Reagan cree que puede hostigar a la URSS sin da?ar el di¨¢logo entre las superpotencias
La agresiva pol¨ªtica de EEUU hacia los Estados amigos de la URSS en el Tercer Mundo, que puede reafirmarse con un nuevo ataque contra Libia y que ofrece su m¨¢s claro ejemplo en Nicaragua, no va a impedir que Ronald Reagan y Mijail Gorbachov vuelvan a reunirse este a?o en una nueva cumbre. Washington considera que puede continuar hostigando a Mosc¨² en el Tercer Mundo y proseguir sus planes de rearme nuclear -hay prevista una nueva prueba at¨®mica en el desierto de Nevada para la pr¨®xima semana- sin que se rompa el di¨¢logo fundamental entre las dos potencias, aseguraron fuentes de la Administraci¨®n.
Reagan est¨¢ convencido de que la recuperaci¨®n econ¨®mica y el rearme alcanzado han puesto claramente a Estados Unidos por encima de la URSS, y cree tambi¨¦n que Mosc¨² "est¨¢ a la defensiva", dicen fuentes del Gobierno. "La idea es que los sovi¨¦ticos se estaban moviendo con agresividad en los a?os setenta, pero ahora somos nosotros los que tenemos la iniciativa, y ellos lo saben", a?aden. La Administraci¨®n ha concluido que la URSS ha querido abarcar demasiado en su expansi¨®n en el Tercer Mundo y, con la llegada al poder de Mijail Gorbachov, necesita una etapa de calma internacional para resolver sus graves problemas econ¨®micos.Este pron¨®stico optimista refuerza una pol¨ªtica norteamericana m¨¢s agresiva de contenci¨®n activa de la URSS en las periferias regionales, defendiendo las revoluciones democr¨¢ticas y el rearme a las guerrillas anticomunistas en Angola, Nicaragua, Camboya y Afganist¨¢n. Observadores independientes, sin embargo, creen que la asunci¨®n de que Mosc¨² aguantar¨¢ el activismo norteamericano puede ser peligrosa.
Para mantener el equilibrio y una pol¨ªtica estable que no produzca un enfrentamiento directo entre las dos superpotencias, afirman medios gubernamentales, Estados Unidos no se enfrentar¨¢ decididamente a la URSS en sus zonas de inter¨¦s vital y, en consecuencia, la Administraci¨®n conf¨ªa en que Gorbachov no responder¨¢ militarmente en Nicaragua o Libia. Se cree que la URSS no interpretar¨¢ la nueva agresividad mostrada por Estados Unidos en los conflictos regionales -y la utilizaci¨®n, limitada y temporal, de la fuerza militar- como un reto global a su poder. Washington acaba de anunciar que enviar¨¢ misiles port¨¢tiles antia¨¦reos a las guerrillas anticomunistas de Angola, Nicaragua y Afganist¨¢n.
"El momento actual es especialmente propicio para alimentar las dudas sovi¨¦ticas sobre la rentabilidad de sus lazos con sus Estados clientes. En este per¨ªodo de sucesi¨®n es m¨¢s probable una revisi¨®n de la pol¨ªtica de la URS S", afirm¨® Reagan en un reciente mensaje al Congreso para explicar el alcance de la doctrina Reagan, de apoyo a los movimientos anticomunistas del Tercer Mundo.
El cu¨¢ndo y el c¨®mo
El castigo propinado por la VI Flota a Muammar el Gaddafi no ha sido respondido por la URSS m¨¢s que con un apoyo verbal a Libia. Fuentes de la Administraci¨®n dijeron ayer que Reagan ya ha decidido tomar represalias militares contra Libia despu¨¦s de los recientes atentados contra un avi¨®n de la TWA y una discoteca de. Berl¨ªn Oeste, en los que murieron cuatro norteamericanos. El presidente cree tener pruebas que demuestran la intervenci¨®n de Gaddafi, al menos en la acci¨®n de Berl¨ªn Oeste. Se trata de determinar cu¨¢ndo y c¨®mo se materializar¨¢ la respuesta. Se esperaba que Reagan tratase del terrorismo y las relaciones con la URSS en la conferencia de prensa que ten¨ªa previsto celebrar la pasada madrugada (hora peninsular). EE UU advirti¨® a la URS S de su acci¨®n de marzo contra Libia para evitar v¨ªctimas sovi¨¦ticas.
El presidente volvi¨® a avisar el martes a Anatoli Dobrinin, hasta ahora embajador de la URSS en Washington, de que su amigo libio puede volver a ser de nuevo su objetivo, y se?al¨® al enviado de Gorbachov que era excesivo el nivel de armas sovi¨¦ticas; en Libia. Reagan pidi¨® tambi¨¦n que la URSS tome medidas para acabar con el terrorismo que, seg¨²n Washington, instiga y exporta Gaddafi. Gorbachov no acepta esta argumentaci¨®n y se niega a acceder a la petici¨®n norteamericana de que la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana. cierre la Embajada de Libia en Berl¨ªn Este. Washington admite que la URSS no apoya directamente el terrorismo, aunque cree que ha dado en ocasiones "apoyo indirecto a grupos terroristas".
Washington y Mosc¨² acordaron el martes celebrar una nueva cumbre en EE UU, que servir¨¢ para reavivar el alica¨ªdo esp¨ªritu de Ginebra, sin condiciones previas y con el ¨²nico objetivo de que se alcancen resultados pr¨¢cticos. Hace unos d¨ªas se afirmaba a¨²n que los signos negativos surgidos en la relaci¨®n bilateral hac¨ªan muy dif¨ªcil celebrar una cumbre este a?o.
Pero Gorbachov acudir¨¢ a Estados Unidos. Reagan quiere que viaje por el pa¨ªs y visite California, sin que previamente se llegue a un acuerdo sobre control de armamentos nucleares, como exig¨ªa hasta ahora el l¨ªder sovi¨¦tico. Washington no est¨¢ dispuesto a condicionar la agenda de la cumbre, y hay s¨ªntomas que indican que la Administraci¨®n norteamericana -importantes sectores de la cual no creen en la necesidad del control de armamentos- puede vivir perfectamente sin acuerdos de este tipo. En la entrevista mantenida el martes en la Casa Blanca entre Reagan y Dobrinin, el presidente dej¨® claro que no est¨¢ dispuesto a que el control de las armas at¨®micas domine y condicione la relaci¨®n entre los dos pa¨ªses.
Reagan quiere dedicar la misma atenci¨®n a los conflictos regionales y a los derechos humanos que al control de armas. La actual Administraci¨®n norteamericana estima que en la ¨¦poca de Richard Nixon y Jimmy Carter se permiti¨® a la URSS que el control de armamentos dictara el tono de las relaciones, "lo que jugaba a favor de Mosc¨², que se permiti¨® retar a los intereses norteamericanos en diferentes puntos del mundo", seg¨²n un alto funcionario. Se trata de volver a la teor¨ªa del linkage (vinculaci¨®n), que fue enunciada, pero no practicada, por Henry Kissinger en los a?os setenta. "Se trata de decir a los sovi¨¦ticos que no crean que vamos a dejar que el control de armamentos se convierta en algo tan importante que no pueda ser deshecho por su comportamiento en el Tercer Mundo", explic¨® el citado funcionario.
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