OTAN: la credibilidad de EL PAIS y la fiebre de las firmas

La campa?a del refer¨¦ndum sobre la participaci¨®n de Espa?a, en la Alianza Atl¨¢ntica ha iniciado su agitaci¨®n en las dos ¨²ltimas semanas. L¨ªderes pol¨ªticos lastimando conciencias, convocatorias para manifestaciones, firmas de documentos, actos p¨²blicos, son casi a diario el reflejo en el que participan convocantes y ciudadanos. El peri¨®dico EL PAIS informa a diario de lo que sucede y recoge en sus p¨¢ginas lo que considera rese?able. Los lectores de este peri¨®dico intervienen tambi¨¦n con su peculiar receptividad y han se?alado al defensor de los lectores sus preocupaciones y temores. Algunos se?alan que EL PAIS, en su l¨ªnea editorial, deber¨ªa haberse pronunciado ya sobre las opciones en debate; otros consultan para que particularmente les demos nuestra opini¨®n. Pero donde el ombudsman ha tenido mayor trabajo estos d¨ªas ha sido en recibir las quejas de quienes consideran que algunos redactores y colaboradores de EL PAIS han tomado postura p¨²blicamente ante la consulta popular.Efectivamente, ya es p¨²blico que personas vinculadas a EL PAIS, como Ram¨®n Tamames, que pertenece al Consejo de Administraci¨®n de PRISA; Rosa Montero, que tiene categor¨ªa de redactora jefe; los redactores Anunchi Brem¨®n, ?ngel S¨¢nchez Harguindey y Bonifacio de la Cuadra; los colaboradores habituales Juan Cueto, Moncho Alpuente, Francisco Umbral, Antonio Gala, Francisco Calvo Serraller, Augusto Mart¨ªnez Torres y Javier S¨¢daba,entre otros, todos han estampado su firma al pie de las diferentes opciones que su libertad de expresi¨®n les permite avalar. Tambi¨¦n Javier Pradera, jefe de la secci¨®n de Opini¨®n, ha comprometido su posici¨®n p¨²blicamente.

Los comunicantes nos muestran su asombro por ver en los distintos manifiestos del s¨ª, no y abstenci¨®n firmas para ellos ya familiares de las columnas de EL PAIS y nos consultan sobre estas legitimaciones. Por supuesto que nada ni nadie les impide a. los firmantes, mostrar p¨²blicamente sus preferencias. Ah¨ª est¨¢n los nombres ya se?alados, y suponemos que el abanico de comprometidos vinculados a EL PAIS se ampliar¨¢. No es cuesti¨®n de abrir en esta columna un debate sobre la oportunidad de que los personajes citados deban o no participar tan sonoramente en este debate. Las quejas principales se refieren a los redactores fijos del peri¨®dico y a la decisi¨®n de Javier Pradera. Provoca temor e inquietud entre los lectores que un peri¨®dico como EL PAIS conrie textos informativos y otros que luego se van a reflejaren la p¨¢gina editorial a personas que en un momento determinado alardean a favor o en contra de cualquier opci¨®n pol¨ªtica.

Los lectores protestan

En una de las cartas, de las m¨¢s agresivas, Jorge Medina Fern¨¢ndez, de Madrid, se?ala su profundo disgusto sobre la informaci¨®n del d¨ªa 18 de febrero titulada Medio centenar de intelectuales y artistas pide en un manifiesto el 's¨ª'a la Alianza. Aqu¨ª se entiende como promotor a Javier Pradera. La opini¨®n de? lector es que "resulta sorprendente y escandaloso que el tandem Pradera-Benet han conseguido su objetivo que era utilizar las p¨¢ginas de EL PAIS, peri¨®dico que se titula como 'Diario independiente de la ma?ana', y colocarle en el lado del s¨ª mediante un apoyo vergonzante al Gobierno, 'utilizando para ello la falacia de que el voto negativo ha sido usurpado ahora por sectores reaccionarios y que el dilema es elegir entre la permanencia en la OTAN o el tratado -bilateral con Estados Unidos a perpetuidad".

Las protestas no terminan aqu¨ª, y nos se?alan en relaci¨®n con este tema: "A la vista de la postura adoptada por el se?or' Pradera, desde este momento y hasta el pr¨®ximo 12 de marzo debe ser relevado de la jefatura de la secci¨®n de Opini¨®n, pues no existen garant¨ªas de imparcialidad en la l¨ªnea editorial que pueda seguir ese peri¨®dico durante el transcurso de la campa?a electoral del refer¨¦ndum del pr¨®ximo 12 de marzo".

Los mensajes telef¨®nicos recibidos estos d¨ªas son de diversa ¨ªndole, aunque ninguno a favor de "los famosos", c¨®mo les denomina ?ngel Cediel, que firman en nuestro peri¨®dico y se decantan ahora ante una opci¨®n pol¨ªtica. Los lectores solicitan clarificaci¨®n.

Derecho period¨ªstico comparado

El tema no es nuevo en la Prensa de los pa¨ªses democr¨¢ticos. Un peque?o muestreo entre algunos corresponsales en Espa?a de significativos peri¨®dicos mundiales puede ser orientativo. El director del rotativo romano Il Messaggero, Vitorio Emiliani, se muestra claro al afirmar: "En Italia, el fen¨®meno de las firmas de los periodistas en los -manifiestos fue numeroso en el pasado y hoy, se produce muy poco. Sin embargo, en distintas ocasiones firmas -muy importantes del mundo de la Prensa han tomado posturas p¨²blicas. Esta libertad individual existe. Es una cuesti¨®n personal y no hay ninguna traba de car¨¢cter deontol¨®gico. Evidentemente, se debe observar una cierta prudencia cuando, por ejemplo, se trata de un director de peri¨®dico o cuando se va en contra de la l¨ªnea del peri¨®dico donde se trabaja".

En la Prensa francesa nos sirve de ejemplo Le Monde. Seg¨²n Thierry Maliniak, corresponsal en Espa?a de este peri¨®dico, en su diario funciona como una regla general impl¨ªcita, aceptada por todos los redactores, y no firman p¨²blicamente ning¨²n documento. Por otra parte, en la agencia France Press existe la norma estricta por la, cual nadie puede utilizar su nombre al pie de ninguna convocatoria. Otra agencia intemacional la brit¨¢nica Reuter, mantiene esta misma norma, seg¨²n hemos podido comprobar a trav¨¦s de sus corresponsales en el extranjera. Tambi¨¦n en Alemania Occidental, como explica Walter Haubrich, representante en Espa?a de Frankfurter Aligemeine Zeitung, no es pr¨¢ctica habitual este tipo de intervenci¨®n en temas pol¨ªticos, y se?ala: "En alguna ocasi¨®n, compa?eros de la secci¨®n cultural han apuntado sus nombres en campa?as concretas como puede ser contra los peligros de la libertad de expresi¨®n. El resto considera que su aparici¨®n p¨²blica pod¨ªa suponer poner en peligro la l¨ªnea editorial del medio que les paga".

Richard Lester, corresponsal en Madrid de The Times de Londres, recuerda que en alguna ocasi¨® n alg¨²n redactor de su periodico apareci¨® entre los firmantes de alg¨²n manifiesto.intrascendente, y afirma: "Mis colegas tienen claro que si t¨² tomas una posici¨®n haces da?o a la imparcialidad del peri¨®dico, que es algo que los periodistas deseamos mantener. Pero por supuesto que quienes no trabajan en tareas de direcci¨®n tienen toda la libertad para utilizar como les parezca su postura privada. En The, Times es costumbre que cuando un periodista se vincula a alguna campa?a pol¨ªtica se tome unas vacaciones hasta que pase el acontecimiento. En una ocasi¨®n que ahora no podr¨ªa concretar cu¨¢l fue, un editorialista particip¨® p¨²blicamente y tom¨® partido directamente. No volvi¨® a escribir editoriales sobre el tema que ¨¦l hab¨ªa defendido".

La postura de la direcci¨®n de EL PA?S

La pol¨¦mica sobre la aparici¨®n p¨²blica de los periodistas de EL PAIS en temas concretos de la pol¨ªtica nacional tambi¨¦n ha afectado a la Redacci¨®n. Las discusiones entre compa?eros de distintas secciones, unos firmantes, otros no, no se han visto, sin embargo, reflejadas de forma concreta por ninguna manifestaci¨®n escrita del reci¨¦n estrenado Comit¨¦ de Redacci¨®n, quien en principio parec¨ªa dispuesto a publicar una nota con su parecer. Diversas consultas hechas por el defensor de los lectores a los representantes de los periodistas de EL PA?S han sido infructuosas.

El director de la publicaci¨®n, Juan Luis Cebri¨¢n, contesta a los interrogantes que al ombudsman le han planteado los lectores: .?C¨®mo puede mantener la independencia, un peri¨®dico que se autotitula as¨ª si desde miembros de su consejo de administraci¨®n hasta redactores, pasando por otros cargos directivos y uno de los que escribe los editoriales pol¨ªticos, anuncian sus posturas, con amplia publicidad, animando con sus firmas a tomar determinadas decisiones?". Juan Luis Cebri¨¢n nos responde: "Este es un peri¨®dico pluralista y no puede cercenar los derechos ciudadanos de sus redactores. Tienen perfecto derecho a manifestarse p¨²blicamente. EL PAIS para nada se siente comprometido con ellos cuando lo hacen. Por otra parte, en el caso de? jefe de la secci¨®n de Opini¨®n, la cuesti¨®n no varia, porque por encima de ¨¦l existe un redactor jefe, Vicente Verd¨², que dirige un equipo de 15 editorialistas que mantienen una reuni¨®n semanal, con los subdirectores, directores adjuntos y el director: ah¨ª es donde se toman las decisiones editoriales fundamentales. El cargo de Javier Pradera, que no es el ¨²nico que escribe editoriales pol¨ªticos, no es funcional, no tiene redactores a sus ¨®rdenes. La l¨ªnea editorial del peri¨®dico, de acuerdo con el estatuto de la Redacci¨®n, la marca el director, en el marco de ese estatuto, que ha sido aprobado por la empresa (Consejo de Administraci¨®n y Junta de Accionistas) . El director es el ¨²nico responsable ante la opini¨®n p¨²blica de la opini¨®n editorial del peri¨®dico".

El juicio particular de Cebri¨¢n sobre los periodistas firmantes en el tema de la OTAN es concreta: "No me parece ni bien ni mal, aunque creo que quienes firman habitualmente art¨ªculos y opiniones en la prensa no necesitan hacer este tipo de afirmaciones colectivas. En cualquier caso todos han firmado los manifiestos a t¨ªtulo personal y no como miembros integrantes del equipo intelectual del peri¨®dico. Obviamente, cualquier firmante. de cualquier manifiesto lo hace responsablemente y no desconoce lo que significa tanto a nivel personal como profesional hacer una cosa as¨ª. El peri¨®dico por su parte est¨¢ tratando de dar tribuna a todas las posiciones y en su d¨ªa se pronunciar¨¢ editorialmente. La opini¨®n de EL PAIS sobre el referendum de la OTAN se har¨¢ sobre la base de borradores en los que contribuir¨¢ mucha gente y es ingenuo pensar qu¨¦ la l¨ªnea del peri¨®dico en este tema vaya a ser la individual de Javier Pradera o de cualquier otro redactor.".

Por ¨²ltimo, al requerirle si la firma de Juan Luis Cebri¨¢n, como ciudadano que puede acogerse a la libertad de expresi¨®n constitucional, acompa?ar¨ªa alguna de las posturas de los distintos grupos sobre el refer¨¦ndum, contest¨®: "No. No he firmado ning¨²n manifiesto, excepto -y solo en ocasiones- aquellos referidos a temas generales: a favor de la Constituci¨®n, contra el terrorismo, o por la libertad de expresi¨®n... Creo que bastante hago con firmar a diario EL PAIS".

El Encarte fraudulento. El pasado mi¨¦rcoles, algunos lectores madrile?os de EL PAIS se vieron sorprendidos porque en el ejemplar diario hab¨ªa encartada una octavilla an¨®nima sobre las reclamaciones de los arquitectos e ingenieros t¨¦cnicos en tomo a la proposici¨®n de ley sobre sus atribuciones. Al parecer, el colectivo que lleva a cabo esta protesta realiza este manejo fraudulento abriendo los paquetes de peri¨®dicos de EL PAIS que depositan en la madrugada los repartidores ante los quioscos a¨²n cerrados. No es norma correcta para hacer valer unos supuestos derechos confundir a los lectores con esta propaganda ?leg¨ªtima y violentar un diario que se hace eco puntual de sus reclamaciones.