Triunfal retorno del pianista VIadimir Horowitz a la URSS despu¨¦s de 61 a?os de exilio
El pianista Vladimir Horowitz, de 81 a?os, que abandon¨® la URSS en 1925 y no hab¨ªa regresado desde entonces, fue acogido ayer con v¨ªtores apasionados, aplausos entusiastas y una lluvia de flores, en un concierto dado en el Conservatorio de Mosc¨² que reuni¨® a la flor y nata de la sociedad de la capital s¨®vi¨¦tica. Horowitz, que est¨¢ considerado como uno de los mejores pianistas del mundo, naci¨® en Ucrania y comenz¨® su formaci¨®n antes de la Revoluci¨®n sovi¨¦tica, en 1917.
El pianista, famoso por su peculiar estilo de interpretaci¨®n y especialista en los autores rom¨¢nticos, ha venido a la URSS como ciudadano norteamericano en el marco del acuerdo de intercambio cultural que fue firmado por el l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorbachov, y el presidente estadounidense, Ronald Reagan, en noviembre de 1.985, en Ginebra. Se trata del acontecimiento m¨¢s importante celebrado hasta ahora en el marco de dicho acuerdo que, adem¨¢s, ha tra¨ªdo a Mosc¨² una exposici¨®n de impresionistas franceses de la Galer¨ªa Nacional de Washington.En la sala grande del conservatorio, que hab¨ªa sido fuertemente acordonado por la polic¨ªa, se hab¨ªa reunido un p¨²blico diverso en el que figuraban embajadores -el de Estados Unidos, Arthur Hartmann, entre ellos-, miembros de la elite cultural, como Maia Plisetskaia, la bailarina del Bolshoi, y su marido el compositor Rodion Schchedrin, e incluso miembros de la clase pol¨ªtica o parientes de ¨¦stos, como la esposa del ministro de Exteriores, Edvard Scheverdnadze. Estaban adem¨¢s los afortunados que hab¨ªan logrado hacerse con biletes. ?stos, que costaban un m¨ªnimo de 1,5 rublos, alcanzaban en el mercado negro el precio de 100 rublos (22.000 pesetas al cambio).
Para llegar al recinto del concierto, uno de los templos de la m¨²sica en la capital sovi¨¦tica, hab¨ªa, seg¨²n comparaci¨®n de un periodista occidental, que pasar casi tantos controles como para acudir a la plaza Roja en d¨ªa de desfile o funeral de dirigente. Los intentos de colarse por parte de quienes no hab¨ªan conseguido billete provocaron incluso carreras y persecuciones policiales.
En un piano de cola negro, transportado especialmente a la URSS por Horowitz, ¨¦ste interpret¨® un programa de dos horas, interrumpido por una pausa, que abarc¨® desde obras de Scarlatti, Mozart, Schubert y Litz, a los compositores rusos como Sergei Rachmaninov y Alexander Scriabin. El pianista, que se levantaba y mov¨ªa con dificultad, concluy¨® con una polonesa de Chopin y, a instancias del p¨²blico, se avino a ejecutar tres piezas m¨¢s, concluyendo con una polonesa de Rachmaninov.
Horowitz, que en su juventud aprendi¨® todo el virtuosismo de la escuela rusa bajo la direcci¨®n del maestro F¨¦lix Blumenfeld, dio prueba del tanto que le ha llevado a ser considerado como un mito vivo. Horowitz se considera un hombre "m¨¢s pr¨®ximo al otro siglo" que a ¨¦ste. Ha conocido a amigos de Verdi, Chopin y Litz y ha sido amigo directo de m¨²sicos como Rachmaninov, o Toscanini, con cuya hija, Wanda, que ayer estaba en la sala del conservatorio, est¨¢ casado.
"Me ha parecido estar ante un trozo de historia, una reliquia de otro tiempo", se?alaba un joven estudiante de m¨²sica. "Es maravilloso, algo extraordinario, sin duda el mejor pianista del mundo", dec¨ªa una viejecita.
Horowitz, que dar¨¢ tambi¨¦n un concierto en Leningrado, hab¨ªa afirmado en el pasado que jam¨¢s volver¨ªa a la URSS y que le desagradaba la actitud rusa hacia la m¨²sica y el arte. Ahora, en v¨ªsperas del concierto, el m¨²sico dijo haber cambiado de opini¨®n, afirm¨® no interesarse por la pol¨ªtica y que le daba igual Mosc¨² o Nueva York, con la diferencia de que en la URSS a¨²n tiene parientes. En Kiev a¨²n vive una sobrina del pianista, que no podr¨¢ realizar su deseo de visitar su tierra natal por falta de tiempo.
El programa distribuido en el concierto, que conten¨ªa una biografla de Horowitz, evitaba referirse a la emigraci¨®n del artista y, tras dar raz¨®n de su formaci¨®n en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, se?alaba que Horowitz hab¨ªa hecho su gran deb¨² en Nueva York. El concierto dado ayer en Mosc¨² era cubierto televisivamente por algunas de las principales cadenas mundiales, entre las cuales se encontraban la norteamericana CBS, la brit¨¢nica BBC, la RAI y la ZDR alemana. Estaba, adem¨¢s, la televisi¨®n sovi¨¦tica. Horowitz no cobra por sus conciertos en la URSS, pero se beneficiar¨¢ de los derechos de retransmisi¨®n televisiva.
Babelia
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