El PCI busca un acuerdo de Gobierno en Italia con socialistas y cat¨®licos progesistas
El 17? Congreso Nacional del Partido Comunista Italiano (PCI) se inaugur¨® ayer en Florencia con un discurso de m¨¢s de tres horas del secretario general, Alessandro Natta, quien anunci¨® que su partido est¨¢ dispuesto a llevar a cabo una profunda transformaci¨®n para ofrecerse como fuerza alternativa de gobierno, en el ¨¢mbito de la izquierda europea, junto con las fuerzas socialistas laicas y cat¨®licas progresistas. El Palacio de los Deportes estuvo abarrotado en sus 10.000 asientos durante el discurso de Natta, que fue recibido con un gran aplauso de los delegados puestos en pie.Se palpaba ayer en Florencia que, tras la desaparici¨®n de Enrico Berlinguer, quien fue recordado con un minuto de silencio, el mayor partido comunista de Occidente est¨¢ a punto de transformarse para presentarse, no ya como fuerza revolucionaria y de oposici¨®n, sino como organizaci¨®n reformadora y de gobierno. El clima ayer era m¨¢s el de un congreso socialdem¨®crata moderno que el de un antiguo partido comunista. Se abri¨® con el himno nacional y no se escuch¨® el cl¨¢sico Bandiera rossa.
No hubo pu?os cerrados y el poco rojo presente en el adobe del Palacio de los Deportes era un rojo p¨¢lido, un rojo ocre pompeyano. Sobre la gran tribuna destacaba la frase Un moderno partido renovador, inundada de luz blanca y celeste. El congreso comenz¨® sus trabajos enviando un telegrama al jefe del Estado, el democristiano Francesco Cossiga, en el que el PCI daba fe de su "fidelidad a los principios y a los valores de la Constituci¨®n".
Natta fue muy h¨¢bil en su discurso, interrumpido muchas veces por los aplausos. Se present¨® como mediador entre las diversas almas del partido, que nunca como esta vez se hab¨ªan revelado tan vivas y divergentes en los debates previos. En realidad, Natta enterr¨® ayer pol¨ªticamente a Berlinguer, al presentarse como el secretario de la nueva l¨ªnea reformadora del partido, para cerrar una ¨¦poca y abrir otra. Pero si del difunto secretario sardo, carism¨¢tico y amigo personal de Natta, quedaron olvidadas sus estrategias pol¨ªticas del compromiso hist¨®rico, del Gobierno de unidad nacional, de la tercera v¨ªa y del eurocomunismo, permanecieron, en cambio, en el discurso de su sucesor, la tensi¨®n moral y el rigor pol¨ªtico que caracterizaron a Berlinguer.
De hecho, Natta coloc¨® como punto prioritario de la nueva pol¨ªtica comunista "el tema decisivo del saneamiento de la vida p¨²blica", ya que, afirm¨®, "Italia est¨¢ haciendo cuentas, hoy m¨¢s que nunca, con el problema moral, fruto directo de la crisis profunda de su sistema pol¨ªtico".
Natta se mostr¨®, adem¨¢s, muy abierto, en contra de lo que siempre hizo Berlinguer, hacia los socialistas y las llamadas "fuerzas laicas menores" y puso a todos en guardia para que no se dejen corromper en un abrazo conservador con la que llam¨® "la Democracia Cristiana neoliberal de De Mita", que hace, dijo, pagar a los m¨¢s humildes el precio de todas las crisis econ¨®micas.
Natta acus¨® a la Democracia Cristiana de haber sido la mayor culpable de la degeneraci¨®n del sistema pol¨ªtico, que ha engendrado, dijo, personajes como Sindona y Calvi, aunque simult¨¢neamente hizo un potente llamamiento a las fuerzas cat¨®licas progresistas que militan todav¨ªa en la DC para que se incorporen al nuevo proyecto, reformador de una alternativa progresista democr¨¢tica. Aunque uno de los problemas de fondo de los debates previos fue el descubrimiento de una fuerte tendencia antinorteamericana de una cierta base agresiva, Natta intent¨® mediar, al afirmar que "no existen amigos del reaganismo en el pa¨ªs" pero que hay que saber distinguir entre la pol¨ªtica desastrosa de Reagan y el pueblo norteamericano.
El secretario comunista fue muy expl¨ªcito cuando sali¨® al paso de los movimientos pacifistas que pugnan con los cuadros m¨¢s j¨®venes del partido en la condena del escudo espacial norteamericano, vinculado a la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI). Dijo que incluso en el caso de que EE UU y la URSS acordaran construirlo, los comunistas italianos estar¨ªan siempre en contra.
Un programa alternativo
Natta alab¨® las novedades que empiezan a intuirse en la l¨ªnea pol¨ªtica trazada por el l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, pero pidi¨® a la URSS que abandone Afganist¨¢n y a Reagan que renuncie a la agresi¨®n contra Nicaragua. "Repugna a la moral y a la raz¨®n", dijo Natta, "equiparar a Marcos con Ortega, a la causa del pueblo filipino con las empresas de los contras". Y a?adi¨®: "No se puede comparar una banda de ladrones y de explotadores, cargados de miles de millones robados a su pueblo, con los seglares y sacerdotes de Nicaragua que luchan para sacar a su pa¨ªs de la explotaci¨®n, la miseria y la dependencia".En pol¨ªtica interior, Natta propuso "un programa alternativo" llamado a ser realizado gradualmente, para desembocar en la formaci¨®n de una fuerza progresista democr¨¢tica capaz de hacer una reforma a fondo de las instituciones italianas, desde el Parlamento a la pol¨ªtica econ¨®mica, ya que, seg¨²n Natta, los comunistas "consideran insostenible y da?ina la continuidad de la actual forma de gobierno".
A los socialistas les record¨® que cada vez que han intentado separarse de su matriz hist¨®rica izquierdista y dividir al movimiento obrero han pagado un elevado precio, incluso electoralmente, por su fatal tentaci¨®n.
Pese a todo, Natta despleg¨® en todo su discurso un gran orgullo de partido y defendi¨® el giro que se disponen a dar los comunistas italianos, al afirmar con ¨¦nfasis: "S¨®lo el que ha perdido todo el futuro; s¨®lo el que de verdad est¨¢ en declive, puede tener miedo de regenerarse".
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