Randal, el ni?o que se dorm¨ªa en clase.

Randal, un ni?o de ocho a?oS, explic¨® a su maestra sus andanzas "con los gringos". La profesora permiti¨® al enviado especial de EL PA?S escuchar la cinta en que lo contaba. El ni?o responde a duras penas, casi siempre con monos¨ªlabos, a las preguntas de la maestra que centr¨® su atenci¨®n sobre Randal porque se dorm¨ªa en clase."Fui a los burdeles con un gringo", dice el ni?o para explicar su sue?o. "Nos ponen una cosa aqu¨ª, en la boca" dice. La maestra insiste en sus preguntas. El ni?o dice que le ponen en la boca "una purrunga" (el pene, en la jerga popular hondure?a).

Luego explica: "Me dan cinco pesos, a veces cuatro" (un peso vale unas 75 pesetas).

Randal dice que a su madre le explica que se va de casa para ver la televisi¨®n. Al regresar, Randal le entrega el dinero a su madre, que no pregunta de d¨®nde procede.

El ni?o explica que encontr¨® a los gringos en los billares, y que luego fueron al parque. Uno de ellos dijo a Randal: "Vamos a los burdeles. Est¨¢ arriba de la disco".

Y a?ade que "hacen la cosa en el pan [vagina]. Le meten la purrunga en el pan". "Yo me he re¨ªdo", dice. "Hay como ocho camas. Las mujeres estaban acostadas sin ropa. Tambi¨¦n hab¨ªa cipotes [ni?os] viendo adentro. En otro cuarto estaban haciendo lo que hacen en la boca. A las mujeres no se lo hacen en la boca; las mujeres estaban abajo y ellos arriba".

La maestra que recogi¨® el testimonio de Randal dice que cuando lo present¨® en el coloquio sobre identidad nacional, en Tegucigalpa, algunos asistentes lloraban al escuchar la grabaci¨®n.

El portavoz de las fuerzas armadas de Honduras, mayor Jorge Arg¨¹ello, declar¨® en Tegucigalpa que "no hay ninguna prueba" de las acusaciones lanzadas en Comayagua.