Triunfo de Barcelona en el ¨²ltimo segundo

Una canasta triple anotada en el ¨²ltimo segundo por el capit¨¢n, Ignacio Soloz¨¢bal, dio la victoria al Barcelona en el primer partido de las semifinales de la Liga, que reuni¨® todos los alicientes que se esperan en un encuentro tan decisivo. La fortuna de Soloz¨¢bal en un lanzamiento tan importante bast¨® para anular la excepcional segunda parte de Greg Stewart, que se convirti¨® en el mejor en la lucha por los rebotes.El partido, sin ser brillante, mantuvo un nivel de emotividad que compens¨® cualquier error de los jugadores. En esa ¨²ltima jugada, quiz¨¢ Montero, que hab¨ªa sostenido con Soloz¨¢bal una dura pugna en diversas fases del partido, confi¨® en la fortuna y permiti¨® una posici¨®n c¨®moda de su oponente. La jugada barcelonista era clara: perdiendo per 93-95 y con 25 segundos de posesi¨®n del bal¨®n, el equipo de Aito iba a buscar la canasta triple. La defensa verdinegra flot¨® sobre los principales sospechosos para realizar el lanzamiento, Sibilio y Soloz¨¢bal. Cuando Montero realizaba una ayuda en la defensa ante Sibilio, el bal¨®n lleg¨® a manos del base barcelonista y Soloz¨¢bal encest¨®.

Tampoco se puede culpar a un jugador de una derrota cuando todo el equipo no supo lograr una victoria que, como pocas veces, tuvo en sus manos. La valent¨ªa de los ¨¢rbitros al se?alar la quinta falta en ataque de Smith a 55 segundos del final permiti¨® jugar un bal¨®n decisivo al Joventut. En esos 30 segundos nadie acert¨® a anotar ni a forzar otra falta personal.

Entre los emparejamientos individuales, el m¨¢s destacable fue el Epi-Villacampa. Un marcaje de tal efectividad tiene dos aspectos. El positivo: que ambos demostraron lo bien que defienden; y el negativo: que ambos fueron nulos para sus equipos en el aspecto ofensivo. Epi, visto el marcaje, se limit¨® a participar en el juego en las escasas acciones en que ganaba un metro de espacio. Villacampa, m¨¢s inexperto, no pod¨ªa resistir la tentaci¨®n de lanzar en acciones muy forzadas, buscando los puntos que en otros encuentros, con marcadores de menor categor¨ªa, puede lograr.

Los lanzamientos triples funcionaron por rachas. Sibilio empez¨® la primera, Margall replic¨®, Epi anot¨® un par, al igual que Villacampa, pero los que sentenciaron fueron los de Soloz¨¢bal. A falta de cinco minutos para el descanso, el Joventut dominaba por 33-41 despu¨¦s de haber ido por detr¨¢s por 25-18. En ese momento, una canasta de Soloz¨¢bal desde m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea de 6,25 provoc¨® la reacci¨®n del Bar?a. Sus dos ¨²ltimos triples nivelaron y decidieron.

Aito opt¨® por los relevos continuos, empezando el partido con Ortiz. Nolis fue m¨¢s concreto, esperando el momento oportuno para poner en juego al lesionado Stewart. La segunda parte del p¨ªvot verdinegro fue casi decisiva. Con el partido igualado, captur¨® cinco rebotes consecutivos en ataque y permiti¨® la escapada de su equipo. A partir de ese instante, a la vez que Trumbo desaparec¨ªa de la pugna bajo los tableros, Stewart hac¨ªa enmudecer al p¨²blico del Palau, que presagiaba la derrota.

El partido demostr¨® que cualquier planteamiento t¨¢ctico previo a un encuentro de estas caracter¨ªsticas tiene poca validez. Los jugadores dif¨ªcilmente pueden evadirse de la tensi¨®n a que durante hora y media les somete un marcador tan apretado y olvidan todo tipo de esquemas. El ejemplo m¨¢s claro est¨¢ en que el partido lo decidi¨® algo tan injusto como un lanzamiento en el ¨²ltimo segundo.