Reagan convierte su viaje a Granada en una lecci¨®n para los sandinistas
La segunda liberaci¨®n de Granada s¨®lo ha sido ret¨®rica. Pero Ronald Reagan, por encima del valor propagand¨ªstico de la visita de cara a la opini¨®n p¨²blica norteamericana y al Congreso en su batalla por conseguir apoyo para la contra, ha dejado bien claro aqu¨ª que contin¨²a dispuesto tambi¨¦n a liberar a Nicaragua, como hizo, con un m¨ªnimo costo y un gran beneficio pol¨ªtico, con esta peque?a isla caribe?a en 1983.
Posiblemente no sea necesario repetir la experiencia. Fidel Castro, tras la invasi¨®n de Granada, comprendi¨® el mensaje y admiti¨® lo dif¨ªcil que le ser¨ªa acudir en ayuda de los sandinistas. Pero, por si acaso, Reagan volvi¨® a reiterar en Granada que el hemisferio tiene que vivir en democracia y EE UU no descansar¨¢ hasta conseguirlo.Los reg¨ªmenes izquierdistas que se presentan como progresistas en la regi¨®n s¨®lo son una tapadera del marxismo sovi¨¦tico-cubano y son incompatibles con Estados Unidos. Esta es la tesis contenida en el folleto Lecciones de Granada, publicado por el Departamento de Estado con motivo del viaje presidencial a la isla. El mar Caribe es norteamericano y Washington no tolerar¨¢ un grado m¨¢s de influencia que el logrado hasta ahora en la regi¨®n por la URSS y Cuba. Es la segunda lecci¨®n que Reagan ha querido dar con su visita.
Por si alguien dudara del car¨¢cter de patio trasero de esta zona para EE UU, el portahelic¨®pteros Guam, que fue el buque insignia en la invasi¨®n de la isla, fue situado el jueves a dos millas del puerto de Saint George's. Para se?alar la estrecha conexi¨®n entre la diplomacia y la fuerza militar, el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, acompa?¨® a Reagan en el viaje. El Guam s¨®lo abandon¨® su indiscreta presencia cuando el avi¨®n presidencial, Air Force One, despeg¨® del aeropuerto de Punta Salinas. Horas antes, bajo un sol de justicia y un ambiente de carnaval, Reagan afirmaba ante la mitad de la poblaci¨®n de la isla que la libertad y el progreso econ¨®mico, a trav¨¦s de la libre iniciativa privada, son las dos caras de una misma moneda. "Ya es hora de que EE UU y las, naciones del Caribe demostremos a Castro y a su banda c¨®mo se hace".
H¨¦roe nacional
La popularidad de Reagan, ya en las cotas m¨¢s altas alcanzadas nunca por un presidente, se ver¨¢ reforzada por el viaje rel¨¢mpago a Granada. La simpat¨ªa despertada por su persona y su recibimiento como liberador, al igual que McArthur en Filipinas, qued¨® reflejada cuando el primer ministro, Herbert Blaize, le present¨® a la multitud como el "gran h¨¦roe nacional". El aplauso m¨¢s largo de la jornada confirm¨® lo justo de esa calificaci¨®n. Preguntado Reagan por un periodista norteamericano si se sent¨ªa realmente un h¨¦roe, respondi¨®: "Yo no dispar¨¦ un solo tiro en la liberaci¨®n".La Administraci¨®n Reagan vive un per¨ªodo de euforia por la progresiva democratizaci¨®n del continente americano. Y los hechos parecen darle la raz¨®n. Desde que este presidente tom¨® posesi¨®n de su cargo hace cinco a?os, Brasil, Argentina, Uruguay, Bolivia, Guatemala, Honduras y El Salvador se han convertido en democracias. El Departamento de Estado tiene ahora fija la mirada en Chile. La ca¨ªda de Pinochet coronar¨ªa triunfalmente la visi¨®n del presidente m¨¢s conservador y visceralmente anticomunista de este siglo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.