El 'man¨¢' de Washington, a cambio del acuerdo con Israel
A cambio de su acuerdo de paz con Israel y de la consecutiva renuncia de Egipto a su liderazgo pol¨ªtico en el mundo ¨¢rabe, Anuar el Sadat convirti¨® al pa¨ªs de los faraones en el segundo beneficiario de la ayuda exterior norteamericana, con la que esperaba reactivar una econom¨ªa empobrecida, marcada por tres d¨¦cadas de guerras intermitentes, y sacarle del subdesarrollo.Iniciado en 1974 con una brusca liberaci¨®n de la econom¨ªa, la infitah, o el acercamiento a Occidente, especialmente a Estados Unidos, alcanza su c¨¦nit a partir de 1979, cuando empieza a afluir el man¨¢ norteamericano, que asciende durante el actual ejercicio fiscal a 2.300 millones de d¨®lares (320.000 millones de pesetas), a los que hay que a?adir otros 500 millones "suplementarios" aprobados por el Congreso en junio.
El 57% de la primera remesa son cr¨¦ditos blandos para la compra de material b¨¦lico made in USA.
S¨®lo Israel supera esta cifra, lo que constituye un primer motivo de descontento para, los egipcios. Recalcan que, a pesar de haber consentido mayores sacrificios pol¨ªticos, el aislamiento de su entorno ¨¢rabe para firmar la paz con el ex "enemigo siohista", reciben per c¨¢pita 55 d¨®lares (unas 7.700 pesetas) anuales de ayuda norteamericana, mientras el Estado israel¨ª ingresa 627 d¨®lares (unas 87.800 pesetas) por cada uno de sus ciudadanos.
M¨¢s a¨²n que la cuant¨ªa perc¨ªbida, lo que ind¨ªspone a la oposici¨®n egipcia son las caracter¨ªsticas de la ayuda, que, a diferencia de su vecino septentrional israel¨ª, el Gobierno no puede administrar solo, porque para eso la Agencia de Desarrollo Internacional (AID) norteamericana, cuenta en El Cairo con una plet¨®rica burocracia.
Los detractores
Sus detractores insisten en que favorece ante todo la compra de productos estadounidenses, en detrimento, a veces, del desarrollo de la industria aut¨®ctona."Queremos", afirmaba Helmi Murad, n¨²mero dos del Partido del Trabajo Socialista (PTS, socialdem¨®crata), "que la ayuda extranjera f¨®rnente la reconstrucci¨®n de nuestra econom¨ªa y participe de lleno en proyectos de producci¨®n, pero esto es justamente lo que Estados Unidos no toma en consideraci¨®n, y por eso estamos en condiciones de alimentar a menos gente cada a?o".
El ministro de Planificaci¨®n, Karrial el Ganzuri, le daba pr¨¢cticamente la raz¨®n, al confesar en una reciente entrevista que el programa de asistencia norteamericana obedece en un 70% a los intereses de Washington y s¨®lo en un 30% a los de El Cairo.
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