El polvor¨ªn valenciano
Los m¨¢s conocidos pirot¨¦cnicos, acusados de sostener peque?os talleres clandestinos
La comarca valenciana de L'Horta es la zona espa?ola con mayor producci¨®n de art¨ªculos de pirotecnia, fabricados en parte de manera ilegal. De ah¨ª que Montcada, con 20.000 habitantes y 1.400 parados, sea, seg¨²n sus autoridades municipales, un aut¨¦ntico polvor¨ªn. Pisos y casas de campo sin medidas de seguridad son habilitados como talleres clandestinos por obreros en paro que subsisten con la fabricaci¨®n sumergida de petardos y cohetes. Los m¨¢s importantes pirot¨¦cnicos han sido acusados de fomentar y aprovecharse de esta clandestinidad.
Tras la explosi¨®n que en diciembre de 1984 cost¨® la vida a cuatro j¨®venes en un taller ilegal, han aparecido documentos que parecen probar que las grandes empresa abastecen de materias primas a los clandestinos y les compran despu¨¦s el material acabado. Los grandes niegan toda implicaci¨®n: "Somos", dicen, "los primeros interesados en acabar con una competencia desleal".Las cifras no son uniformes. Hay quien afirma que hasta el 30% de la producci¨®n es fabricada de manera ?legal. Otros minimizan el n¨²mero hasta un 1%. Como en Galicia con las meigas, nadie parece saber cu¨¢ntos coeters (de coet cohete) clandestinos existen. Pero haberlos, hailos, aunque menos que antes del accidente. La clandestinidad pirot¨¦cnica ha sido y sigue siendo una pr¨¢ctica tradicional en algunos pueblos de la comarca de L'Horta. Familias que en Ibi (Alicante) montar¨ªan inofensivos juguetes en sus domicilios, en esta zona manipulan p¨®lvora en sus pisos o casas de campo.
Se empieza, para sacarse un sueldo o sobresueldo, por preparar envolturas o accesorios de cohetes y petardos, se termina rellen¨¢ndolos y entregando productos acabados. Trabajadores despedidos de talleres de pirotecnia, que se han instalado por su cuenta ilegalmente y emplean a su vez a amigos y conocidos de confianza o empleados de las propias empresas en ¨¦pocas de intenso trabajo -v¨ªsperas de las Fallas, por ejemplo-, son los protagonistas de esta clandestinidad.
No hay datos oficiales, pero en los pueblos, donde todos se conocen y casi todo se sabe, ¨¦ste es siempre un secreto a voces del que hasta ahora nunca se hab¨ªan aportado pruebas concluyentes. Pero el sistema siempre es el mismo: los clandestinos obtienen materias primas por sus propios medios o las compran en las f¨¢bricas, que despu¨¦s adquieren su producci¨®n. As¨ª, una determinada persona puede llegar a convertir -de hecho as¨ª ocurre- su domicilio en un taller de fabricaci¨®n de petardos, truenos o cohetes donde trabajan familiares y vecinos.
La explosi¨®n que seg¨® las vidas de los cuatro j¨®venes de Montcada tambi¨® algo las cosas y el trabajo clandestino entr¨® moment¨¢neamente en crisis. Hubo miedo al posible accidente o a la Guardia Civil, cuyos efectivos han descubierto desde entonces tres talleres ilegales en Montcada y Vilamarxant. Pero esta econom¨ªa negra de la p¨®lvora subsiste.
'Oveja negra' de la pirotecnia
Juan Jos¨¦ ?beda era el propietario del taller que vol¨® por los aires el 4 de diciembre de 1984. Desde ese momento se convirti¨® en la oveja negra dentro del mundo pirot¨¦cnico valenciano, a cuyos integrantes se refiere con una palabra siciliana de un significado similar a organizaci¨®n. ?beda ha roto ahora la omert¨¢, la ley del silencio, y se ha vengado de las amenazas de muerte que dice haber recibido y del incumplimiento de muchas promesas.?beda afirma que, a cambio de no implicarlos, los empresarios importantes le prometieron el dinero necesario para montar su propio taller y entrar as¨ª en el gueto privado de los pirot¨¦cnicos legales. En efecto, el procesado nada dijo sobre sus presuntas relaciones comerciales con los grandes ante el tribunal que le juzg¨® y conden¨® por imprudencia temeraria a 18 meses de prisi¨®n. Seg¨²n ?beda, el accidente -"que todav¨ªa me hace llorar cuando estoy solo"- supuso el fin moment¨¢neo de las pr¨¢cticas clandestinas, pero a?ade: "Ahora todo sigue igual. Las empresas fuertes vuelven a suministrar a los clandestinos p¨®lvora, cuerdas, papel y cart¨®n y a comprar el producto acabado".
Como prueba de lo que dice, el clandestino ?beda aporta una cincuentena de albaranes y facturas correspondientes a mercanc¨ªas -p¨®lvora, hilo, clorato y perclotato pot¨¢sico, azufre, aluminio- valoradas en cientos de miles de pesetas que demuestran su relaci¨®n con empresas del prestigio de Brunch¨² y Caballer al menos desde abril a diciembre de 1984. Incluso hay un albar¨¢n de entrega de 24 kilos de petardos a Pirotecnia Caballer, SA, que lleva fecha de 4 de diciembre de 1984, el mismo d¨ªa del accidente. La relaci¨®n con Pirotecnia Brunch¨², seg¨²n el propio ?beda, dur¨® hasta principios de verano. Otros cientos de facturas similares, afirma ?beda, le fueron robadas del despacho despu¨¦s del accidente.
Las que quedaron est¨¢n en poder, curiosamente, de los abogados que actuaron contra el condenado como acusaci¨®n particular en nombre de las v¨ªctimas, que han pedido que el sumario se reabra para poder implicar a los grandes en el asunto y poder as¨ª obtener una indemnizaci¨®n que ?beda, insolvente, no pudo satisfacer.
Ante tales acusaciones, tanto Juan Jos¨¦ Brunch¨² como Ricardo y Vicente Caballer, la cr¨¦me de la cr¨¦me de la pirotecnia valenciana, niegan todo. Brunch¨² asegura: "?beda trabajaba como asalariado en una f¨¢brica legal. Si hubi¨¦ramos sabido que era un clandestino, no le hubi¨¦ramos vendido ni un gramo de p¨®lvora, que, hay que decirlo, puede fabricarse cualquiera. El material que estall¨® no tiene por qu¨¦ ser nuestro". ?beda, por el contrario, declar¨® a este peri¨®dico que la p¨®lvora usada en pirotecnia requiere un tratamiento especial e insisti¨® en que el material que hab¨ªa en su taller proven¨ªa de algunas de las empresas legales.
De hecho, todas las facturas y albaranes librados o firmados por Pirotecnia Brunch¨², SA; Pirotecnia Caballer, SA; A. Caballer Llorens, SA; Miguel Zamorano Caballer, y Pirotecnia Borred¨¢, SA, vienen a nombre de ¨²beda y no de la persona para la que trabajaba. Los afectados por la denuncia anunciaron: "Todo se aclarar¨¢ dentro de poco, cuando mostremos y digamos cosas que todav¨ªa no se saben".
Los pirot¨¦cnicos, que se mostraron sorprendidos al series exhibidas fotocopias de las facturas, negaron que la actividad clandestina sea importante y mucho menos, que sea propiciada por sus empresas. "Somos los primeros interesados", afirmaron, "en acabar con esta competencia desleal. La prueba est¨¢ en que hemos presentado varias denuncias ante el Gobierno Civil de Valencia cada vez que nos ha llegado informaci¨®n relativa a talleres ilegales".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.