Un invento europeo en la 'guerra fr¨ªa'

La Organizaci¨®n del Tratado del Atl¨¢ntico Norte (OTAN) fue, en su principio, un invento europeo. El entonces ministro de Asuntos Exteriores del gobierno laborista brit¨¢nico, Ernest Bevin, sugiri¨® el establecimiento del Tratado del Atl¨¢ntico Norte, o Tratado de Washington, que terminar¨ªa siendo suscrito el 4 de abril de 1949, tras superar las reticencias de Estados Unidos.

Ese d¨ªa firmaron en la capital norteamericana los 12 pa¨ªses fundadores: EE UU, B¨¦lgica, Canad¨¢, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Holanda, Portugal y el Reino Unido. Posteriormente se sumar¨ªan Grecia, Turqu¨ªa y la Rep¨²blica Federal de Alemania. En 1982, Espa?a se agreg¨® a esta alianza militar de defensa colectiva, que, desde entonces, cuenta con 16 miembros.

El Reino Unido, Francia y los pa¨ªses del Benelux -B¨¦lgica, Holanda y Luxemburgo- ya ten¨ªan un acuerdo defensivo -el Tratado de Bruselas de 1948-, dirigido contra un posible resurgir del poder¨ªo alem¨¢n, pero en realidad apuntando, en el naciente clima de la guerra fr¨ªa, contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica.

La OTAN tiene, seg¨²n la doctrina Harmel de 1967, que lleva el nombre del entonces ministro belga de Asuntos Exteriores, una doble funci¨®n: asegurar la disuasi¨®n y la defensa frente al Este, y a la vez intentar una pol¨ªtica de distensi¨®n.

La OTAN, en principio, cumplir¨ªa, pues, un doble objetivo interrelacionado, a saber: coordinar la defensa e intentar coordinar la pol¨ªtica hacia el Este, especialmente en la ¨¦poca actual en que, como ha dicho un diplom¨¢tico alem¨¢n, "la hora de la verdad no es la del ataque militar, sino la de la paz y la de la crisis". Este aspecto pol¨ªtico de gesti¨®n de las relaciones Este-Oeste es esencial en la OTAN.

Pero como ha dicho el experto norteamericano Robert Osgood, las dos funciones de la OTAN, la militar y la pol¨ªtica, "est¨¢n interrelacionadas, porque la estrategia militar, en el pleno sentido de la palabra, es un instrumento pol¨ªtico a trav¨¦s del cual los aliados ejercen su influencia pol¨ªtica, no s¨®lo respecto al adversario, sino entre ellos mismos".

Nacida de la 'guerra fr¨ªa'

La creaci¨®n del sistema de alianzas en Europa llev¨® a perpetuar la divisi¨®n surgida de la situaci¨®n de los ej¨¦rcitos tras la II Guerra Mundial. A menudo se dice que la OTAN ha contribuido a los 37 a?os de paz que ha conocido el viejo continente. Pero paz, indudablemente, no tiene el mismo significado en Londres o Par¨ªs que en Praga o Budapest.

La 0 (de Organizaci¨®n) de las siglas OTAN estaba ya en el Tratado del Atl¨¢ntico Norte, que creaba un consejo, con la perspectiva de desarrollar ¨®rganos subsidiarios, y en especial un comit¨¦ de defensa para consultas y actuaciones individuales y conjuntas de los pa¨ªses miembros.

Nada en el tratado indica una diferencia entre una estructura militar y una estructura militar integrada. Aunque en seguida se habl¨® de planificaci¨®n conjunta, y en diciembre de 1949 exist¨ªan ya varios grupos de planificaci¨®n regional.

De hecho, la organizaci¨®n se desarroll¨® sobre todo a ra¨ªz de la guerra de Corea, en 1950. El temor a que un conflicto de este tipo se generalizara llev¨® a la creaci¨®n de mandos integrados en la OTAN y, posteriormente, al rearme alem¨¢n y al ingreso de la RFA en la Alianza (lo que a su vez provoc¨®, pol¨ªticamente hablando, la creaci¨®n del Pacto de Varsovia, en 1955).

Con la creaci¨®n de la estructura de mandos se puede decir que la OTAN se convirti¨® realmente de mera alianza en organizaci¨®n. El 19 de diciembre de 1950, el Consejo del Atl¨¢ntico Norte nombra como primer saceur (comandante supremo aliado en Europa) al general Dwight D. Eisenhower, norteamericano, como todos los que le seguir¨ªan en este puesto, en raz¨®n de que es saceur quien controla las armas nucleares, estadounidenses, que hay en Europa occidental (exceptuando las brit¨¢nicas y las francesas). Eisenhower ser¨ªa elegido presidente de Estados Unidos dos a?os despu¨¦s.

El sentido de alianza lo da principalmente el art¨ªculo 5 del tratado: "Las partes convienen que un ataque armado contra una o m¨¢s de ellas, que tenga lugar en Europa o en Am¨¦rica del Norte, ser¨¢ considerado como un ataque dirigido contra todas las partes y, en consecuencia, acuerdan que, si tal ataque se produce, cada una de ellas (... ) ayudar¨¢ a la parte o las partes atacadas, adoptando seguidamente, individualmente, y de acuerdo con las otras partes, la acci¨®n que juzgue necesaria, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer y mantener la seguridad en la zona Atl¨¢ntico norte ( ... )".

Este art¨ªculo implica que hay que tener alg¨²n mecanismo para ponerlo en marcha en caso de agresi¨®n. Como m¨ªnimo hay que coordinar. Es lo que hace Francia, por ejemplo.

Otros pa¨ªses han optado por la v¨ªa de la integraci¨®n de algunas tropas bajo mandos internacionales en caso de conflicto. Pero este tratado, obra de anglosajones -y, por tanto, relativamente impreciso y laxo-, no implica automatismo en la respuesta que los pa¨ªses aliados han de dar en caso de ataque contra alguno de ellos.

Por el contrario, la pertenencia a la Uni¨®n Europea Occidental (UEO) s¨ª implica automatismo, pues su tratado se?ala que "si un pa¨ªs fuera objeto de una agresi¨®n armada en Europa, los otros le aportar¨¢n ayuda y asistencia por todos los medios en su poder, militares y otros".

Ni te¨®rica ni jur¨ªdicamente es la OTAN una organizaci¨®n con car¨¢cter supranacional en la que los pa¨ªses miembros hagan entrega de parte de su soberan¨ªa. No obstante, el asignar tropas a la OTAN y decidir acatar en tiempo de conflicto o crisis las ¨®rdenes de mandos integrados internacionales s¨ª podr¨ªa considerarse que implica una eventual entrega voluntaria de soberan¨ªa.

Cobertura geogr¨¢fica

En cuanto a la cobertura geogr¨¢fica de la OTAN para que se ponga en marcha el art¨ªculo 5 del tratado, viene dada por el art¨ªculo 6, modificado por el protocolo de ingreso de Grecia y Turqu¨ªa.

El ataque se define "contra el territorio de alguna [de las partes] en Europa o en Am¨¦rica del Norte, contra los departamentos franceses de Argelia [esto ¨²ltimo ya no es v¨¢lido desde la independencia de Argelia], contra el territorio de Turqu¨ªa o contra las islas situadas bajo la jurisdicci¨®n de cualquiera de las partes en la zona del Atl¨¢ntico norte al norte del tr¨®pico de C¨¢ncer, contra las fuerzas, buques o aeronaves de cualquiera de las partes que se encuentren en o sobre sus territorios, as¨ª como en cualquier zona de Europa en la que est¨¦n situadas fuerzas de ocupaci¨®n de cualquiera de las partes en la fecha de entrada en vigor del tratado, en el mar Mediterr¨¢neo o en la zona del Atl¨¢ntico norte al norte del tr¨®pico de C¨¢ncer".

El ingreso de Espa?a no vino a modificar esta situaci¨®n, con lo que, jur¨ªdicamente, Ceuta y Melilla est¨¢n excluidas de la zona de cobertura del Tratado del Atl¨¢ntico Norte. Ni los aliados estaban dispuestos a modificar el art¨ªculo 6, ni Espa?a lo pidi¨® por temor a que Marruecos viera en este gesto una provocaci¨®n.

No obstante, estiman expertos espa?oles, si Ceuta y Melilla no est¨¢n jur¨ªdicamente protegidas por la OTAN, cualquier buque espa?ol en aguas del Mediterr¨¢neo, incluidos los puertos, o avi¨®n abatido sobre estas aguas, entrar¨ªa en la zona de definici¨®n de la OTAN.

"Es inconcebible un conflicto armado por Ceuta y Melilla que no involucre buques o aviones en el Mediterr¨¢neo, ni ponga en juego el territorio peninsular espa?ol", estiman estos medios. En todo caso, seg¨²n el embajador espa?ol en la OTAN, Jaime de Ojeda, Espa?a nunca ha planteado la cuesti¨®n de Ceuta y Melilla en la Alianza.