La ruta de la droga
Todor Chvetkov lamenta, en el Ministerio b¨²lgaro de Finanzas, secci¨®n de aduanas, que la hero¨ªna no huela y que el 99% de los traficantes sean aut¨¦nticos profesionales. Bulgaria es la parte m¨¢s angosta de la ruta de la droga, entre la Anatolia turca y los centros occidentales de consumo. Los especialistas estadounidenses recomiendan atacar el mal en el cuello de botella b¨²lgaro. En cambio, una vez que la hero¨ªna entra en Yugoslavia puede escaparse por Italia, Austria o Hungr¨ªa. En Bulgaria hay 300 drogadictos registrados y el pa¨ªs ha renunciado al permiso que le hab¨ªan concedido las Naciones Unidas para producir opio, junto con la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Ir¨¢n, Turqu¨ªa, India, Yugoslavia y Grecia.Tras un idilio antinarc¨®ficos en tiempos de James Carter, la Administraci¨®n estadounidense empez¨® a criticar a Bulgaria por falta de cooperaci¨®n. Se dijo, incluso, que los b¨²lgaros reciclaban para fines no l¨ªcitos los alijos capturados. "Ahora han dado un viraje de 180 grados y vuelven a pedirnos una ayuda que nunca regatearemos para combatir un mal tan horrendo", dice Chvetkov. Para probar su buena fe, los b¨²lgaros han organizado quemas de estupefacientes ante la Prensa extranjera.
En Sof¨ªa no creen demasiado en los medios t¨¦cnicos para luchar contra la droga dura: "Los traficantes son tan profesionales como el aduanero; no son esos padres que se ponen a temblar si llevan un v¨ªdeo en el asiento trasero del coche. En un minuto y medio el funcionario de aduanas tiene que leer el rostro inescrutable de una anciana con un ni?o de la mano, de una pareja de reci¨¦n casados, de una se?ora de aspecto honorable que viaja con una jaula de loros con doble fondo".
Berza con hero¨ªna
"Tres kilos (450 millones de pesetas en destino) los meten en cualquier parte", afirmaba el aduanero de ojos hipn¨®ticos. El caso m¨¢s brillante que recordaba fue el de una gran berza "de ¨¦sas que crecen bajo el sol de Anatolia". En su interior hab¨ªa un kilo de hero¨ªna. Cuando la hortaliza no era m¨¢s grande que un pu?o, los traficantes la rodearon de un saquito alargado de polvo n¨ªveo. La berza sigui¨® creciendo hasta que las hojas envolvieron el tumor de hero¨ªna.
Respecto a las tesis occidentales de que lo m¨¢s granado de la mafia de la droga y el contrabando de armas pasa por el lujos¨ªsimo hotel Vitosha, que los japoneses construyeron en Sof¨ªa, Chvetkov declara que su principal argumento es ¨¦ste: "Por el Vitosha han visto tipos muy raros de aspecto; yo tambi¨¦n he visto tipos rar¨ªsimos en los hoteles de Manhattan, pero no saco nada en conclusi¨®n".
Entre los a?os 1979 y 1984 las autoridades b¨²lgaras requisaron 220 kilos de droga dura. Los grandes clanes cambian de ruta hasta que los b¨²lgaros vuelvan a confiarse y bajar la guardia. El a?o 1983 cogieron a dos camioneros espa?oles con 815 kilos de hach¨ªs.
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