Dimite el 'n¨²mero dos' de la CIA por divergencias sobre la ayuda a la guerrilla anticomunista en el Tercer Mundo
John McMahon, n¨²mero dos de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana (CIA), ha presentado su dimisi¨®n al presidente Ronald Reagan tras expresar su oposici¨®n a la pol¨ªtica de la Administraci¨®n estadounidense de aumentar el apoyo militar a las guerrillas anticomunistas que operan en el Tercer Mundo. La dimisi¨®n de McMahon, que, seg¨²n la Casa Blanca, se produce por "motivos personales", se anuncia cuando Reagan ha lanzado una dram¨¢tica campa?a para poder suministrar 70 millones de d¨®lares (unos 10.000 millones de pesetas) de ayuda militar a la contra nicarag¨¹ense.
El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, afirm¨® ayer en el Congreso que sin la ayuda militar norteamericana los contra ser¨¢n aplastados y se necesitar¨¢n tropas de EE UU para detener el avance sovi¨¦tico en Centroam¨¦rica.Weinberger, que acudi¨® al Parlamento a defender la petici¨®n de ayuda militar del presidente, argument¨® que en la situaci¨®n actual "no es necesario" para Estados Unidos "ir all¨ª, declarar la guerra y lanzar las fuerzas al combate". Pero si los rebeldes son derrotados, a?adi¨®, el uso de tropas de Estados Unidos "puede muy bien ocurrir". "Si la marcha de las fuerzas sandinistas, apoyadas por los sovi¨¦ticos, se mueve hacia el norte y el sur [de Centroam¨¦rica], entonces tendr¨ªamos que hacerlo. No ser¨¢ una tarea f¨¢cil. Ser¨¢ muy costoso. Costar¨¢ muchas vidas que ahora no tenemos que perder", explic¨® Weinberger al Comit¨¦ de Servicios Armados de la C¨¢mara de Representantes.
McMahon, que llevaba 34 a?os en la CIA, se opon¨ªa a la ayuda encubierta a los rebeldes en Nicaragua y Afiganist¨¢n, dijeron fuentes del Gobierno.
La oposici¨®n dem¨®crata pidi¨® ayer a Reagan una opci¨®n diplom¨¢tica, y 200 dirigentes religiosos denunciaron "la carnpa?a de enga?o" de la Adminitraci¨®n, mientras el Congreso inici¨® el pol¨¦mico debate sobre Nicaragua. The Washington Post inform¨® que la decisi¨®n de McMahon, de 56 a?os, profesional puro del espionaje convertido en la conciencia de la CIA, fue adoptada la pasada semana, cuando Reagan decidi¨® una escalada en cuatro operaciones paramilitares encubiertas en el Tercer Mundo. Reagan ha ofrecido arinas a las guerrilla,s anticomuniSt¨¢s en Nicaragua, Afganist¨¢n, Angola y Camboya.
Reagan perdi¨® anoche las dos primeras, votaciones en el Congreso sobre la ayuda a la contra, al rechazar dos comit¨¦s, dominados por los dem¨®cratas, la petici¨®n presidencial de suministrar 100 millones de d¨®lares (unos 14.000 millones de pesetas) a los rebeldes, 70 de ellos en ayuda militar.
Aunque era una votaci¨®n esperada, constituye sin embargo un anticipo de las dificultades que encuentra en el Parlamento la pol¨ªtica de Reagan sobre Nicaragua. Por nueve votos contra siete, el Comit¨¦ de Inteligencia de la C¨¢mara de Representantes vot¨® contra la concesi¨®n de la ayuda. Poco despu¨¦s se pronunci¨® tambi¨¦n en contra el Subcomit¨¦ de Asuntos del Hemisferio Occidental de la citada C¨¢mara.
Horas antes, Reagan hab¨ªa afirmado que si votan contra su Pol¨ªtica, la oposici¨®n en el Congreso ser¨¢ responsable de convertir a Centroam¨¦rica en "un mar rojo que eventualmente se desbordar¨¢ en las fronteras" de Estados Unidos.
Los observadores creen que la salida de McMahon abre la puerta a una pol¨ªtica m¨¢s intervencionista de la CIA, en la l¨ªnea que promueve su director, W¨ªlliam Casey.
El sustituto
El presidente ha nombrado a Robert Gates, de 42 a?os, hasta ahora n¨²mero dos de la rama de inteligencia de la CIA, para sustituir a McMahon.Gates es especialista en temas sovi¨¦ticos y en los setenta ocup¨® un puesto importante en la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), uno de los organismos claves del espionaje norteamericano, m¨¢s secreto que la CIA y, para muchos observadores, m¨¢s importante, dedicado sobre todo a la recogida electr¨®nica de datos secretos.
En su carta de dimisi¨®n enviada a Reagan, McMahon afirma: "Creo que he llegado a un punto en el que debo moverme". McMahon estaba desde, hace meses en el punto de mira de los grupos ultraconservadores, que hab¨ªan enviado 10.000 cartas ala Casa Blanca para pedir su cese.
Estos sectores acusaban al n¨²mero dos de la CIA de bloquear y retrasar la ayuda encubierta a los rebeldes afiganos que luchan contra las tropas de ocupaci¨®n sovi¨¦ticas. En la primavera de 1980 escribi¨® un memor¨¢ndum al entonces presidente, Jimmy Carter, en el que le ped¨ªa que suspendiera esta ayuda a los muyaidin. La Administraci¨®n de Reagan ha ido aumentando progresivamente su ayuda a los rebeldes afganos,
Oponi¨¦ndose a las actividades encubiertas en Nicaragua de la CIA, que hace dos a?os min¨® los puertos de aquel pa¨ªs, McMahon no sintonizaba con una Administraci¨®n que est¨¢ decidida a incrementar su presi¨®n contra los sandinistas.
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