Soares da por terminada la transici¨®n portuguesa

Mario Soares rindi¨® ayer homenaje, con motivo de su investidura como primer presidente democr¨¢tico y civil de la Rep¨²blica de Portugal, al pueblo portugu¨¦s y a los militares de abril, "sin los cuales no habr¨ªa sido posible", dijo, "llegar a la situaci¨®n actual". Tras pronunciar estas palabras, aplaudidas por todo el Parlamento luso, Soares reiter¨® que, "terminada la transici¨®n portuguesa hacia la democracia plena", ha llegado el momento de saludar la lealtad democr¨¢tica ejemplar de las fuerzas armadas en el pasado pol¨ªtico reciente de Portugal, que el nuevo jefe del Estado calific¨® de "pol¨ªtica y militarmente complejo".

El relevo en el m¨¢s alto cargo de la rep¨²blica lusa fue sellado, poco despu¨¦s de las 10.00 horas (11.00 hora peninsular espa?ola) ante el pleno del Parlamento, del Gobierno y de numerosas delegaciones extranjeras, por un simple apret¨®n de manos entre el presidente saliente, general Antonio Ramalho Eanes, y el ex secretario general del Partido Socialista, Mario Soares, que acababa de jurar "defender, cumplir y hacer cumplir" la Constituci¨®n de 1976.Con rostro serio y, voz firme pero pausada, Soares di¨® lectura a su primer discurso presidencial, de cerca de media hora, en el que subray¨® que "el primer presidente civil electo por sufragio popular" de toda la historia portuguesa es un hombre de convicciones, y fidelidades", decidido a dar a su alta magistratura toda la importancia y prestigio que merece, como "centro vital" del sistema democr¨¢tico.

Soares, dirigi¨® un saludo a los jefes de Estado y de Gobierno de las Naciones amigas", cuya presencia en el palacio de S¨¢o Bento valor¨® como la prueba de que "gracias al 25 de abril (de 1974) Portugal sali¨® del aislamiento" y recuper¨® su "prestigio internacional". Entre los dignatarios extranjeros presentes en el acto destacan el presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, el de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Mitterrand, y el primer ministro italiano, Bettino Craxi, junto a altos representantes de m¨¢s de 25 pa¨ªses.

Un homenaje al asesinado primer ministro sueco, Olof Palme, que ten¨ªa previsto haber asistido a la toma de posesi¨®n de Soares, fue aprovechado por el nuevo presidente luso para pronunciar una rotunda condena del terrorismo, que calific¨® de "principal amenaza contra la democracia, a nivel nacional e internacional".

Despu¨¦s de considerar que en democracia "la seguridad es un bien tan valioso como la libertad", Mario Soares exhort¨® a todos los pa¨ªses a luchar "efectivamente y sin treguas" contra las acciones "concertadas de la violencia y del fanatismo" y en defensa del "del di¨¢logo, de la tolerancia Y de la paz".

Al pasar del plano internacional al nacional, Mario Soares, como "presidente de todos los portugueses" que prometi¨® ser, se?al¨® como centro de sus preocupaciones futuras la estabilidad pol¨ªtica y social, el di¨¢logo y el consenso.

Exige cooperaci¨®n

Soares, invirtiendo la f¨®rmula tradicionalmente usada en Portugal, no prometi¨® su apoyo a los dem¨¢s ¨®rganos del poder, sino que les exigi¨® su "cooperaci¨®n leal", al servicio de los grandes objetivos nacionales, que enumer¨® as¨ª: estabilidad pol¨ªtica, paz social, desarr¨®llo de una sociedad abierta, justa y de bienestar, lucha contra la miseria, la ignorancia y la intolerancia.Soares record¨® que como ex parlamentario y ex jefe de Gobierno, conoce como pocos el mecanismo de las crisis y c¨®mo evitarlas, y a?adi¨® que su af¨¢n de "concordia nacional" no excluye la firmeza, y que ser¨¢ "inflexible" cuando est¨¦n en juego los objetivos nacionales. Tambi¨¦n prometi¨® "trabajar lealmente" con el actual Gobierno, minoritario.

La investidura presidencial de Mario Soares ha sido una fecha inolvidable para los viejos republicanos lusos, ex compa?eros del padre del nuevo presidente, Jo¨¢o Soares, supervivientes de la I Rep¨²blica portuguesa, 31 de m¨¢s de un siglo de luchas liberales y republicanas. Fue evidente la preocupaci¨®n de Soares por subrayar su calidad de "heredero leg¨ªtimo" de estas tradiciones, interrumpidas por la dictadura salazarista y, la transici¨®n militar que, seg¨²n ¨¦l, s¨®lo termin¨® el 16 de febrero ¨²ltimo.