La situacion geogr¨¢fica y el rechazo a las bases militares, dos de las causas del voto canario en contra de la Alianza
Del pozo de razones que pueden explicar el no canario a la OTAN, dos, al menos,, sirven para establecer las claves del fen¨®meno: la situaci¨®n geogr¨¢fica del archipi¨¦lago dentro de un ¨¢rea que ha permanecido caliente en los ¨²ltimos 10 a?os y el temor generalizado a la posible instalaci¨®n de bases extranjeras. Estas y otras causas, que hay que buscar en la propia estructura social de una comunidad aut¨®noma vertebrada, en siete compartimientos distanciados por el mar, dibujan, de arriba abajo, el factor diferencial.
El inmediato futuro electoral puede estar ya marcado en las islas por siete puntos que separan al no (50,50%,) del si (43,51%) y un nivel de abstenci¨®n que se elev¨® al 44,65%. En las dos capitales canarias, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, el voto fue negativo. Sin embargo, la provincia m¨¢s oriental (Gran Canaria), Fuerteventura y Lanzarote decidi¨® el resultado, que genera una lectura diversa, en esta autonom¨ªa gobernada por el PSOE con los fr¨¢giles apoyos de tres miembros de asamblea majorera, uno del PCE y otro del, Partido de la Revoluci¨®n Canaria. El llamado pacto de progreso rompi¨® su disciplina en esta cuesti¨®n y el presidente del Ejecutivo, el socialista Jer¨®nimo Saavedra, admiti¨® la carga de esa soledad. En su opini¨®n, la Iglesia influy¨® junto con nacionalistas, comunistas, independientes y ecologistas en la orientaci¨®n del voto. listos han reaccionado al escrutinio planteando ante el Parlamento aut¨®nomo la solicitud de un estatuto de neutralidad para Canarias, que abre un nuevo ciclo del debate.Condicionantes
En el fondo de la negaci¨®n canaria subsisten condicionantes remotos e inmediatos. La larga guerra del S¨¢hara, que oblig¨® a hacer las maletas a un buen pu?ado de isle?os y que ha ocasionado constantes sobresaltos, como el del Junquito, a la flota pesquera con base en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, es, naturalmente, uno de los episodios que m¨¢s ha calado durante los dos ¨²ltimos lustros en la mentalidad del insular de a pie. La proximidad al foco de la tensi¨®n defini¨® un espont¨¢neo talante neutralista del que se percat¨® el Parlamento regional al aprobar una declaraci¨®n de plataforma de paz. Los majoreros aportaron un matizado antimilitarismo a la campa?a.
Con su rechazo a la Legi¨®n en Fuerteventura, la campa?a de casa en casa de las comisiones ciudadanas y los comit¨¦s por la paz, dispusieron adem¨¢s de un poderoso argumento que no fue rebatido categ¨®ricamente, como reconoci¨® Saavedra en la noche del 12: la extendida sospecha de que en alguna parte de Canarias ser¨¢ montada una base militar de la Alianza Atl¨¢ntica.
Si los rigores de la geograf¨ªa, que hacen del archipi¨¦lago puente y encrucijada de tres continentes (Europa, ?frica y Am¨¦rica), han pasado ahora para votar no a la OTAN como ayer. pudieron los criterios econ¨®micos contra la Comunidad Europea (CE), otros rasgos de la estructura social de las dos provincias (mayor depresi¨®n en Las Palmas que en la de Santa Cruz de Tenerife) revelan el ¨²ltimo sentido de la papeleta de esta comunidad aut¨®noma a la que no se le permiti¨® refrendar su estatuto. Esas condiciones de paro y evidente crispaci¨®n en sectores de la sociedad no hacen dif¨ªcil imaginar adem¨¢s un cierto grado de castigo al Gobierno de Saavedra que parad¨®jicamente ha recibido peor trato de la provincia donde tiene su sede (Las Palmas) frente a quienes alientan el pleito desde la isla, de enfrente, Tenerife.
El voto contrario de las islas preocupa a Madrid por sus posibles consecuencias pol¨ªticas dentro y fuera de Espa?a. Canarias, por primera vez, puso su propio acento para opinar sobre pol¨ªtica exterior; algo tan peligroso trat¨¢ndose de un archipi¨¦lago situado a 2.000 kil¨®metros.
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