del mundo son turcos, tambi¨¦n los b¨²lgaros tenemos derecho a serlo", declaraba, sofista, la misma fuente. Nadie quiere revelar el n¨²mero de personas que hablan turco. ?se es un tab¨²: "Nuestros censos no registran". Le entregan al periodista extranjero una larga carta que "un grupo de ciudadanos que ha decidido restaurar sus nombres b¨²lgaros" envi¨® al primer ministro turco. Los remitentes, antes Mehmed, Ismail o F¨¢tima, se llaman ahora Kamen (piedra, en b¨²lgaro), Blaga (suave), Hristo (Cristo), y as¨ª sucesivamente.
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