El regreso de Arzallus

LA ELECCI?N de Xabier Arzallus como presidente del Consejo Nacional del PNV (el Euskadi Buru Batzar), equivalente al comit¨¦ ejecutivo de otros partidos, significa, desde el punto de vista de la veracidad pol¨ªtica y de la estabilidad institucional, una beneficiosa adecuaci¨®n entre la realidad social e ideol¨®gica mayoritaria del nacionalismo vasco democr¨¢tico y su representaci¨®n en las instancias decisorias de la formaci¨®n partidista que lo defiende. La corriente que sigue a Carlos Garaikoetxea, con fuerte implantaci¨®n en Guip¨²zcoa, en la capital de ?lava y en Navarra, fue derrotada primero en las elecciones al Comit¨¦ de Vizcaya (Bizkai Buru Batzar) del PNV y luego en la designaci¨®n del presidente del Consejo Nacional de ese partido. En cualquier caso, resulta pol¨ªticamente funcional que el l¨ªder con mayor autoridad de hecho en el PNV sea tambi¨¦n de derecho el m¨¢ximo dirigente de esa organizaci¨®n. Aunque el importante respaldo guipuzcoano, alav¨¦s y navarro a Garaikoetxea siga siendo un dato significativo dentro del nacionalismo vasco, es evidente que el peso de Vizcaya, que apoya a Xabier Arzallus, resulta decisorio dentro del PNV; al fin y al cabo, los afiliados vizca¨ªnos superan num¨¦ricamente a la suma de los militantes de las otras tres provincias. Los temores a que el conflicto entre los seguidores de Garaikoetxea y los partidarios de Arzallus provocaran la ruptura del PNV han quedado desmentidos por los hechos. Permanece, sin embargo, el peligro de un enquistamiento de ese litigio, que s¨®lo la mutua generosidad, la voluntad de acuerdo entre las partes y el esp¨ªritu de negociaci¨®n podr¨ªan deshacer.Por lo dem¨¢s, el liderazgo de Xabier Arzallus -pol¨ªtico avezado, agudo polemista y hombre de personalidad compleja- no se limita s¨®lo al ¨¢mbito partidista del PNV, sino que posee hondas ra¨ªces populares y se extiende a la comunidad nacionalista en su conjunto. Cuando Arzallus defini¨® su funci¨®n como la del "perro guardi¨¢n del caser¨ªo" dentro del nacionalismo, ese mensaje trataba de rebasar las fronteras de su propio partido y de llegar -emocionial e ideol¨®gicamente- al electorado nacionalista que deposita su sufragio, no s¨®lo en favor del PNV, sino tambi¨¦n -al menos parcialmente- de Herri Batasuna. La vigorosa figura pol¨ªtica de Xabier Arzallus, cuya brillante oratoria pudo ser apreciada en el Congreso de los Diputados durante las dos primeras legislaturas democr¨¢ticas, no es un secreto para nadie. La ¨²nica inc¨®gnita por despejar es si su liderazgo dentro del nacionalismo resulta compatible con la autonom¨ªa relativa del lendakari Ardanza o puede impulsarle a un enfrentamiento con las directrices del Gobierno de Vitoria. Es cierto que Jos¨¦ Antonio Ardanza, que promovi¨® el pacto de legislatura con los socialistas; ha realizado una eficaz labor al frente del Ejecutivo auton¨®mico, en orden a restar crispaci¨®n a la pol¨ªtica vasca y a afianzar la esperanza de una convivencia civil menos dram¨¢tica. Tras la desgraciada experiencia de Garaikoetxea, nadie puede adivinar, sin embargo, el curso de los pr¨®ximos acontecimientos ni descartar la hip¨®tesis de que Xabier Arzallus resulte incompatible con cualquier presidente del Gobierno vasco que ofrezca resistencias a sus criterios.

Aunque centrada siempre en unos invariables principios b¨¢sicos, durante el ¨²ltimo tiempo la ideolog¨ªa de Xabier Arzallus ha pasado a subrayar, frente a la doctrina de esos imprecisos derechos hist¨®ricos que forzosamente remiten al pasado, un proyecto de futuro que inscribe al Pa¨ªs Vasco en la perspectiva de una Europa de los pueblos. Nadie puede negar que los vascos de ciudadan¨ªa espa?ola y los vascos de ciudadan¨ªa francesa, fuertemente diferenciados, tanto por el ¨¢mbito de soberan¨ªa de sus respectivos Estados como por la larga historia de pertenencia a unidades pol¨ªticas diferentes, poseen lazos idiom¨¢ticos y culturales que los aproximan ,emocionalmente. Xabier Arzallus parece ahora inclinado a pensar en t¨¦rminos de c¨ªrculos conc¨¦ntricos de poder, que remiten a las teor¨ªas de la soberan¨ªa compartida y que prefigurar¨ªan esa unidad europea de la que todo el mundo habla con entusiasmo, pero que nadie est¨¢ en condiciones de dibujar institucionalmente de manera precisa. El desplazamiento desde doctrinas historicistas, que reclaman -en nombre de unas borrosas tradiciones forales- el regreso a una m¨ªtica soberan¨ªa originaria, a concepciones jur¨ªdico-constitucionales racionales, que emplazan las reivindicaciones pol¨ªticas y culturales de las nacionalidades sin Estado en el marco de la construcci¨®n europea, podr¨ªa ser una decisiva contribuci¨®n de Xabier Arzallus, no s¨®lo a la modernizaci¨®n de la ideolog¨ªa y de la pr¨¢ctica del nacionalismo vasco democr¨¢tico, sino tambi¨¦n una inapreciable aportaci¨®n a la consolidaci¨®n del sistema democr¨¢tico, del Estado de las autonom¨ªas y de las instituciones de autogobierno.