Las razones de Gonz¨¢lez contra la OTAN

El entonces secretario general del PSOE, Felipe Gonz¨¢lez, enumer¨® al final del pleno del Congreso del 29 de octubre de 1981 las razones por las que su partido se opon¨ªa a entrar en la OTAN. En aquel discurso, -que se reproduce a continuaci¨®n- Gonz¨¢lez matizaba las posiciones de su partido con m¨¢s amplitud que nunca:"No queremos que Espa?a entre en la Alianza Atl¨¢ntica; por razones de seguridad, porque aumenta nuestro riesgo en caso de una guerra nuclear limitada, ya anunciada p¨²blicamente; porque nos convierte en un pa¨ªs beligerante, condici¨®n que hasta este momento no ten¨ªamos; porque los objetivos estrat¨¦gicos de la OTAN son diferentes de los objetivos estrat¨¦gicos prioritarios de nuestro pa¨ªs, cosa que no ocurre en otros miembros de la Alianza; porque no garantiza nuestra integridad territorial; porque, en fin, desde el punto de vista de esa seguridad aumenta las posibilidades de nuclearizaci¨®n en t¨¦rminos de armamento de nuestro pa¨ªs.

No queremos el ingreso de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica por razones de pol¨ªtica interior; porque nuestros problemas reales, los inmediatos, los problemas nacionales, poco o nada tienen que ver con el ingreso o no en la Alianza. Los problemas de la crisis, del paro, de la educaci¨®n, de la cultura o de la vivienda nada tienen que ver en la preocupaci¨®n de los ciudadanos espa?oles con este deseo de ingreso en la Alianza Atl¨¢ntica.

No queremos el ingreso en la OTAN porque nuestra dependencia de poderes extra?os va a aumentar en todos los terrenos y sobre todo en el de las decisiones defensivas o militares, porque la OTAN misma est¨¢ en crisis, aunque afortunadamente tambi¨¦n lo est¨¢ el Pacto de Varsovia, tal vez con mayor gravedad pero con menos resonancia; porque, como se est¨¢ comprobando, la poblaci¨®n, fuera y dentro de nuestras fronteras, cada vez rechaza m¨¢s y con m¨¢s fuerza la din¨¢mica de la carrera armamentista y se opone a ella por el riesgo de enfrentamiento; porque divide a los espa?oles, incrementando las dificultades de entendimiento en temas que son fundamentales para el desarrollo pol¨ªtico de nuestra democracia y para el desarrollo pol¨ªtico de nuestra acci¨®n exterior.

No queremos la integraci¨®n de Espa?a en la OTAN por razones de pol¨ªtica exterior. En primer lugar, por las implicaciones que esta integraci¨®n va a suponer en el caso de algunas zonas territoriales, como Ceuta y Melilla, y en el caso de Gibraltar.

En segundo lugar, porque reduce nuestra capacidad de relaci¨®n con pa¨ªses clave para nuestra pol¨ªtica exterior, no increment¨¢ndola para otros que tambi¨¦n lo son, y me refiero a que la reduce en el caso de Iberoam¨¦rica y en el caso del mundo ¨¢rabe.

En tercer lugar, porque rompe el esquema de prioridades de nuestro proyecto europeo y lo rompe, haciendo verdad la f¨¢bula famosa, ya citada aqu¨ª, de la zorra y las uvas: est¨¢n verdes unos problemas y se aceptan otras reivindicaciones; porque vamos a estar a las duras y no a las maduras.

Tampoco estamos de acuerdo con el planteamiento que el Gobierno ha hecho para la integraci¨®n de Espa?a en la Alianza Atl¨¢ntica, y lamento que algunos de los intervinientes no hayan estado en el largo debate de comisi¨®n, porque all¨ª pude aclarar hasta la saciedad que nosotros nos sentimos legitimados para defender los intereses de Espa?a sea cual sea la mayor¨ªa que se conforme en la C¨¢mara, y, por consiguiente, podemos defender nuestras posiciones de no integraci¨®n y tambi¨¦n podemos defender lo que pensamos de un determinado tipo de integraci¨®n. Y sobre este tipo de integraci¨®n tampoco estamos de acuerdo y decimos que no, porque el Gobierno pretende una adhesi¨®n, se quiera o no, incondicional, podr¨ªa decir inquebrantable, que despu¨¦s se va a encontrar con la din¨¢mica del derecho de veto de cada uno de los pa¨ªses.

Porque no se reconocen a Espa?a sus derechos sobre Gibraltar y no se modifica el trazado defensivo de la OTAN para cubrir la totalidad de nuestro territorio ni se modificar¨¢ en el futuro. Porque el Gobierno no ha definido cu¨¢l es el papel de Espa?a en la propia Alianza (...) y ni siquiera nos ha dado el coste del plan estrat¨¦gico conjunto".