Reagan cree que el bombardeo ha estimulado un golpe contra su enemigo
La eventualidad de un golpe interno contra Muammar el Gaddafi, desde su propio Ej¨¦rcito, ha sido estimulada por el ataque a¨¦reo contra Libia, dijeron ayer fuentes de la Administraci¨®n de Ronald Reagan, que mostraron satisfacci¨®n por este resultado, que era uno de los objetivos del bombardeo. El presidente norteamericano dudaba ayer sobre el paradero de Gaddafi y afirm¨® que "est¨¢ escondido esperando a que se acaben los disparos". El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, dijo: "Puede haber alguna gente descontenta con Gaddafi que est¨¦ tratando de tomar el asunto en sus manos, que han le¨ªdo las lecciones" del ataque.
Para fuentes independientes, la Administraci¨®n de Reagan est¨¢ confundiendo quiz¨¢s los deseos con la realidad. A¨²n es prematuro apostar por un cambio de r¨¦gimen.Durante algunas horas, el martes, la Administraci¨®n lleg¨® a pensar que el mercurial l¨ªder de la revoluci¨®n verde hab¨ªa perdido el control de Libia, pero su aparici¨®n en televisi¨®n acab¨® con la fusi¨®n. Sin embargo, se sigue dudando de que est¨¦ firmemente al mando, y la Casa Blanca habla s¨®lo de que "parece" controlar la situaci¨®n. Su aparici¨®n en televisi¨®n ¨²nicamente ha confirmado que est¨¢ vivo y sobrevivi¨® al bombardeo, claramente dirigido, aunque se niegue oficialmente en EE UU, a acabar con ¨¦l. Siete bombas estallaron en el interior de su cuartel- residencia, una de ellas a 70 metros de la tienda donde supuestamente se encontraba en la madrugada del martes. La transmisi¨®n de su discurso se hizo en blanco y negro y probablemente no desde los estudios centrales de Tr¨ªpoli, y Gaddafi puede haberse retirado a su base del desierto de Sheba, en el interior del pa¨ªs.
Su desaparici¨®n fue recibida con alborozo por Washington, seg¨²n se deduce de comentarios de altos funcionarios. Oficialmente, el secretario de Estado para Oriente Pr¨®ximo, Richard Murphy, dijo ante el Congreso: "No estamos intentando asesinar a Gaddafi ni tratando de escoger el liderazgo que debiera tener el pueblo libio". Pero al mismo tiempo, La Voz de Am¨¦rica, emisora de propaganda de EE UU, ha transmitido esta semana informaciones en ¨¢rabe e ingl¨¦s en la que se explicaba a los libios que han de esperar m¨¢s ataques si siguen apoyando a Gaddafi. The New York Times revel¨® ayer una operaci¨®n encubierta para derrocarlo.
Los bombarderos norteamericanos eligieron el cuartel general de Gaddafi en Tr¨ªpoli y su ¨¢rea residencial como objetivos, y no los cuarteles del Ej¨¦rcito regular, para enviar as¨ª un mensaje a los militares de que su objetivo es estrictamente Gaddafi y su milicia revolucionaria. "Estamos satisfechos de que los ataques hayan encendido la oposici¨®n al r¨¦gimen de Gaddafi y desencadenado, al parecer, la acci¨®n de elementos rebeldes en Libia", dicen fuentes de la Administraci¨®n de EE UU. Los tiroteos producidos durante toda la jornada del martes en Tr¨ªpoli indican que "hubo Alg¨²n tipo de rebeli¨®n, aunque no sabemos ni su seriedad ni amplitud".
Cuarteles sublevados
Las cadenas de televisi¨®n. norteamericanas dieron como seguro que algunas unidades de la aviaci¨®n despegaron el martes para atacar, por orden de Gaddafi, cuarteles sublevados. La noticia no fue confirmada por la Casa Blanca. En la madrugada del ataque contra Tr¨ªpoli y Bengasi, Gaddafi dio al parecer ¨®rdenes a los Mig de la base de Sirte de despegar para enfrentarse a los norteamericanos, pero la orden fue desobedecida.El malestar en el seno del Ej¨¦rcito profesional, que Gaddafi trata de contrarrestar infiltr¨¢ndolo con sus milicias revolucionarias, es algo ya sabido, y Estados Unidos admite que mantiene "contactos peri¨®dicos" con los opositores de Gaddafi en el interior de Libia. "Pero tratar de trabajar con ellos es muy dif¨ªcil", debido al eficaz aparato de seguridad, dirigido por expertos de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, y a la incertidumbre sobre el tama?o, la fuerza y la fiabilidad de estos grupos, afirm¨® un alto funcionario de la Casa Blanca citado por The New York Times. Existen, a?adi¨®, grupos "m¨¢s moderados" en el Ej¨¦rcito libio, con los que intenta contactar Washington, otros prosovi¨¦ticos y un tercer sector de "extremistas en la tradici¨®n shi¨ª". "Tenemos que ser muy cuidadosos. No podemos controlar, pero s¨ª influir en la situaci¨®n".
Uno de los peligros de un golpe militar es situar en el poder a unos oficiales menos imprevisibles que Gaddafi, pero m¨¢s pr¨®ximos y fiables para Mosc¨². Reagan, adem¨¢s de mantener la presi¨®n militar sobre Gaddafi, ha insistido en que v¨®lver¨¢ a actuar aunque no responder¨¢ a cada nueva "provocaci¨®n terrorista". Estados Unidos reavivar¨¢ las operaciones encubiertas, con instrumentos menos visibles que la utilizaci¨®n de la VI Flota para desestabilizar.
[Al menos 13 helic¨®pteros, aviones de combate y transporte, de fabricaci¨®n sovi¨¦tica, fueron da?ados o destruidos durante el ataque norteamericano, inform¨® ayer el Pent¨¢gono. En el primer recuento oficial de los da?os ocasionados, el portavoz Bob Sims se?al¨® que fueron lanzadas cuatro bombas de 1.000 kilos sobre el "cuartel general" desde donde se controlaban operaciones "terroristas" en Tr¨ªpoli. Sims asegur¨® que Gaddafi "no era el objetivo del ataque", sino que ¨¦ste se centr¨® en el "cuartel general". En la operaci¨®n tomaron parte 18 aviones FB- 111 procedentes de sus bases en el Reino Unido y 14 A-6 que despegaron de los portaviones America y Cora Sea. De ellos, 13 FB- 111 y 12 A-6 lanzaron bombas a bajo nivel y otros cinco bombaderos abortaron sus acciones antes de llegar a su objetivo. Sims tambi¨¦n se?al¨® que los dos pilotos del avi¨®n FB-111 perdido durante el ataque se consideran "muertos en acci¨®n" en lugar de "desaparecidos", informa Efe.
Por otra parte, m¨²ltiples falsas alarmas de colocaci¨®n de bombas se produjeron ayer en la Casa Blanca, el Departamento de Esta do norteamericano y en el Congre so, informa la agencia France Presse.]
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