La "frustrante" sexualidad en las c¨¢rceles
Una veintena de internos del hospital penitenciario de Carabanchel (Madrid) tuvo ocasi¨®n de asistir el pasado -mes de enero a una experiencia ins¨®lita: un seminario sobre sexualidad para reclusos. Los resultados de este cursillo, recientemente difundido a trav¨¦s de un informe, muestran que los reclusos coinciden en calificar de "frustrante" la sexualidad en las c¨¢rceles. Los internos critican las situaciones humillantes que rodean las comunicaciones vis-¨¤-vis y confiesan su preocupaci¨®n por las enfermedades ven¨¦reas, sin excluir su temor de contraer el SIDA.
"A nuestra pareja se le humilla haci¨¦ndole desnudar y oblig¨¢ndole a hacer flexiones, por si lleva alg¨²n objeto prohibido en la vagina...". Esta denuncia, en la boca de un preso, ilustra escrupulosamente las cr¨ªticas contra la ¨²nica posibilidad de relaci¨®n heterosexual del interno, el vis-¨¤-vis.Un recluso se?ala que esta relaci¨®n conduce "al apaciguamiento del instinto sexual de la manera m¨¢s animal posible". Otro se lamenta de: la presi¨®n psicol¨®gica que impide la realizacion del acto sexual: "Los ruidos de los cerrojos son deprimentes".
El equipo de psic¨®logos y soci¨®logos del Taller de Estudios de Sexolog¨ªa, que imparti¨® el cursillo a instancias de la Concejal¨ªa de la Juventud del Ayuntamiento de Madrid, ha realizado un informe, como conclusi¨®n de esta experiencia, en el que Se plantea la siguiente pregunta: "?Ser¨ªa posible hacer alguna modificaci¨®n que: facilitara una vida sexual m¨¢s sana de los reclusos?".
Los miembros del Taller de Estudios de Sexolog¨ªa sugieren la creaci¨®n de una comisi¨®n interprofesional destinada a la revisi¨®n de las comunicaciones especiales. Asimismo recomiendan una serie de medidas para mejorar las condiciones higi¨¦nicas y psicol¨®gicas bajo las que mantienen relaciones sexuales los reclusos.
La posibilidad de contraer el s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) o alguna de las enfermedades de transmisi¨®n sexual preocupa a los internos que se quejan de la inexistencia de revisiones m¨¦dicas peri¨®dicas, de la "mal entendida verg¨¹enza" a confesar tina enfermedad de est¨¦ tipo y de la falta tota de higiene. Ocho personas que padecen el SIDA reciben actualmente tratamiento en el hospital penitenciario.
Seg¨²n funcionarios del hospital, no existe control para evitar que estos enfermos mantengan relaciones ¨ªntimas con sus parejas.
El director del centro, Francisco Guerra, afirm¨®, sin embargo, que a aquellos pacientes que tienen el riesgo de transmitir la enfermedad se les deniega el permiso para mantener un vis-¨¤-vis, s¨®lo durante el tiempo en que la infecci¨®n sea activa.
Los anticonceptivos o los mitos sexuales fueron otros de los temas por los que los internos mostraron especial inter¨¦s. Proyecciones audivisuales, debates abiertos e incluso una peque?a fiesta a modo de despedida amenizaron las jornadas en el hospital penitenciario. Las sesiones te¨®ricas, divididas en cinco seminarios, culminaron con un cuestionario, alque los reclusos contestaron de forma an¨®nima.
El equipo Taller de Estudios de Sexolog¨ªa quer¨ªa saber c¨®mo se viv¨ªa realmente la sexualidad en la c¨¢rcel, y obtuvo respuestas bien elocuentes: "Mi sexualidad, desde hace tres a?os, se circunscribe a las masturbaciones".
Comercio sexual
Cuando se formula la inevitable pregunta: "?Se comercia con el sexo en la c¨¢rcel?", las respuestas van desde el evasivo "desconozco el tema" al rotundo "s¨ª, sin duda".Hay reclusos que afirman no haber observado "nada parecido al tr¨¢fico de sexo"o que el tema ,,est¨¢ magnificado.
Otros, sin embargo, reconocen: "El caso m¨¢s agudo es el de los travestis; m¨¢s que comercio, lo que hay son abusos".
El equipo Taller de Estudios de Sexolog¨ªa califico de positivos los resultados del cursillo impartido a los internos del Hospital Penitenciario de la c¨¢rcel de Carabanchel.
Un portavoz de la Concejal¨ªa de la Juventud del Ayuntamiento de Madrid inform¨® que los reclusos de la c¨¢rcel de j¨®venes del mismo centro asisten actualmente a un cursillo semejante y que est¨¢ en estudio la realizaci¨®n de experiencias similares con los internos de ¨¦sta y otras c¨¢rceles en un futuro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.