Nostalgia de la tonter¨ªa
Esp¨ªas como nosotros
?Se imaginan ustedes a Fernando Esteso y Andr¨¦s Pajares montados en un camello? ?Les parece una idea divertida? ?Cree que la comicidad de Groucho Marx consist¨ªa ¨²nica y exclusivamente en aparecer en situaciones ins¨®litas y con indumentarias que no eran las m¨¢s habituales? Si su respuesta es afirmativa para las tres cuestiones, Esp¨ªas como nosotros es su comedia. Aykroyd y Chase saltan en paraca¨ªdas, se ponen uniformes coloniales, cabalgan sobre las jorobas de un camello o dromedario, se sumergen de cabeza en un barrizal, pretenden operar de apendicitis a un infeliz paquistan¨ª...De la misma manera que Pajares y Esteso han creado su humor, a partir de una pendiente de degradaci¨®n que tiene sus or¨ªgenes inmediatos en el Tony Leblanc de Torrej¨®n City, Aykroyd y Chase han tomado como referente aquellas comedias disparatadas de Bob Hoope y Bing Crosby, parodias astracanadas de un g¨¦nero mayor t¨ªpicas de finales de los cuarenta, y principios de los cincuenta.
Director: John Landis
Int¨¦rpretes: Chevy Chase, Dan Aykroyd. Gui¨®n: D. Aykroyd, Lowell Ganz y Babaloo lMandel. Fotograf¨ªa: Robert Paynter. "M¨²sica: Elmer Bernstein. Estadounidense, 1986. Local en Madrid: Avenida.
La f¨®rmula siempre era la misma: el h¨¦roe se ve¨ªa metido en un embrollo para el que no estaba preparado (pistolero en el Oeste cuando nunca hab¨ªa visto un colt, astronauta cuando padec¨ªa un v¨¦rtigo invencible, esp¨ªa en la URSS cuando era un inepto que no distingu¨ªa el alfabeto cir¨ªlico del japon¨¦s, etc¨¦tera). Y, despu¨¦s de una primera parte en la que comet¨ªa toda clase de tropel¨ªas y errores, al final salvaba una situaci¨®n desesperada precisamente gracias a su buen sentido de no especialista.
Esp¨ªas como nosotros sigue ese esquema y lo aplica a una historia en la que hay mucho de Tel¨¦fono rojo ?volamos hacia Mosc¨²?, con su Steve Forrest remedando al fant¨¢stico Sterling Hayden. Y si los militares norteamericanos son presentados como fascistas oligofr¨¦nicos, los comunistas sovi¨¦ticos est¨¢n dentro de la gama de guerra fr¨ªa, es decir, altos, g¨¦lidos y crueles cuando son jefes, y gruegos, bonachones y borrachines cuando pertenecen a la clase de tropa. Ese juego con el t¨®pico permite algunos de los pocos chistes divertidos de la funci¨®n, ya sea a costa de Reagan, ya sean las v¨ªctimas unos sovi¨¦ticos que coleccionan carteles de Doctor Zhivago y Reds.
El enorme ¨¦xito de Esp¨ªas como nosotros en Estados Unidos, donde la pel¨ªcula ya ha recaudado m¨¢s de 56 millones de d¨®lares, y en donde la pareja protagonista es muy popular desde los tiempos en que animaba uno de los espect¨¢culos de televisi¨®n m¨¢s populares, es materia que puede interesar a los soci¨®logos, que debieran explicarnos a qu¨¦ obedece esa nostalgia de la tonter¨ªa.
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