Teolog¨ªa y divinidad

En el n¨²mero de EL PA?S del 15 de febrero de 1986 se publica la noticia de la visita del rey Juan Carlos a la ciudad universitaria de Oxford para ser investido honoris causa, con un t¨ªtulo acad¨¦mico.El acto tendr¨ªa lugar en una de tantas aulas como existen en los m¨²ltiples colleges aut¨®nomos que configuran el ente docente m¨¢s prestigioso de Europa, y tal vez del mundo, denominado universidad de Oxford, cuya antig¨¹edad data del siglo XII, y que es una copia de la de Par¨ªs.

Los personajes m¨¢s ilustres del mundo de las ciencias, del cine, de las finanzas, de la pol¨ªtica, de las letras, de la religi¨®n, etc¨¦tera, han pasado por alguno de estos colegios mayores universitarios, ubicado cada uno en edificio independiente, y denominados con t¨ªtulos propios como Pembroke College, Trinity College, Balliol College, Merton College, University College, etc¨¦tera. Es sabido que el prestigio original de esta universidad se deb¨ªa a la teolog¨ªa y a las letras, y posteriormente no hay rama del saber humano que no tenga c¨¢tedra en Oxford, exceptuado tal vez nuestro cante jondo, cuyo estudio universitario se asienta en Espa?a.

Pero vamos al caso de la noticia difundida por EL PA?S. Es probable que don Juan Carlos lea ese art¨ªculo y no podr¨¢ menos que sonre¨ªrse o, tal vez, sorprenderse al comprobar la peregrina traducci¨®n dada por EL PA?S al "aula de teolog¨ªa" (divinity room), donde tendr¨ªa lugar el acto acad¨¦mico de su investidura, que para EL PA?S es una "sala de la divinidad". Quiz¨¢ pensara el Rey que qu¨¦ m¨¢s quisiera su Majestad que recibir un t¨ªtulo semejante en la "antesala del cielo" o en el Sancia Sanctorum del templo de Jerusal¨¦n. Seguro que don Juan Carlos no aspira a la gloria de los altares como su antecesor en el poder, cuya efigie todos manoseamos en las monedas donde se le¨ªa "Caudillo por la G. de D".-