Barbara Leaming, la nostalgia imborrable de Orson Welles
Barbara Leaming r¨ªe constantemente, y fue esa risa la que conquist¨® finalmente la amistad que le uni¨® a Orson Welles durante tres a?os, hasta el mismo d¨ªa de la muerte del gran actor y director norteamericano. Barbara Leaming, autora de Orson Wells: a biography, publicada en Estados Unidos pocos meses antes de la muerte de Welles, ha estado en Madrid durante algunos d¨ªas para presidir dos mesas redondas sobre la vida y obra del autor de Ciudadano Kane.
Orson Welles ten¨ªa un predilecci¨®n especial por Espa?a. Barbara Leaming lamenta no recibir ahora las constantes llamadas telef¨®nicas de Orson Welles, a las que se hab¨ªa acostumbrado y en las que ¨¦l le hubiese indicado cada uno de los pasos que deb¨ªa dar en una ciudad que ¨¦l amaba. "Para Orson, Espa?a era un pa¨ªs donde se le trataba como a una persona, donde ten¨ªa amigos. Dejaba de ser el famoso Orson Welles al que todo el mundo pregunta cu¨¢l ser¨¢ su pr¨®xima pel¨ªcula para mezclarse con la gente y disfrutar de los mejores momentos", dice la bi¨®grafa."Yo estuve con ¨¦l la noche en que muri¨®", recuerda Barbara Leaming. "Los ¨²ltimos meses de su vida los dedic¨® en gran parte a reflexionar sobre su pasado, un poco por el trabajo que le di yo al escribir su biograf¨ªa y otro por la pel¨ªcula que le propusieron hacer sobre su vida. Uno de los aspectos que habr¨ªa que resaltar sobre ¨¦l es que nunca se permiti¨® la esperanza. Los constantes problemas que hab¨ªa tenido en su vida para financiar sus pel¨ªculas lo hab¨ªan hecho hasta supersticioso al respecto. No hablaba de la seguridad de hacer una pel¨ªcula hasta no tener el dinero a su disposici¨®n".
Barbara Leaming imita naturalmente la voz y la actitud de Welles cuando recrea la forma en la que sol¨ªan hablar. Rastrear todo su pasado a trav¨¦s de papeles, cartas, entrevistas y documentos parecen haber sido no s¨®lo los pasos indispensables para escribir una biograf¨ªa considerada como uno de los mejores libros de 1985 por The New York Times, sino una pr¨¢ctica que la ha llevado a la simbiosis con el personaje.
"Welles ha sido la m¨¢s alta figura de la cultura norteamericana del siglo XX -no s¨®lo como director de cine, sino como actor- en su carrera en la radio y televisi¨®n e incluso en su labor pol¨ªtica. Lo que me llev¨® a escribir este libro fueron ciertas interrogantes sobre su persona. Una de ellas fue el porqu¨¦ de sus constantes dificultades para financiar sus pel¨ªculas. Intent¨¦ no s¨®lo pedir su opini¨®n, sino ir a los contratos, los papeles y la gente que secuestr¨® sus pel¨ªculas antes de que ¨¦l pudiera terminarlas". La mala reputaci¨®n le ven¨ªa de dos ideas que hab¨ªa en Hollywood sobre Welles: requer¨ªa grandes presupuestos y no terminaba sus pel¨ªculas.
"Una de las cosas que me maravillaban sobre Orson es que pod¨ªa trabajar 28 horas al d¨ªa. A los 69 a?os parec¨ªa tener 16. En relaci¨®n a los grandes presupuestos que requer¨ªa, puedo decir que todas las pel¨ªculas de Orson juntas no costaron m¨¢s de 16 millones de d¨®lares. Nunca hizo una pel¨ªcula de m¨¢s dos millones de d¨®lares. Era lento, dicen. Cuando fui a los archivos vi que en Sed de mal film¨® en un solo d¨ªa 16 p¨¢ginas del gui¨®n, lo cual es extraordinario. Era barato y r¨¢pido, pero nadie se molest¨® en averiguarlo".
Para Orson Welles, el cine norteamericano actual estaba pasando por una crisis causada por el deseo de satisfacer al gran mercado adolescente. "?l pensaba que la ¨²nica salida para el cine norteamericano era llegar a un mercado intermedio entre el cine masivo y el de elite: una tercera v¨ªa inteligente".
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