Ettore Scola: "Mi cine busca el Sur, la parte pobre de las cosas"
El director italiano present¨® en Madrid su filme 'Maccheroni'
, El cineasta Ettore Scola, de 54 a?os, autor de unos 50 guiones y director de una veintena de pel¨ªculas, entre ellas Una jornada particular y La noche de Varennes, estuvo en Madrid los dos ¨²ltimos d¨ªas para presentar su filme Maccheroni, dentro de la Semana de Cine Italiano, que se clausur¨® ayer. Scola define su obra como interrogativa, no exclamativa; lo que m¨¢s le interesa son las historias individuales, que nutren la historia oficial, y afirma que su cine "busca el Sur, la parte pobre de las cosas".
F¨ªsicamente, Ettore Scola no transpira furor creativo. No se ayuda de los aspavientos que cabr¨ªa esperar de un nacido cerca de N¨¢poles ni utiliza gestos o modulaciones de la voz para empapar de convicci¨®n lo que expresa. Sin embargo, su discurso tiene pocas fisuras, en ¨¦l la mente parece m¨¢s importante que la piel y lo intelectual prima sobre lo instintivo.Ha escrito muchos guiones para la comedia italiana, para directores como Dino Risi y Antonio Pietrangeli y actores como Tot¨®. Periodista, -colaborador en revistas humor¨ªsticas, escritor y dibujante, su militancia pol¨ªtica en el partido comunista le llev¨® en 1979 a ser candidato al Parlamento Europeo.
En Espa?a sus primeras pel¨ªculas y sus documentales pol¨ªticos apenas se conocen y son, sobre todo, filmes como Una jornada particular, La noche de Varennes y Le bal (El baile) los que le han dado una dimensi¨®n internacional.
En los tres se cuentan historias de personas privadas en dial¨¦ctica con los hechos hist¨®ricos circundantes. "Me interesa abordar a seres aislados", dice., "solos y afligidos, que tienen categor¨ªa de diferentes y que se sit¨²an fuera de las normas patrimoniales, de las que marca la seguridad".
"En todos mis filmes", prosigue, "hay un tono humor¨ªstico, que es el que prefiero, ya que me permite comprender a personajes que pueden ser mujeres feas, homosexuales o chabolistas. Tengo dificultades para hacer filmes sobre h¨¦roes que est¨¢n de parte de la ley. El cine americano es un gran cine de identificaci¨®n. Yo no soy capaz de esto y s¨®lo le hago al p¨²blico un peque?o requerimiento: que se acerque a los problemas de los personajes asumi¨¦ndolos en lo posible".
Ettore Scola diferencia el cine c¨®mico del humor¨ªstico. Este ¨²ltimo ser¨ªa la observaci¨®n de las costumbres de la gente y la dimensi¨®n ir¨®nica que ellas tienen. Maccheroni pretende ser un ejemplo de ¨¦l. Dos grandes actores se roban los planos en perfecto equilibrio: Jack Lemmon es un ejecutivo que vuelve a N¨¢poles, ciudad en la que estuvo como oficial del Ej¨¦rcito norteamericano muchos a?os atr¨¢s, y se encuentra con el hermano de una mujer con la que tuvo relaciones, Marcelo Mastroianni, un personaje extravertido y ruidoso.
El choque se produce en una ciudad que Scola define como "un lugar que ha vivido todas las ocupaciones posibles, contra las que el pueblo se ha defendido con el humor. Es el humor de los bufones de corte, que pueden decirlo todo y utilizan la iron¨ªa como arma de defensa y de progreso".
El director recuerda su pel¨ªcula de mayor ¨¦xito, Una jornada particular, relacion¨¢ndola con el teatro. Al interesarle los individuos, no los paisajes abiertos en los que no aparecen personas, el mundo del teatro se puede apropiar de su mundo cinematogr¨¢fico y, de hecho, la pel¨ªcula ha sido llevada a escena en varios pa¨ªses, en Espa?a por el actor Josep Maria Flotats.
Hitler, el pelirrojo
En ella Sofia Loren interpreta a "una mujer mal maridada", seg¨²n expresi¨®n de Scola, que se acuesta con un homosexual y activista pol¨ªtico (Mastroianni), mientras su marido y sus hijos asisten al recib¨ªmiento de Hitler por Mussolini, en la Roma de 1938.Scola ten¨ªa siete a?os cuando esto ocurri¨®, fue al desfile y comenta que Hitler era pelirrojo. Jocosamente, dice que el filme tiene s¨®lo una vaga referencia autobiogr¨¢fica, ya que no puede precisar si esa tarde su madre estuvo en casa "acostada con un se?or".
En Una jornada particular y, sobre todo, en La noche de Varennes, donde se retrata la huida de Luis XVI de Par¨ªs en la Revoluci¨®n Francesa, hay una dial¨¦ctica a la que se le puede a?adir la palabra marxista con el asentimiento de Scola. "El marxismo", dice, "no significa para m¨ª que el pueblo alcance el poder y se destruya el capitalismo, sino un m¨¦todo aplicado a cada momento de la realidad. En este sentido, el marxismo es lo opuesto al manique¨ªsmo, y puede servir en el cine, un arte que creo no puede cambiar la realidad, pero s¨ª contribuir a su conocimiento".
Ettore Scola pretende en sus filmes entrar en la parte oscura del hombre", la de la intolerancia y el fascismo, "que al menos un minuto al d¨ªa todos exteriorizamos". Para ¨¦l, el fascismo burdo de Mussolini ahora se advierte en la pol¨ªtica mediante las f¨®rmulas sutiles de la educaci¨®n. Su pesimismo hist¨®rico se salva por las historias individuales. "No me interesa la de Reagan, sino la de cualquier americano medio. que sea justo", afirma.
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