Dos fronteras del cante
II Jornadas Flamencas.
Gabriel Moreno, Enrique Morente y Ketama. Madrid, 20 y 21 de marzo.
Dos interesantes sesiones integraron las Jornadas Flamencas de Fuenlabrada de este a?o. La primera estuvo dedicada al caf¨¦ cantante, con una amena charla de Romualdo Molina y el pase del v¨ªdeo de un programa de TVE sobre La Rubia y El Canario. Gabriel Moreno, impecablemente acompa?ado a la guitarra por Carlos Pardo, puso la adecuada ilustraci¨®n en directo.
El cantaor elegido es id¨®neo para una recreaci¨®n as¨ª. Gabriel Moreno no s¨®lo es un conocedor profundo de pr¨¢cticamente todos los estilos flamencos, sino que adem¨¢s los interpreta con fidelidad, respeto a la pureza original y un raro sentido de lo jondo. Siendo tan largo, tan enciclop¨¦dico, es adem¨¢s un verdadero especialista en ciertas parcelas del cante, como los estilos de la casa de los Pav¨®n (Tom¨¢s y la de los Peines), que recrea de manera admirable.
En la voz de Gabriel Moreno encontramos toda la dulzura del mundo, una forma de decir delicada y exquisita, sin caer en ning¨²n momento en el cante que peyorativamente llamamos bonito por su vaciedad basada exclusivamente en el gorgorito. Bien al contrario, Gabriel Moreno hizo un recital espl¨¦ndido, yo dir¨ªa que buscando precisamente lo m¨¢s dificil, incluso lo m¨¢s duro, y resolviendo de manera insuperable.
Cambio de signo
La segunda sesi¨®n cambi¨® radicalmente de signo, al sumergirnos en lo que ya he llamado alguna vez nueva frontera del cante: el toque, las voces y la pasi¨®n de los j¨®venes de Ketama. Ultima frontera, dir¨ªa a¨²n, porque quien vaya m¨¢s lejos de ah¨ª estar¨¢ ya en algo que no tendr¨¢ nada que ver con el flamenco. En la m¨²sica de Ketama permanecen algunas referencias detectables de lo jondo, si bien tan soterradas a veces por estridores de percusi¨®n y otros aditamentos que cuesta dar con ellas. No obstante, la experiencia de Ketama es v¨¢lida, porque conecta con un p¨²blico juvenil, pero que puede sentirse motivado para acercarse m¨¢s al conocimiento de este arte.
Y entre las dos fronteras mencionadas, Enrique Morente. Un cantaor siempre dificil de clasificar, porque conociendo perfectamente el cante tradicional viene desde hace a?os adentr¨¢ndose por caminos de b¨²squeda, y renovaci¨®n. Evidentemente, Enrique es uno de los pocos creadores actuales del flamenco. A veces se equivoca, pero es un riesgo que debe asumir quien quiera salir de los caminos trillados. En Fuenlabrada no se equivoc¨®. Hizo muchas cosas que nunca le hab¨ªamos o¨ªdo, en las que se halla trabajando actualmente. Y fueron casi todas bell¨ªsimas, verdaderamente admirables. Enrique Morente es un m¨²sico de registros y tonalidades incre¨ªblemente vers¨¢tiles, que puede sorprendernos con soluciones totalmente imprevisibles en cantes absolutamente convencionales. En todo lo que hizo -soleares, siguiriyas, canti?as, buler¨ªas, fandangos de Huelva- hubo algo nuevo, in¨¦dito, enriquecedor y, a mi juicio, perfectamente v¨¢lido.
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