Los daneses deciden hoy su futuro en la Comunidad Europea
ENVIADO ESPECIALAlgo m¨¢s de 3,8 millones de daneses acuden hoy a las urnas para decidir sobre el tipo de presencia de Dinamarca en el seno de la Comunidad Europea. Los votantes se deben pronunciar sobre el Acta ?nica Europea, que modifica el Tratado de Roma y confiere m¨¢s poderes a los organismos comunitarios. La pol¨¦mica ha estado centrada en los efectos de las reformas sobre el medio ambiente y la pol¨ªtica exterior.
Un debate televisado con presencia de los l¨ªderes de los partidos parlamentarios, celebrado el martes por la noche, y una conferencia de prensa, ayer por la tarde en el Parlamento, con diputados de diferentes partidos han servido para poner el ¨¦nfasis en el inter¨¦s dan¨¦s por el medio ambiente y por la presunta p¨¦rdida de soberan¨ªa nacional derivada de la aplicaci¨®n del Acta ¨²nica Europea.Este documento, al que Dinamarca es el ¨²nico pa¨ªs de los doce en poner objeciones de fondo, pretende que exista un aut¨¦ntico mercado interior comunitario en 1992. Para ello propone acabar con las barreras t¨¦cnicas que hoy lo hacen imposible. Diferentes fiscalidades, diferentes garant¨ªas sanitarias y diferente aplicaci¨®n de homologaciones por cada pa¨ªs comunitario act¨²an de hecho como mecanismos proteccionistas, a pesar de que se hayan levantado las barreras arancelarias y hayan desaparecido los cupos. En el Acta ?nica Europea se propone que el Consejo de Ministros de la Comunidad ceda su capacidad de veto cuando se trate de adoptar las medidas pertinentes para lograr un mercado ¨²nico interior.
Los partidos de la oposici¨®n al Gobierno conservador dan¨¦s insisten en que, al adoptarse unas reglas comunes de producci¨®n, el medio ambiente dan¨¦s, con unas pautas m¨¢s altas, va a salir perjudicado. En Dinamarca, por ejemplo, est¨¢ prohibida la entrada de productos qu¨ªmicos e industriales, especialmente pinturas de alto poder t¨®xico, muchos de los cuales son de uso habitual en el resto del continente.
El Gobierno niega el razonamiento de la oposici¨®n. Dice que las pautas b¨¢sicas son fijadas por la Comunidad, pero que ello no impide a cada pa¨ªs mantener sus propias medidas reguladoras. El propio ministro de Exteriores, el liberal Uffe Elleman-Jensen, dice haber recibido garant¨ªas de los once de que "se respetar¨¢n las medidas de medio ambiente y seguridad laboral" vigentes en Dinamarca. El primer ministro, el conservador Poul Schl¨¹ter, insiste en que "la armonizaci¨®n y el desmantelamiento de las barreras t¨¦cnicas son el ¨²nico medio para constituir un aut¨¦ntico Mercado Com¨²n" capaz de competir con Estados Unidos o Jap¨®n.
Las razones del 'no'
"No queremos que nadie decida desde fuera de Dinamarca sobre el medio ambiente u otras cuestiones que nos afectan", dice Keld Alberchtsen, parlamentario del Partido Socialista de Izquierda, en la oposici¨®n. Algo m¨¢s del 35% de los daneses teme que la adopci¨®n de una pol¨ªtica com¨²n europea y la concesi¨®n de mayores poderes al Parlamento Europeo redunde en una p¨¦rdida de soberan¨ªa.
"La pol¨ªtica exterior va a ser cada vez m¨¢s importante en la Comunidad Europea, y Dinamarca como pa¨ªs individual no podr¨¢ rechazar pol¨ªticas que no quiere", manifiesta Niels Petersen, l¨ªder del grupo parlamentario del Partido Radical, contrario a la reforma europea.
Los que se oponen al acta insisten en que lo que se pretende con ella es dar el primer paso hacia una uni¨®n europea. Eso es lo que dice la propia acta, y los partidos que la suscriben han hecho verdaderos equilibrios para borrar el temor que tal palabra suscita en el subconsciente individualista y vikingo del dan¨¦s.
Ren¨¦ Brusvang, del gubernamental Partido del Centro Dem¨®crata, ha recurrido incluso a explicaciones sem¨¢nticas. "No se trata de una uni¨®n en el concepto dan¨¦s de esta palabra, que significa unidad", se?ala. "No hay motivo para hablar de uni¨®n cuando se habla del Acta ¨²nica Europea", dice Schl¨¹ter. "Yo no estoy a favor de la uni¨®n europea, aunque quiz¨¢ mis hijos o mis nietos lleguen a estarlo", asegura.
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