EE UU establece el principio de emplear la fuerza en cualquier lugar cuando lo desee, sin contar con sus aliados

FRANCISCO G. BASTERRA, Estados Unidos ha establecido, con el ataque militar contra Libia, el principio de que actuar¨¢ con la fuerza, en cualquier lugar del mundo, sin contar con sus aliados y cuando lo estime conveniente. "Esto est¨¢ claro esta noche y es importante", afirm¨® el secretario de Estado, George Shultz, al explicar al pa¨ªs los bombardeos realizados en la madrugada del martes por la aviaci¨®n norteamericana contra cinco objetivos militares y "relacionados directamente con el terrorismo", en las proximidades de Tr¨ªpoli y Bengasi. Estados Unidos ha justificado el acto, la m¨¢s importante acci¨®n b¨¦lica que emprende desde la guerra de Vietnam, como "leg¨ªtima defensa" contra el terrorismo, y Ronald Reagan ha manifestado: "hemos hecho lo que ten¨ªamos que hacer. Si fuera necesario lo volver¨ªamos a hacer. Ya advert¨ª que actuar¨ªamos con otros si era posible, pero lo har¨ªamos solos si fuera necesario".
Minutos despu¨¦s de las siete de la tarde (hora de Washington), momento en el que comenz¨® el ataque, el embajador en funciones de la URSS en Washington, Oleg Sokolov, fue llamado al Departamento de Estado, donde se le comunic¨® el bombardeo, se le ofrecieron las pruebas que, en opini¨®n de Washington, lo justificaban, y se le dijo que la acci¨®n "no estaba dirigida en absoluto contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica". Mosc¨² ya fue advertida hace tres semanas antes de la batalla del golfo de Sirte y Washington parece contar en que lo sucedido no provocar¨¢, tras una primera oleada de ataques ret¨®ricos, una escalada en el conflicto entre las dos superpotencias y ni siquiera acabar¨¢ con el dificil di¨¢logo iniciado en la cumbire de Ginebra, a pesar de las reacciones en sentido contrario llegadas de Mosc¨².El presidente y el secretario. de Estado advirtieron a los europeos que recordaran que "la tolerancia y la pol¨ªtica de apacigu¨¢rniento con la agresi¨®n hist¨®ricamente ha producido m¨¢s agresi¨®n. A nuestros amigos y aliados en Europa que cooperaron en la misi¨®n de hoy", afirm¨® el presidente en su discurso televisado al pa¨ªs en la madrugada del martes, "s¨®lo les dir¨¦ que tienen la gratitud permanente del pueblo norteamericano". S¨®lo Margaret Thatcher ha apoyado en Europa la intervenci¨®n militar al ceder el uso de sus aeropuertos. La decisi¨®n de atacar a Muammar el Gaddafi fue tomada por el presidente el mi¨¦rcoles de la pasada semana, dijo ayer la Casa Blanca, y Vernon Walters, el embajador de EE UU en la ONU y el hombre encargado por todos los presidentes desde Dwight Eisenhower de las misiones imposibles, viaj¨® a Europa para comunicar esta decisi¨®n a los aliados.y pedir su apoyo.
En Estados Unidos se viv¨ªa ayer una sensaci¨®n rriezcla de sorpresa, miedo por las consecuencias de los ataques y orgullo patri¨®tico por haber dado una lecci¨®n a Gaddafi, a quien, el presidente llam¨® la semana pasada "perro rabioso". El pa¨ªs se prepara para defenderse de las que se consideran seguras represalias libias mediante nuevos actos de terrorismo contra intereses norteamericanos, y todas las bases de EE UU en el extranjero y sus embajadas est¨¢n en alerta. En Washington se han reforzado las medidas de seguridad en algunos edificios p¨²blicos. El Gobierno ha recomendado prudencia a los turistas americanos.
El ataque fue calificado ayer de ¨¦xito por la Administraci¨®n, que admiti¨®. la p¨¦rdida de un FB-111, con dos tripulantes. Seg¨²n noticias a¨²n sin confirmar, citadas por la cadena de televisi¨®n CBS, fue derribado por la artiller¨ªa antia¨¦rea libia. El Pent¨¢gono estaba haciendo ayer una evaluaci¨®n de los da?os militares y civiles causados por los bombardeos.
En las primeras horas que siguieron a los ataques, en la Casa Blanca se recibieron 6.000 llamadas telef¨®nicas, de las cuales 4.600 apoyaban la decisi¨®n de Reagan. "El precio a pagar a corto plazo ser¨¢ alto porque Gaddafi no es la ¨²nica fuente del terrorismo", afir m¨® el senador Sam Nunn quien, sin embargo, como la mayor¨ªa del Congreso, apoya al presidente. El senador Edward Kennedy afirm¨® que "cree que todos los norteamericanos estar¨¢n ahora con su comandante en jefe".
La posici¨®n del Congreso
Algunos parlamentarios dem¨®cratas expresaron cierto disgusto por haber sido informados a ¨²ltima hora y se preguntaron ayer cu¨¢l ser¨¢ el siguiente paso el siguiente pa¨ªs atacado. Reagan convoc¨® a los l¨ªderes del Congreso en la tarde del lunes, tres horas antes de que la fuerza. a¨¦rea norteamericana atacara Libia, para informarles como exige la ley de Poderes de Guerra. "Si los representantes del Congres se hubieran opuesto, hubi¨¦ramos podido detener la operaci¨®n", manifest¨® un portavoz gubernamental.
A un observador europeo le puede sorprender la escasa divisi¨®n que parece provocar una acci¨®n b¨¦lica de esta ent¨ªdad, la primera vez que Estados Unidos ataca a un tercer pa¨ªs por un motivo de terrorismo. El matutino The New York Times, faro del liberalismo norteamericano, afirmaba ayer en su editorial que "incluso el ciudadano m¨¢s escrupuloso s¨®lo puede aprobar y aplaudir los ataques norteamericanos contra Libia". "Ning¨²n pa¨ªs europeo puede quejarse de falta de consultas. El miedo de las posibles consecuencias debe dejar paso a la sobria satisfacci¨®n de ver que se ha hecho justicia". The Washington Post aplaude al presidente y critica a los europeos, con la excepci¨®n del Reino Unido, por no haber estado a la altura de las circunstancias.
La Administraci¨®n de Reagan no ocultaba ayer su irritaci¨®n por la decisi¨®n de Francia de no dejar sobrevolar su territorio a los bombarderos FB-111, que complic¨® la operaci¨®n, al a?adir m¨¢s de 1.000 millas al plande vuelo, y "aument¨® el riesgo para los pilotos", como explic¨® el secretario de Defensa, Caspar Weiriberger. Aunque se cita que tampoco Espa?a permiti¨®, utilizar su espacio a¨¦reo a la aviaci¨®n atacante, no ha habido comentarios a esta posici¨®n del Gobierno de Madrid. Las televisiones; informaron ayer de que un FB-111 tuvo que aterrizar en la base de Rota por problemas t¨¦cnicos. "El ataque contra Libla abrir¨¢ a¨²n m¨¢s la brecha ya existente entre Estados Unidos y Europa y refleja que Washington est¨¢ dispuesto a actuar por su cuenta en los momentos clave", dijeron ayer obscrvadores norteamericanos.
Washington cree que la obligaci¨®n de una superpotencia es dirigir y no ser conducida por sus aliados. Esta certeza tiene un buen ejemplo en la pol¨ªtica de EE UU hacia Nicaragua, donde la escalada militar norteamericana tampoco es compartida por los aliados y, sin embargo, contin¨²a.
Henry Kissinger, ex secretario de Estado, dijo ayer quie la OTAN debe ser una organizaci¨®n rec¨ªproca y critic¨® la falta de apoyo europeo a EE UU. Para Alexanoler Haig, que dirigi¨® la diplomacia norteamericana en el primer mandato de Reagan y que desde 1981 abog¨® por acciones como las de ayer, los europeos "se pondr¨¢n de pie detr¨¢s del l¨ªder del mundo libre". La preocupaci¨®n de los aliados por su proximidad geogr¨¢fica a Libia, su visi¨®n del problema como algo m¨¢s amplio que engloba tambi¨¦n a la cuesti¨®n palestina, y la necesidad de defender intereses que a veces no coinciden, no son argumentos que est¨¦ dispuesta a escuch¨¢r esta, Administraci¨®n y ayer no formaban parte del debate. Para Washington lo importante es sobre todo la repercusi¨®n interna, sus consecuencias sobre la pol¨ªtica hacia Centroam¨¦rica y la posibilidad de que este ¨¦xito militar aten¨²e los recelos del Congreso a continuar sufragando la pol¨ªtica de rearme del Pent¨¢gono.
El golpe contra Libia fue explicado por el presidente y sus asesores como una "respuesta media y proporcionada" contra el terrorismo instigado por Gad,dafi, dirigida a impedir y disuadir la campa?a terrorista contra intereses norteamericanos iniciada por el dirigente libio. No se trata ole una mera represalia por el atentado de Berl¨ªn, asegura la Casa Blanca, que le despojar¨ªa de legalidad internacional, sino de responder contra una escalada libia que ya se intent¨® detener, primero con la ret¨®rica y luego con sanciones econ¨®micas que no han servido para nada.. Se tratade enviar un costoso mensaje a Gadolafi, que le haga entender que por sus acciones deber¨¢ pagar un precio muy alto. Pero el objetivo, no declarado, es derrocar al l¨ªder libio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.