Bernard Tapie: "Francia desea la cohabitaci¨®n"
FELICIANO FIDALGO ENVIADO ESPECIAL, Hay quien dice que Bernard Tapie fue parido por los cinco a?os de socialismo-mitterrandismo. Eso no es verdad. No hay m¨¢s que escucharle en su moderno despacho parisiense, poblado de plantas, de alg¨²n cuadro y de secretarias que vuelan. Tapie, parisiense de padre de la Catalu?a espa?ola, 43 a?os, casado, tres hijos, seis horas semanales de deporte, veranea en Ibiza y emplea a 14.000 personas en las 45 empresas de las que es propietario y que abarcan desde la moda hasta el deporte -el otro d¨ªa compr¨® el equipo de f¨²tbol de Marsella. Durante los ¨²ltimos cinco a?os del fracaso de "la ruptura con el capitalismo" se ha revelado en este pa¨ªs como el monstruo sagrado de un mundo nuevo.
Como ¨¦l dice, es un jefe de empresa que, en vez de ir de caza, protagoniza una emisi¨®n de televisi¨®n o canta o patrocina al ciclista Bernard Hinault. Tapie es el dios de los j¨®venes. Su caso es observado por los intelectuales. Su trayectoria fulgurante ha pasmado a este pa¨ªs que le consulta sobre todo.Pregunta: ?C¨®mo analiza los resultados de las elecciones legislativas de anteayer?
Respuesta: Francia desea la cohabitaci¨®n y cada vez ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil hablar de derecha o de izquierda o de etiquetas fijas. Habr¨¢ ideolog¨ªas diferentes, pero la realidad econ¨®mica internacional deja poco margen para las maniobras.
P. ?Qu¨¦ le parece la clase pol¨ªtica francesa?
R. Est¨¢ desacreditada y eso es grave. Francia se ha manifestado siempre en el plano internacional como un Estado fuerte y desacreditar la clase pol¨ªtica es degradar el Estado.
P. ?Por qu¨¦ ha perdido la izquierda las elecciones si su pol¨ªtica, ¨²ltimamente, era, m¨¢s o menos, la que se deseaba.
R. Porque en todos los pa¨ªses occidentales se cambia de mayor¨ªa cada vez m¨¢s, salvo en aqu¨¦llos que acaban de salir de la dictadura, como Espa?a y Grecia. La alternancia en Francia me parece que no es cosa mala.
P. ?Y qu¨¦ pol¨ªtica nueva va a hacer la derecha?
R. Si aplica su programa, desnacionalizar¨¢, liberar¨¢ los precios y el control de cambios, entre otras cosas. Pero no me pregunte si eso est¨¢ bien o mal. Yo soy miembro de la sociedad civil y me acomodo a todas las circunstancias y acepto todas las elecciones democr¨¢ticas.
P. ?Le parece Mitterrand el verdadero s¨ªmbolo franc¨¦s de la modernidad?
R. La modernidad no es un calificativo, sino una noci¨®n intelectual. De todos modos, Mitterrand me parece un gran hombre de Estado, pero le es dif¨ªcil a un presidente ser moderno porque debe tener en cuenta hechos mayores que afectan a toda la sociedad, incompatibles con lo moderno. Para todos nosotros es mucho m¨¢s f¨¢cil ser moderno. Adem¨¢s, mientras los sondeos de opini¨®n contin¨²en siendo los elementos culturales de la pol¨ªtica, no se puede ser moderno.
P. ?Cree usted posible la cohabitaci¨®n entre el presidente de la izquierda y un primer ministro de la derecha?
R. No. Eso va a durar hasta final de a?o, estoy seguro.
P. ?Y despu¨¦s?
R. Habr¨¢ nuevas elecciones presidenciales.
P. ?Qu¨¦ quieren decir en la sociedad francesa los dos extremismos equivalentes num¨¦ricamente que se han reafirmado en esta elecci¨®n?
R. El Frente Nacional, ultraderechista, es un equ¨ªvoco. La gente ha cre¨ªdo que Jean-Marie le Pen no se parece a los otros pol¨ªticos y no se da cuenta el p¨²blico de que se trata de un viejo politicastro que lleva ah¨ª m¨¢s de 30 a?os. Lo que ocurre es que la poblaci¨®n est¨¢ harta de derecha y de izquierda y no tiene otra cosa a la que agarrarse. Del Partido Comunista nos estamos curando. En 1986 es dif¨ªcil ser, a la vez, inteligente, comunista y de buena fe. O, en caso contrario, es que no se viaja por el mundo en el que vivimos.
P. ?Para qu¨¦ han servido los cinco a?os de poder socialista?
R. Para que aprendieran lo que es la crisis y para que le cogieran gusto al poder. Es bueno tener una oposici¨®n fuerte y que no sea demag¨®gica.
P. Usted compra equipos de f¨²tbol, embelesa a los franceses con sus iniciativas medi¨¢ticas, da conferencias y re¨²ne diez veces m¨¢s p¨²blico que cualquier pol¨ªtico. ?Qui¨¦n es usted?
R. Un jefe de empresa como los dem¨¢s. Lo que ocurre, quiz¨¢, es que existe un desfase entre mi profesi¨®n de empresario y mi manera de vivir o las actitudes que adopto. Muchos ven en m¨ª el TGV [el tren m¨¢s r¨¢pido del mundo] que no se arredra ante nada.
P. ?Le tienta la pol¨ªtica?
R. No, porque no me atrae y porque quienes ahora me apoyan se desinteresar¨ªan de m¨ª. Adem¨¢s, no faltan buenos pol¨ªticos. Lo que s¨ª faltan son hombres que ejemplaricen.
P. ?Qu¨¦ quiere decir eso de ejemplarizar?
R. Mire usted, en un pa¨ªs los pol¨ªticos son el marco y la gente es el cuadro. Es rid¨ªculo y triste, como ocurre, que la gente lo espere todo de un diputado o de un rey o de no s¨¦ quien. En estas viejas civilizaciones judeocristianas y mon¨¢rquicas -porque Francia a¨²n es mon¨¢rquica- se sigue escondiendo. el ¨¦xito. El ¨¦xito aqu¨ª, como en Espa?a, a¨²n es algo sucio, sospechoso. Pues no, hay que airear el ¨¦xito para que otros se estimulen y triunfen tambi¨¦n. A todo esto le llamo yo ejemplarizar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.