La precipitaci¨®n alej¨® al Joventut de la final
El baloncesto espa?ol perdi¨® ayer la oportunidad de que, por primera vez en la historia, dos de sus equipos protagonizasen una final europea. La oportunidad espa?ola estuvo en las manos de un jugador estadounidense, Greg Stewart, pero la precipitaci¨®n, com¨²n ayer en todos los jugadores del Joventut, imposibilit¨® que la final de la Recopa 1985-86 fuese catalana.
Con la eliminatoria igualada (103-94) y cuando quedaban ocho segundos para concluir el tiempo reglamentario, el bal¨®n cay¨® en las manos de Stewart; el estadounidense se puso nervioso, ech¨® el cuerpo hacia delante y tir¨® sin mirar. Fall¨®, y el Scavolini a¨²n tuvo cuatro segundos para evitar una pr¨®rroga que, a la postre, le fue favorable.
El Joventut tuvo la final a su alcance. Marc¨® perfectamente el ritmo del encuentro en la primera parte -un ritmo fren¨¦tico- para llegar al descanso con una ventaja de 8 puntos (54-46) suficiente para, afrontar los ¨²ltimos 20 minutos con serenidad.
Villacampa y Margall parec¨ªan dos hermanos gemelos penetrando por los laterales de la defensa italiana bien lanzados por Montero, y Housey y Stewart se dedicaban a la ingrata tarea de defender a conciencia. Todo se torci¨® en los primeros minutos de la segunda mitad. El Scavolini ven¨ªa precedido de una fama de equipo gandul a la hora de defender.
Esa fama se rompi¨® en mil pedazos en la segunda parte, cuando los italianos cerraron sus filas y demostraron que tambi¨¦n saben defender. Sin cometer apenas faltas personales y asegurando al m¨¢ximo sus lanzamientos, el Scavolini logr¨® un parcial de 012 y pas¨® a mandar por 63-65.
Silvester, un viejo zorro del baloncesto, el malabarista Fredrick y sus compa?eros, se convirtieron, para sorpresa de los jugadores del Joventut, en disciplinados y sobrios defensores. Silvester, adem¨¢s, parec¨ªa uno de esos jugadores marchosos que se motivan m¨¢s cuando el p¨²blico abuchea cada una de sus acciones, y sus dos brazos se doblaban hacia atr¨¢s, en un lanzamiento poco habitual, para encestar cuando su equipo lo necesitaba.
Mientras Villacampa y Margall se encontraban con sus pasillos bloqueados, el Joventut en pleno entraba en una fase de histerismo descontrolado que echaba por tierra todo el trabajo realizado en la primera mitad.
Ese mismo histerismo atacante, sin embargo, permiti¨® al Joventut gozar de una segunda oportunidad, que normalmente los equipos italiano! no. conceden. Tras varios errores en el pase, y gracias a la presi¨®n salvaje de Villacampa y Montero, el Joventut pas¨® de un empate a 91 puntos (a 2.54 del final), a igualar la eliminatoria y tener el bal¨®n en su poder, a 14 segundos del final. Entonces fall¨® Stewart.
El Scavolini ya no concedi¨® una tercera oportunidad. Acostumbrados a una Liga donde los partidos suelen decidirse en los ¨²ltimos segundos, los-jugadores del Scavolini apuraron al m¨¢ximo sus jugadas en la pr¨®rroga, mientras en el Joventut Margall y Jofresa fallaron sus lanzamientos en los momentos claves.
Era el contraste entre la serena veteran¨ªa de unos hombres curtidos en mil batallas, los del Scavolini, y unos dotados jugadores que no controlaban su potencial y que ca¨ªan en un error propio de su nombre.
TSSKA-Barcelona
La semifinal TSSKA-Barcelona se disputar¨¢ hoy, a partir de las cinco de la tarde hora espa?ola en Mosc¨², tras la aprobaci¨®n del aplazamiento de 24 horas al que lleg¨® la FIBA.
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